Para los científicos de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur (UNTDF), salir del Canal Beagle con el objetivo de realizar investigaciones y registros audiovisuales de las riquezas naturales existentes pronto dejará de ser una odisea. El sueño de tener una “presencia real y sostenible en el Atlántico Sur”, que comenzó a tomar forma a partir del convenio celebrado entre la Universidad y la Fundación Interactiva para Promover la Cultura del Agua (Fipca), en marzo de 2018, podría concretarse en septiembre de este año, según informó el rector de la casa de estudios, Juan José Castelucci, al Suplemento Universidad.
A través del acuerdo, la Fundación cedió en comodato por seis años un navío para ser adecuado a las necesidades de investigación y docencia de la UNTDF. La embarcación elegida para tal fin fue “La Sanmartiniana”, un motovelero de dos palos, con casco y cubierta de acero, de tipo “queche”, diseñado por Germán Frers como nave de instrucción para regatas, que comenzó a construirse a mediados de 1978 bajo el nombre de “El Náutico” y fue botado el 27 de noviembre de 1982.
Castelucci sostuvo que la principal misión del velero será “hacer soberanía en una zona geopolíticamente muy importante” y con abundantes “riquezas naturales”. A su vez, “simbólicamente será un velero por la paz del Atlántico Sur”, enfatizó el rector.
En febrero pasado, el Ministerio de Defensa comprometió su ayuda para la finalización del proyecto que durante el macrismo debió enfrentar la falta de recursos económicos para la ejecución de las tareas.
Gracias al “esfuerzo propio de la Universidad y al trabajo en red” con distintos actores, como los municipios de Ushuaia y Puerto Deseado, los astilleros Coserena y API, la Dirección Provincial del Puerto de Puerto Deseado, la Prefectura Naval Argentina Base Puerto Deseado y la Escuela Industrial N°5 Oscar Smith, “se avanzó en el desarmado, la puesta a punto del casco, el arenado interior, la pintura exterior y la reparación del motor”, detalló Castelucci.
Con una capacidad máxima de 16 personas en expediciones cortas, que se reduce a entre 12 y 14 en grandes travesías, la embarcación tendrá un gabinete para la realización de investigaciones científicas y otro para la producción de material audiovisual.
La directora del proyecto y presidenta de la filial de Tierra del Fuego de Fipca, Alejandra Portatadino, señaló que “ahora resta el alistamiento interior, los compartimientos, las instalaciones eléctricas y electrónicas, los equipos de navegación, el motor principal, el grupo electrógeno, los servicios sanitarios y la cocina”. Después, será turno de “todo lo referente a la maniobra”, explicó Portatadino, ingeniera mecánica con orientación naval, a este suplemento.
La embarcación científica contará con corriente alterna de 220v y continua de 12v; cambiador de buzos con ducha para desalinización; compresor de aire para los tanques de buceo; instrumental de navegación de última generación; malacate para subir muestras del fondo submarino y un semirrígido con motor fuera de borda. Asimismo, posee una quilla de orza rebatible que le permitirá anclar muy cerca de la costa.
Según los plazos previstos, “La Sanmartiniana” estaría lista para zarpar en su primera misión, rumbo a las Isla de los Estados, durante la próxima temporada. “Tener esta embarcación para navegar los mares y archipiélagos australes nos abre un abanico infinito de posibilidades”, manifestó la directora del proyecto y aseguró que “la presencia de una universidad pública en cualquier espacio del territorio es soberanía”.