Ya no pienso en el invierno es una novela sobre el sufrimiento, que se disfruta. Un monólogo interior en el que la protagonista, Luciana, nos convida el infierno de sus pensamientos. Nos hace partícipes de lo difícil que resulta vivir día a día con algún trastorno mental pero haciendo de cuenta que no pasa nada, simulando ser una persona adaptada y por lo mismo, adaptándose.
La sub30 Morena Pardo, periodista y guionista de la serie web Quien Pudiera, logra en su primera novela un tono ligero. Y lo usa para lanzar frases como puñaladas, aunque el dramatismo está siempre sesgado, no se subraya ni se soslaya: está ahí, lo podemos leer, ver, tocar y hasta oler. Cualquier situación cotidiana desata un vendaval en una chica que, por lo demás, trabaja, se relaciona con sus compañeres de trabajo, tiene algún amigo, una novia… Y mientras vive, se enamora, se encuentra y desencuentra, más de una vez se ahoga en sus propios pensamientos.
Es una invitación a sumergirse en una crisis del trastorno obsesivo casi como acompañante terapéutica. Y así, con esa delicadeza, va tramando la empatía. A partir de citas de series, de libros, de música , nos vamos haciendo amigas de Luciana, queremos sentarnos a conversar -en estos tiempos, por videollamada, con esta chica. Su padecimiento devela también lo invivible de una sociedad sin Otre.
Como escribió la poeta Alejandra Pizarnik, “quien siente mucho, se jode”. Pero al revés que en esa cita (“y no encuentra las palabras…”), Pardo encuentra la forma exacta de desplegar esa sensibilidad para convertirla en literatura.
Ya no pienso en el invierno, de Morena Pardo. Editorial Patas de Cabra, 2019