Como boqueando por aire: así quedó la historieta local tras el decreto del aislamiento social preventivo y obligatorio. El sector, profundamente golpeado por el último tramo del gobierno macrista, empezaba a proyectar algunos indicios de recuperación en la era Fernández cuando llegó el coronavirus a poner todas las previsiones de cabeza. Lo más complejo para el sector fue el cierre de los eventos y ferias, que son una parte importante de los ingresos de las editoriales.
La suspensión va desde la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires hasta diversos encuentros locales, como la ExpoComics de Lomas de Zamora, el Tinta China de La Plata o el Festival Popular de Historietas Planeta H en C.A.B.A. Además, se postergaron encuentros fundamentales, como Dibujadxs, aún sin fecha de realización. Dibujadxs es un hito fundamental en el año comiquero y este 18 de abril iba a realizar su última edición. Pero la situación los llevó a patear el cierre para más adelante. “Entendemos la situación de mierda que genera esto en el teatro y en ustedes: la cancelación de eventos juega en contra de toda economía de supervivencia”, señalaron en su Facebook. “Sin eventos, no hay ventas posibles. Tampoco podemos hacer un evento poniendo en riesgo la salud de ustedes y todo el entorno con el cual tienen contacto”, agregaron. El Movimiento Banda Dibujada también postergó la recepción de libros para sus Premios anuales.
De los grandes eventos anuales aún no hay noticias. La convención internacional de Rosario Crack Bang Boom tiene fecha programada para agosto y aún no dio mayores precisiones. Argentina ComicCon debía realizarse en mayo, pero tras esperar la evolución de la situación, finalmente decidieron suspender definitivamente esta edición. Queda por delante la de diciembre. Mientras tanto, desde su página insisten en las recomendaciones sanitarias y lanzan diariamente sugerencias del universo audiovisual comiquero para sobrellevar la cuarentena.
Las editoriales parecen haber acusado el golpe. Los lanzamientos quedaron en un impasse y se postergaron presentaciones. Sólo avanzan algunas pre-ventas, con la esperanza de entrar a imprenta y entregar los ejemplares en cuanto la situación adquiera un viso de normalidad. Aquí destacan Hotel de las Ideas, con un nuevo libro de Carlos Nine, Tren en Movimiento con su próximo lanzamiento, y la reaparición de la cordobesa Llanto de Mudo, que se dedicará a recopilar la obra de su alma mater Diego Cortés, fallecido hace algunos años.
Pero el sector está lejos de haber adoptado una postura unificada, más allá del estado de pausa. Ni siquiera se liberaron masivamente títulos para leer, como sucedió en otros campos. En el campo comiquero reaccionaron rápido los integrantes del Colectivo Editorial BS (los sellos Le Noise Comix, Szama Ediciones, Editorial La Pinta y Multiversal Ediciones) que lanzó su “Cuarentena Pack” con cinco títulos, incluyendo los dos volúmenes del premiado El aneurisma del chico punk. Siguieron la movida fueron Términus Libros (que liberó los doce números de su revista), y los sellos de corte superheroico Libera La Bestia (puso a disposición Iceberg #1) y Capitán Barato Ediciones, que abrió un dropbox con algunos de sus títulos. Hace unos días se sumó a la movida Hotel de las Ideas con dos libros. Es cierto que en Internet hay cantidad de historieta disponible para su lectura y que algunos sellos mantienen su propio portal de webcomics (LocoRabia, por ejemplo, posee uno muy nutrido) y mucho de lo que se publica tuvo primero su versión digital, pero aún así llama la atención que no se liberara más material.
El Ministerio de Cultura de la Nación, en tanto, publicó un artículo con enlaces a podcasts, sitios especializados e incluso enlaces para leer clásicos internacionales, como Persépolis.
El mayor golpe, en tanto, se lo llevan las librerías especializadas. Es un rubro muy atomizado, en muchas ocasiones son negocios dirigidos por enamorados de la historieta y a dos tropiezos de bajar la persiana. En el sector hay una sola cadena, La Revistería. Ricardo Villareal, uno de sus representantes, reconoció a Página/12 que “obviamente primero está la salud de los laburantes, pero si la cuarentena se extiende en lo económico será durísimo”. La Revistería acababa de abrir un local en la provincia de Córdoba y estaban por abrir otro en el conurbano bonaerense. Para el resto de los puntos de venta, las perspectivas son amargas y preocupa no sólo el presente, sino el después. “El público fiel lo tenés, pero tiene que tener plata para comprar, si ese público está en la misma que vos... vendrán al local a tomar mate, pero más que eso no podrán hacer”, advierte Pablo Ventura, de Fans Choice.
Mientras dura el aislamiento social preventivo y obligatorio, Ventura y sus colegas se dedican a actualizar sus web y redes sociales. También proponen compras para retirar cuando puedan reabrir, cosa de mantener un mínimo flujo de ingresos. “En mi caso, me mató que no dieran 24 horas de aviso”, lamenta el comerciante. “Aunque sea con las puertas cerradas, poder ir a buscar material, traerlo a casa y, como el correo funciona, algo podría vender”. Sin posibilidad de otras salidas y mientras el comiquero -que suele acaparar- baja su pila de lecturas pendientes, hay posibles ventas. “Esa es plata boyando que podríamos captar nosotros”, señala. En todo caso, Ventura encuentra un respiro en la altura de marzo. “Nos agarró a fin de mes, que es un momento de actividad más bajo”, se consuela. La cuestión para casi todos es ver qué sucederá si la situación se extiende más allá de abril. Pero la historieta dio siempre sobradas muestras de persistencia ante crisis y vaivenes. Aunque haya que leer con escafandra, como en El Eternauta, continuará.