Mujeres de organizaciones sindicales del sector de la salud en América Latina dieron a conocer la inseguridad que atraviesan sus trabajadorxs en la lucha contra el COVID-19. En una reunión virtual realizada el 24 de marzo, revelaron que faltan insumos y equipos de protección individual para personal médico, de enfermería, técnico y para funcionarixs administrativxs. Las referentes gremiales aseguraron que hay casos de discriminación en la distribución de los equipos preexistentes, y que quienes lo denuncian sufren persecución. Declararon también que muchos gobiernos latinoamericanos tardan en ordenar medidas drásticas de aislamiento social, “para preservar los intereses de los grandes sectores económicos y financieros”.
La secretaria general de la federación Internacional de Servicios Públicos (ISP), Rosa Pavanelli, abrió el encuentro con un panorama crítico de la situación que sufren lxs profesionales de la salud en Europa. “En Italia, donde tenemos la crisis más grave, y en España, el 10 % de los casos detectados son del personal de salud, enfermeras y médicos. Son más de 24 los médicos muertos en Italia; en Francia, hay dos primeros médicos fallecidos debido a coronavirus”, detalló en el informe “Afiliadas de América Latina relatan inseguridad para trabajadorxs de la salud”, de la ISP. Pavanelli se refirió a las duras condiciones de trabajo no sólo por el número de pacientes, la complejidad y la intensidad de la tarea, sino por la escasez de insumos. “Faltan los materiales básicos: mascarillas, guantes, equipos de protección individual, así como respiradores y ventiladores. La falta de estos productos es general, y se debe esencialmente al hecho de que casi ninguno de los países europeos ha mantenido su fabricación a nivel nacional en los últimos años.”
Para la sindicalista, se trata de una crisis que demuestra la gran debilidad del sistema neoliberal fundado en el mercado y sobre la división del trabajo a nivel global. “La posición que tenemos como ISP es que debemos presionar por un cambio profundo en el sistema de producción y distribución global, y por una sociedad más justa.”
El secretario regional de la ISP para Interaméricas, Jocelio Drummond, destacó a su turno la lucha de las organizaciones sindicales en presionar a algunos gobiernos a decretar cuarentenas nacionales y a adoptar medidas de mitigación de la crisis económica y social como consecuencia de la propagación del corona, además de la necesidad de exigir que no se paguen las deudas externas, y la atención que debe darse “al aumento de la violencia contra la mujer en los hogares tras las medidas de confinamiento”.
De la reunión participaron referentxs de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Venezuela, que coincidieron en la urgencia de reclamar a sus países la centralidad de la atención sanitaria por sobre intereses económicos privados. “Estamos demandando que se decrete de manera urgente la cuarentena nacional, sin embargo el gobierno sigue primando los intereses de la economía por sobre la salud”, expresó Carolina Espinoza, dirigenta de la Confederación de Funcionarixs de la Salud Municipal de Chile (Confusam), e integrante del Comité Mundial de Mujeres ISP. “Nos sentimos a la deriva, porque las autoridades sanitarias han decidido defender las empresas, la producción, a costa del crecimiento exponencial de la curva de contagio.”
Desde la Argentina, la presidenta de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud (Fesprosa), María Fernanda Boriotti, solicitó centralizar capacitaciones y equipos de protección. “Se ven medidas a tiempo, definiciones políticas para contrarrestar a las implicaciones económicas. Pero lxs trabajadorxs de la salud están sin los insumos y elementos de protección necesarios. La realidad es que a muchas provincias no han llegado ni estos elementos ni el protocolo de respuesta. El personal de primera línea no está capacitado. Estamos pidiendo la centralización de todo el equipo de protección, para que no haya una disparidad entre las provincias. Estamos pidiendo a los ministerios que hagan una intervención para capacitar a todos los trabajadores de la salud.”
Gerardo Herrera, de ISP Colombia, confirmó que el sector de salud está trabajando sin red, en medio de la crisis social y económica que atraviesa el país. “Los hospitales ya están recibiendo los pacientes. Tenemos apenas 7 mil camas de cuidados intensivos, el 10 % habilitado para tener aislamientos”, alertó. “El gobierno (de Iván Duque) tomó medidas económicas de protección al sector financiero, para eso ha apropiado recursos de los territorios de manera arbitraria, bajo la excusa de que se realizarán préstamos a las empresas para proteger el empleo. Los hospitales no han recibido recursos. Estamos trabajando sin elementos de protección.”
Mirna Gallardo, presidenta de la Asociación Paraguaya de Enfermería, describió un escenario económico y sanitario golpeado. “Contamos con equipos de protección, pero de forma racionalizada. El gobierno introdujo un paquete de medidas para apalear esta situación, incluyendo un plus salarial para estos meses para el personal de salud. También se prevé tres meses de no pago de servicios de luz y agua. Apunta a trabajar mucho, pero cuando llegue el brote, no creo que tendremos la capacidad hospitalaria para dar respuesta”, planteó. “No obstante, la estrategia es calificar los hospitales en respiratorios, de un lado, y polivalentes, de otro. También se ha aprobado el apoyo económico alimentario para 1,5 millón de familias.”
Shirley Morales, dirigenta de la Federación Nacional de Enfermerxs de Brasil, remarcó la ausencia de cobertura estatal de las condiciones laborales. “Me gustaría de saber cómo se están movilizando los profesionales de la salud si se ponen en cuarentena o están en los hospitales trabajando todo el tiempo contra el coronavirus. ¿Cómo movilizar a la clase trabajadora así?” Por su parte, Denise Motta Dau, de ISP Brasil, denunció que Jair Bolsonaro sigue protegiendo al empresariado local por encima de los reclamos de lxs trabajadorxs. ““El presidente Jair Bolsonaro ha tomado medidas que garantizan los lucros, preservan los intereses de los empresarios y perjudican a los trabajadores. Las centrales sindicales reclaman un salario mínimo para todos los trabajadores que están en la informalidad, y que los trabajadores formales tengan sus salarios mantenidos por las empresas.”
· Para leer el informe completo: https://publicservices.international/resources/news/covid-19-afiliadas-a-la-isp-en-amrica-latina-relatan-inseguridad-para-trabajadorxs-de-la-salud?id=10672&lang=es