En medio del alarmante crecimiento del coronavirus en Estados Unidos, la Casa Blanca alcanzó un acuerdo con el Senado en torno al paquete de ayuda de casi dos billones de dólares presentado recientemente por el presidente Donald Trump. Calificado como el paquete económico más grande de la historia estadounidense, el acuerdo busca estimular la economía de empresas y ciudadanos e intenta contener los estragos económicos de la pandemia que en el país ya contabiliza más de 60 mil contagiados y 827 muertos. El texto de consenso fue alcanzado luego de cinco días de arduas negociaciones. El plan deberá ahora obtener la luz verde del Senado, y luego de la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, antes de ser promulgado por Trump. Precisamente la bancada demócrata manifestaba que el acuerdo beneficiaba particularmente a las grandes compañías del país, en detrimento de la clase trabajadora. Sin embargo, ahora el partido parece estar decidido a brindarle su apoyo luego de algunos cambios. El Covid-19 no da tregua en Nueva York, epicentro de la pandemia, y continúan los cruces entre Trump y funcionarios del estado.
Según los términos del acuerdo, que debe ser aprobado por el Congreso en las próximas horas, se efectuarán pagos directos y beneficios por desempleo a los ciudadanos, así como a los estados y empresas afectadas por la crisis de salud pública desatada por el Covid-19.
La letra chica del plan aún no se conoce, pero distintos medios locales afirman que del total del monto, unos 250 mil millones se reservarán para pagos directos a individuos y familias, 350 mil millones para préstamos a pequeñas empresas, 250 mil millones para beneficios de seguro de desempleo y 500 mil millones para préstamos a empresas en dificultades.
El principal asesor económico del presidente Donald Trump, Larry Kudlow, calificó el paquete como el programa de ayuda "más grande en la historia de los Estados Unidos" en declaraciones a la cadena de televisión CNN. La ley es urgente para "impulsar la economía, proporcionar inyecciones de efectivo y liquidez y estabilizar los mercados financieros para ayudarnos a atravesar un período difícil y desafiante en la economía que enfrentamos en este momento", aseguró.
El acuerdo llega tras dos días consecutivos de reveses, por el rechazo de la oposición demócrata a un proyecto de ley inicialmente elaborado por los republicanos del Senado. Para los demócratas, el plan priorizaba los intereses de las corporaciones sobre los trabajadores.
Trump, que buscará ser reelecto en noviembre, recogió el guante y exhortó al Congreso a "ACTUAR INMEDIATAMENTE", llamando a dejar de lado las "tonterías". "Mientras más tiempo tome, más difícil será reactivar la economía. Nuestros trabajadores sufrirán", llegó a advertir el mismo martes.
Ante los excesos de algunos beneficiarios corporativos del plan de rescate durante la crisis de 2008, los demócratas reclamaban una mayor supervisión de los préstamos para las grandes empresas, además del pago de salarios a los empleados despedidos y más recursos para los hospitales.
Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes y líder de los demócratas en el Congreso, declaró en ese sentido que "muchas de las disposiciones han sido mejoradas enormemente". Pelosi sugirió incluso que el plan podría "aprobarse por unanimidad en la Cámara Baja". Esto ahorraría tiempo al eliminar el debate y no requeriría a los legisladores, actualmente en receso, regresar a Washington a votar en medio de la crisis sanitaria.
Sin embargo, persisten algunas voces disidentes. El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, señaló como insuficiente el paquete de estímulos fiscales que recibirá. "Al estado le corresponden 3.800 millones de dólares y a la ciudad de Nueva York 1.300 millones de los 2 billones estimados por el plan", remarcó. Para Cuomo esa suma representa apenas "una gota en un cubo".
En un nuevo capítulo de la disputa con Nueva York, Trump dijo estar "trabajando muy duro" para brindar ayuda al estado que, con más de 26 mil contagios y 271 muertos, se transformó en una virtual zona cero del brote de coronavirus en el país. En su cuenta de Twitter, el mandatario aseguró que trabaja junto a Cuomo, y que parte de la ayuda sera la construcción de "cuatro nuevos centros médicos y cuatro nuevos hospitales".
En su mensaje, criticó las "noticias falsas" referidas a que no ayudaría a Nueva York "porque no me gusta Cuomo", que es demócrata, y agregó: "¡Acabo de enviar 4.000 respiradores artificiales!".
El mandatario, que en los últimos días se mostró reacio a imitar las medidas de confinamiento adoptadas en gran parte del mundo ("Se puede destruir un país cerrándolo", llegó a afirmar), llamó a "volver al trabajo cuanto antes" e incluso planteó el 12 de abril como fecha para la reanudación de las actividades.
Esta vez no fue Cuomo sino el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, quien le respondió a Trump, al considerar que abril será incluso peor que marzo. "La idea de que podemos volver a la normalidad en abril es inconcebible", aseguró De Blasio, quien dijo que la ciudadanía "merece saber la honesta verdad" sobre la pandemia que hace estragos en el mundo.