Entres los trabajadores de rubros que se consideran esenciales -y que tienen permitido eludir la cuarentena- están los repartidores y trabajadores de delivery. Son considerados un servicio básico a la hora de abastecer alimentos, insumos de farmacia u otros de primera necesidad a quienes no pueden salir del hogar. Entre estos trabajadores, sin embargo, se encuentran los más precarizados y flexibilizados del sistema: los de las plataformas como Rappi, Glovo, Pedidos Ya y Uber que denuncian que no recibieron ningún elemento de seguridad personal, ni compensación, ni mucho menos algún tipo de licencia para quienes integran el grupo de riesgo.
“Estamos arriesgando nuestra salud y las plataformas no implementaron una sola norma de seguridad. Tampoco nos proveen de ningún elemento (guantes, barbijos y alcohol en gel) para cuidarnos y cuidar a nuestras familias durante la pandemia”, se quejaron mediante un comunicado desde la Asociación de Personal de Plataformas (APP), que representa a los repartidores.
En primer lugar, aclararon, necesitan salir a trabajar por sobre todas las cosas porque si no trabajan ven interrumpido su único ingreso. De todas maneras, el hecho de hacerlo durante la cuarentena genera un riesgo para su salud y por eso reclaman protección por parte de las empresas dueñas de la plataformas.
“Trabajadores y trabajadoras de plataformas digitales no queremos ser héroes ni heroínas, queremos elementos de seguridad, licencias y compensación por cuarentena”, remarcaron desde la organización.
En este sentido, desde APP pidieron que las empresas les provean a los repartidores elementos de seguridad, como guantes, barbijos y alcohol en gel; y que se aplique el mismo régimen de licencias extraordinarias que cubre, por ejemplo, a madres y padres cuando deben quedarse al cuidado de los niños durante el período sin clases. También demandaron algún tipo de licencia especial para los repartidores o conductores que por tener alguna enfermedad de base o ser mayores de 60 integran el grupo de riesgo.
“Es inaceptable que los trabajadores que dependemos exclusivamente de la posibilidad de trabajar, cumpliendo con el deber de asistir a la población, seamos precisamente los más desprotegidos. No tenemos ninguna garantía. No tenemos salario fijo, no tenemos ningún tipo de licencia, no tenemos elementos de seguridad o higiene. Los que estamos trabajando no sabemos si somos un factor de riesgo para nosotros y para otros. Los que nos quedamos en casa estamos pasando hambre”, remarcaron en el comunicado y agregaron: “Nadie nos obliga a trabajar, simplemente lo necesitamos”.
La situación de desprotección de los repartidores tomó mayor visibilidad luego de que circulara por las redes sociales una foto donde se ve a decenas de trabajadores esperando su pedido en la puerta de una heladería.
La imagen fue compartida por la Asociación Sindical de Motociclistas Mensajeros y Servicios (Asimm), que representa a los repartidores contratados en relación de dependencia. No es el caso de la mayoría de los trabajadores de las plataformas. Su crítica apuntó contra las empresas “que solo tienen por objeto seguir facturando y que no realizan ningún control sobre sus trabajadores”.
“Ante la necesidad de ganarse la vida, (los trabajadores) se amontonan en una esquina generando un foco potencial de contagio, que luego viaja por cada domicilio de entrega, por el solo hecho de que algunas personas en medio de una pandemia que azota al mundo entero, tuvieron antojo de comer helado. Esto no solo no es esencial para nadie, sino que es un peligro para todos”, publicaron en sus redes sociales.
Maximiliano Arranz, secretario adjunto de Asimm, aclaró a este diario que su principal preocupación es que ellos mismos, los motociclistas y mensajeros, terminen convirtiéndose en un vector para propagar el virus y por eso remarcaron la importancia de cumplir con los protocolos de seguridad.
“No nos quejamos de tener que salir a trabajar, no tenemos problema en salir a la calle y cumplir la tarea. El problema es cuando no se cumplen los protocolos”, explicó Arranz que usó de ejemplo la fotografía. El referente reconoció en primer lugar la fragilidad de los repartidores, a quienes las empresas les niegan la relación laboral, pero también criticó a quienes consideran que pedir helado es un servicio esencial.
Desde Asimm generaron un protocolo, que todos los mensajeros encuadrados en esta actividad deberían poder exigir a sus empleadores. Esto incluye la provisión del certificado para poder circular y elementos de seguridad para desarrollar la tarea, como guantes, barbijos, alcohol en gel y antiparras para los repartidores que se mueven en bicicleta.