El ex titular de Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Oscar Parrilli, presentará esta semana una ampliación de su denuncia por espionaje ilegal. El ex funcionario apuntará nuevamente a la existencia de un entramado en el que participan la AFI, el gobierno de Mauricio Macri, el juez –que debió preservar las escuchas– y el aparato de intervención telefónica que maneja la Corte Suprema. Parrilli aclaró ayer algo elemental y obvio, que surge de interpretar sin mala fe la conversación entre el ex funcionario y la ex presidenta: “cuando CFK dice ‘hay que apretar a los jueces’ para que avancen en las causas contra Stiuso, lo que indica es que hagamos presentaciones ante los jueces para que de una vez por todas llamen a declarar al ex espía”.
El mismo tramo de la conversación que fue anunciado como novedoso en el programa de Luis Majul el domingo ya había sido presentado antes por el mismo periodista. Esto exhibe la relación entre el macrismo, los servicios de inteligencia, la Justicia y el periodismo. Se trata de un diálogo entre Parrilli y Cristina Fernández de Kirchner a raíz de una entrevista que le hizo La Nación al espía Horacio Antonio “Jaime” Stiuso en julio de 2016. CFK le dice a Parrilli, quien fue Secretario General de la Presidencia, que hay que salir a “matar” al ex espía, lo que obviamente significa en idioma coloquial, salir a contestarle. Y también le dice que hay que “apretar a los jueces”. Parrilli explicó ayer en Radio Rivadavia que “se trata de una conversación privada. En una conversación privada, uno utiliza términos propios de las relaciones personales. Cuando ella dice ‘apretar’ es reclamar a los jueces que investiguen a Stiuso”. Después del despido del espía, la AFI, conducida por Parrilli, denunció a Stiuso por numerosos delitos: contrabando agravado, espionaje ilegal, ocultamiento de información, entre otros.
En la versión difundida el domingo, Parrilli le dice a Cristina que saldría al día siguiente a contestar la filtración de la escucha en distintos programas, en el de Gustavo Silvestre, el de este periodista y el de Víctor Hugo Morales, algo que era fácil de establecer ya que Parrilli –la figura más buscada por los medios en esos días– apareció en esos programas.
La ampliación de la denuncia de esta semana se hará en el juzgado de Rodolfo Canicoba Corral, quien investiga los tres episodios de espionaje ilegal:
- El primero. Con el argumento de que Parrilli podría haber protegido al narco Ibar Pérez Corradi, el juez Ariel Lijo ordenó escuchas a Parrilli, pero en forma directa, con personal de la AFI escuchando lo que hablaban Parrilli y CFK las 24 horas del día. No había ningún motivo para hacerlo de esa forma –casi exclusivamente utilizadas en casos de secuestros– porque en el momento en que efectuaron Pérez Corradi ya estaba detenido. Las escuchas se hicieron desde la sede de la AFI, con personal de la AFI y fueron transcriptas por la AFI. Es decir, el gobierno de Mauricio Macri manejó los audios y los contenidos. Quienes tienen la responsabilidad de evitar la difusión son el juez y la Corte Suprema, que maneja el aparato de escuchas a través de un organismo que encabeza el camarista Martín Irurzun. Una escucha que manejaron la AFI, el juez y la Corte se difundió en los medios.
- Segundo episodio. Nuevas escuchas que se originaron en una “precausa” armada por la AFI con el argumento de que Parrilli se habría llevado material de inteligencia. La jueza Servini de Cubría determinó que no hubo ningún delito y ordenó la destrucción de las escuchas. Sin embargo, en TN volvieron a difundir un audio que legalmente debía ser destruido.
- Tercer episodio. Ahora nuevamente se difunden tramos de la primera escucha, cuando ya existe una causa judicial. Lo puesto al aire no tiene nada que ver con Pérez Corradi, es decir que fue espionaje político, en especial contra CFK.
El 23 de marzo, Parrilli está citado en la Comisión de Seguimiento de los Servicios de Inteligencia del Congreso. Allí volverá a denunciar el espionaje político puesto en marcha por la AFI-el aparato judicial y el mediático.