Lleva diez temporadas manteniendo la distancia física con los demás, temblando de pavor cuando alguien estornuda cerca, y cultivando el aislamiento social como forma de orgullo y militancia. Larry David parece hecho a la medida de las cuarentenas. O al menos, así es su personaje, el Larry David que protagoniza Curb Your Enthusiasm, la irresistible serie de comedia de HBO que esta semana completó una décima temporada en alto, altísimo nivel (todas pueden verse a través de HBO Go). David nació en Brooklyn hace 72 años y después de haber sido coautor –y acaso la mitad siniestra– del clásico Seinfeld entre 1989 y 1998, bien pudo pensarse que ya estaba hecho. Sin embargo, Curb Your Enthusiasm, que inició en 2000 y mantuvo desde entonces una frecuencia errática, rica en años sabáticos y pausas, se convirtió en un producto indispensable; probablemente, la mejor comedia en actividad, aún en esta era de pantallas infinitas y contenidos ilimitados.
Hecho todo un pez gordo del rubro –o en todo caso, un "pez gordo" flaco, calvo y antipático–, Larry David ha sabido encontrar temas de comedia mainstream precisamente en las cosas con las que no se jode. Con tanta mezquindad como para hacerse pasar por discapacitado en pos de obtener mejores lugares para estacionar el coche. Con una cara de piedra para tensar prejuicios al sugerir que una morocha y un morocho debían ser pareja dado que comparten el color de piel. Con un estómago para la ostentación económica a niveles de Floyd Mayweather Jr., cuando, con tal de no admitir que estaba hurtando confites del escritorio de una concesionaria, se compra un BMW de alta gama sólo para “quedar bien”. Y con suficiente cintura como para bromear con el #MeToo y resolver una denuncia por un (equívoco) acoso sexual con la muerte (accidental) de la joven demandante. Allí donde hay temas socialmente delicados, cuestiones con las que mejor no meterse, es donde Larry David no sólo encuentra gags, sino episodios y hasta arcos narrativos para temporadas completas.
Otra gran virtud de Curb Your Enthusiasm ha sido retomar y potenciar el recurso seinfeldiano del grupo humano de lazos híbridos y miembros siempre listos para cualquier cosa. Que bajo aquel lema de la “serie sobre la nada” tejió en Seinfeld todo un imperio en torno a un protagonista, dos amigos y un vecino (aquellos Jerry, George, Kramer y Elaine) que nunca parecían tener nada demasiado importante para hacer. Así, a lo largo de los 100 episodios de Curb..., Larry David se rodeó de un elenco abierto y laxo, con personajes siempre listos para entrar y salir por cada vericueto de los intrincados, hilarantes guiones: Jeff Garlin, Susie Essman, Ted Danson, Cheryl Hines o Richard Lewis han construido con actuaciones impactantes un pequeño panteón de talentos fijos en el universo ácido de la serie, para envidia de estrellas como Michael J. Fox, Bob Odenkirk, Shaquille O'Neal, Dustin Hoffman, Mel Brooks, Ricky Gervais, John Hamm o el cantante de Coldplay, Chris Martin, que han debido conformarse sólo con cameos.
¿Alguien dijo 100 episodios? Es un número incómodamente redondo como para preguntar si habrá undécima temporada. Un histórico productor de Curb Your Enthusiasm, Jeff Schaffer, admitió esta semana que, aunque en riguroso teletrabajo dada la pandemia por el coronavirus, el equipo ya está “coqueteando con otra temporada”, aunque bajó las expectativas y advirtió que “todavía es muy pronto para decir si habrá suficientes ganas de concretarla”. Ojalá las haya: son tiempos difíciles y no abundan los gurúes como Larry David.