El lanzamiento de un plan de emergencia de parte del Instituto Nacional del Teatro (INT), que supone para el sector independiente una inyección de 100 millones de pesos, es visto con buenos ojos por la Asociación Argentina del Teatro Independiente (ARTEI). Las líneas de acción benefician, por el momento, a salas y elencos. A pesar de este alivio, quienes manejan los espacios del circuito alternativo tienen dos preocupaciones: el pago de las tarifas de servicios y del alquiler. Por eso, estudian y están atentos a las medidas oficiales; esperan que el Gobierno comprenda la situación crítica que afrontan y quedar exceptuados de estas obligaciones.
Los detalles del Plan Podestá se pueden encontrar en la página del Instituto, donde está presente el acta del 18 de marzo, día en que se reunió el Consejo de Dirección del organismo. El nombre de este plan "federal e integral" contiene una doble alusión: reenvía a modo de homenaje al grupo de actores rioplatense fundador del circo criollo, a la vez que es una sigla cuyo significado es "Preservación Operativa de Elencos, Salas y Teatristas Argentinxs". En el documento, el organismo que protege y fomenta la actividad independiente se compromete a actuar con "inmediatez", ante el "impacto de la parálisis general" que afecta a salas, espacios escénicos, grupos, elencos, festivales, teatristas, becarios: todos ellos quedaron en "suma fragilidad" en el contexto de aislamiento obligatorio por el coronavirus.
Esto se enmarca en una batería de medidas más amplia del Ministerio de Cultura de la Nación, a cargo de Tristán Bauer, dirigida al sector artístico en general, que se conoció el fin de semana. En cuanto al teatro específicamente, el acta del INT pone oficialmente en marcha dos líneas de acción: un subsidio de preservación de salas que distingue un aporte de entre 90 y 120 mil pesos de acuerdo a cantidad de butacas, dirigido a 232 espacios. La otra es una suma equivalente al cachet de dos funciones a las producciones que integran el catálogo de espectáculos del programa INT Presenta y las seleccionadas para participar en la 34° Fiesta Nacional del Teatro, que alcanza a 78 producciones.
Hay una tercera: "aporte especial" para obras y colectivos que hayan recibido subsidios. Abarcará a 538 grupos o elencos. A diferencia de las otras mencionadas, aún no están desglosados los beneficiarios en documentos anexos.
Este es sólo el principio: en el documento las autoridades anticipan "acciones complementarias" en lo relativo a eventos y festivales, así como también un subsidio para el teatro comunitario, entre otras cuestiones. Por otra parte, en el ámbito porteño, donde se concentra gran parte de la actividad del país entero, creadores y gestores aguardan medidas del Ministerio de Cultura de la Ciudad, a cargo de Enrique Avogadro. Circuló la idea de que anunciaría otro plan de emergencia. Fuentes de la cartera indicaron a este medio que la intención es "redireccionar líneas de estímulo preexistentes".
Al momento de la entrevista con Página/12, Liliana Weimer, presidenta de ARTEI -agrupación que representa a referentes de un centenar de salas de la Ciudad- se encontraba en pleno estudio del decreto 311/2020, que prohíbe cortes de luz, gas, agua, telefonía e Internet por 180 días para determinados casos. Los teatristas independientes, preocupados en su mayoría por la tarifa eléctrica, esperan ser alcanzados por esta determinación. Es una batalla que se dirimirá en la reglamentación. Por otro lado, la mayoría de quienes manejan espacios en CABA paga altos alquileres. Este es otro de los focos problemáticos, sobre el que el Gobierno acaba de hacer anuncios.
"Va a ser difícil, no sabemos qué cambios se van a producir en nuestra actividad después de esto. El mundo va a ser otro en muchos aspectos. Por más que los organismos del Estado nos ayuden no sabemos por cuánto tiempo esto nos puede servir. Estamos a la espera de los decretos que salen todos los días. No abarcan todo; es imposible eso. Quedamos en un limbo. No somos empresas, pymes ni residenciales", explicó Weimer. También puso el énfasis en la falta de trabajo de "todo el colectivo" de artistas: "Pongamos que todo se arregle y apacigüe. Habrá que reprogramar todo. Esto nos agarra en el arranque de temporada. Muchas cooperativas ya habían entrado en gastos para estrenar o reestrenar. Y la tarea de formación nos trae otro agujero tremendo, porque nos solventaba muchos gastos".
En síntesis, el Plan Podestá es una reacción del INT ante la urgencia, que servirá para "tapar el bache". Hay una alarma por el pronóstico de que la situación crítica se extienda y profundice, y con ella, la fragilidad del sector. "Si en el escenario más optimista en un mes esto se soluciona, no va a ser inmediato el arranque de la actividad. Seguramente, no vamos a tener rápidamente espectadores y alumnos en una disciplina que es grupal, del cuerpo. Estamos en una encrucijada", concluyó Weimer.