Sin dar datos específicos, ONU Mujeres advirtió de dos cuestiones en medio de la pandemia: el aumento de la pobreza en las mujeres —tienen trabajo informal en mayor proporción que los hombres— y de la violencia de género, que observó en China, Corea, Italia, Francia y se espera que se replique en Latinoamérica. “La circunstancia es inédita. Esta concentración doméstica y continuada lleva casi a ponderar sistemas relacionales de fricción. Pero una cosa son las fricciones y otra la violencia directa”, dice la socióloga y asesora del Poder Ejecutivo Dora Barrancos. Ella cree que la cuarentena “aumenta las posibilidades” de la violencia de género. La socióloga no se esperanza con que la pandemia y sus consecuencias activen la “solidaridad” entre las personas, pero le encuentra un “vertedero interesante” desde una óptica feminista: “Tal vez muchas mujeres se den cuenta de las hastiadas vidas que llevan con tipos que no quieren. Las revoluciones personales son las que socialmente también cuentan. Una mujer que comprende lo que le está ocurriendo hace un acto de salida de la inmanencia, diría Simone de Beauvoir. No es poca cosa que en la vida los seres humanos se arrojen a una situación de conquista de mayor libertad. No es por egoísmo. Mejora la condición humana”. Finalmente, remarca que el aislamiento “pone al rojo vivo la crucialidad de las tareas de cuidados”, en las que se manifiesta fuertemente la brecha de género. Ante la posibilidad de un incremento en la violencia, el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad reforzó el equipo de atención de la línea 144 e incorporó canales de comunicación por WhatsApp (1127716463, 1127759047 y 1127759048) y correo electrónico ([email protected]
).
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