Carolina Pavón, la argentina que no podía salir de Egipto porque le negaban el divorcio de un hombre de esa nacionalidad con el que se había casado en su provincia natal, Misiones, regresó al país pero sin sus hijas, a las que no ve desde fines de 2015.
El caso de Pavón se conoció en septiembre del año pasado, cuando fue retenida en ese país africano y pidió la intervención del Estado argentino para resolver su situación, informó la fundación Foundchild, creada por Gabriela Arias Uriburu, quien vivió una situación similar con su ex marido jordano.
La misionera se casó en Argentina con Mahmoud Tarfa y tuvo dos hijas. Luego se radicaron en Egipto, donde ella alegó violencia de género, se mudó a casa de una amiga y quiso tramitar el divorcio. En contrapartida, Tarfa tramitó una restricción del hogar para conseguir que su mujer regrese a su casa, por lo que quedó retenida en Egipto contra su voluntad.
Pavón fue asesorada “en todas las etapas del proceso” por el equipo de Foundchild, Niños Unidos para el Mundo, que además presentó a las autoridades argentinas un pedido formal para que tome el caso como “una cuestión de Estado”. La entidad también presentó dos propuestas basadas en el precedente de los hijos de Arias Uriburu –que quedaron con su padre en Jordania– para resolver “las situaciones que atraviesan millones de niños multiculturales, con el fin de alcanzar una verdadera justicia entre Estados sobre esta clase de ilícitos cometidos y prevenir” que ocurran mediante un acuerdo bilateral.
“Estoy feliz de poder estar nuevamente en Argentina, mi país. Con esta carta quiero expresar mi profundo agradecimiento a todas aquellas personas que han ayudado de corazón a hacer posible mi retorno”, afirmó Pavón en una misiva difundida por la Fundación. El embajador argentino en Egipto, Sergio Baur, y el cónsul Facundo Meli “han sido unos verdaderos colosos que estuvieron a mi lado con entereza, responsabilidad, constancia, profesionalidad y cariño”, destacó.
El reconocimiento se extiende al abogado Carlos Romano y a Arias Uriburu.
Pavón sostiene en su misiva que Argentina, un “país multicultural en el que todos tienen lugar sin importar colores, idiomas, religiones, clases sociales”, es el lugar que quiere “para todos los niños del mundo”, pero también agradeció las enseñanzas que recibió en Egipto y el cobijo que allí tuvieron sus hijas.