Desde Londres

Con la población en cuarentena por tres semanas, el gobierno británico está considerando la posible liberación de presos para evitar un contagio masivo en las cárceles. Según explicó el ministro de justicia Robert Buckland al comité parlamentario que supervisa su área, el virus representa un peligro “agudo” en las cárceles, muchas de las cuales están en condiciones de sobre-población. “La liberación de reclusos de bajo riesgo antes de que cumplan su sentencia puede ser parte de la ecuación así como el uso de la licencia temporal en la medida de lo posible. Estamos analizando también la situación de unos cuantos miles de presos que van a ser puestos en libertad en las próximas semanas”, dijo Buckland.

Este jueves se dio a conocer la primera muerte por coronavirus de un preso británico, un hombre de 84 años, en el pabellón de presos por delitos sexuales de Littlehel, en Cambridgeshire. Las autoridades han testeado un total de 19 reclusos con coronavirus, pero se estima que los casos no diagnosticados superan con creces esa cifra. Un indicador que hace pensar en números más altos es etario: un 16% de los reclusos británicos tienen más de 50 años. Son unos 14 mil presos, sobre una población total de 83.709, según las últimas estadísticas del Home Office (80.004 hombres, 3.705 mujeres)

Los porcentajes son más alarmantes con el personal carcelario. Unos 3500 – 10% del total – se encuentran enfermos o en aislamiento ante la posibilidad de contagio. Los niveles de testeo han mejorado desde que en la última semana el gobierno de Boris Johnson dio un giro de 180 grados en su política frente al coronavirus, pero distan de ser ideales. Entre el personal carcelario hay siete que dieron positivo. Más que un cuadro preciso, el número parece una muestra.

El ministro Buckland sugirió al comité parlamentario de Justicia que en la selección de reclusos a ser liberados podrían entrar unas nueve mil personas que están presos a la espera de juicio. También unas 50 embarazadas. “Pero le aseguro al comité que la evaluación de riesgo es una prioridad absoluta para nosotros. Al mismo tiempo tenemos que considerar que hay cárceles superpobladas que son un verdadero desafío”, señaló el ministro.

Las cárceles en medio de la pandemia

El Coronavirus ha empeorado las condiciones carcelarias. Las visitas se encuentran suspendidas. El gobierno está facilitando unos 900 celulares para que los presos se mantengan en contacto con sus familias. Los celulares no tienen acceso a Internet y son entregados de modo temporario luego de una evaluación del riesgo. En la última semana aumentaron el material de lectura que se distribuye entre los reclusos. 

El gran temor es una rebelión como la de Italia. El 8 de marzo se desató una protesta que duró varios días en diferentes prisiones de Italia por la suspensión de las visitas: el saldo fue de 13 muertos. 

El impacto de las cárceles en la pandemia supera, por supuesto, las fronteras europeas. El 10 de marzo Irán dejó en libertad de “manera temporaria” a unos 70 mil presos. En Nueva York, California y Ohio han comenzado a poner en libertad presos frente a la amenaza de un contagio masivo. 

Según la ONG "World Prison Brief", hay más de 11 millones de reclusos a nivel mundial y una clara superpoblación de sistemas carcelarios en todo el mundo. 

Ese gran fantasma que es el Coronavirus está abriendo un debate sobre el tipo de sociedad en que vivimos. La pregunta es obvia. Si todos esos presos pueden ser liberados por cuestiones sanitarias, ¿era la cárcel realmente el mejor lugar para que cumplan sus penas?