Los argentinos tuvieron que migrar al teletrabajo ante la cuarentena obligatoria y la prohibición para circular por el coronavirus. Cuatro de cada diez profesionales consideran que dedican más horas al trabajo con la realización del home office que en la oficina. El 33 por ciento aseguró que una de las grandes desventajas es que no se terminan de desconectar, y otro 33 por ciento destacó que es complicado trabajar desde la casa con toda la familia. Así se desprende de un estudio realizado por la consultora Adecco en el que encuestaron a 4500 trabajadores de todo el país. La muestra se realizó en centros urbanos, con empleados en relación de dependencia de todos los rubros, tanto en pymes como en multinacionales.
Los resultados mostraron que el 42 por ciento consideró que le dedica más horas al trabajo desde su casa que en la oficina, el 40 por ciento cumple exactamente las mismas horas como si estuviera en su lugar de trabajo y sólo el 18 por ciento asegura trabajar menos horas. “Esto se da porque no están las barreras físicas que implican trasladarse al trabajo. La vida laboral y la personal quedan mezcladas por lo que es común que a muchos les cueste desconectarse”, explicó a PáginaI12 Pablo Liotti, gerente de marketing del grupo Adecco. El 60 por ciento de los trabajadores se mantiene conectado con su equipo de trabajo, el 30 por ciento se conecta sólo cuando es necesario y el restante no logra mantener una buena comunicación a distancia.
Por otro lado, Liotti afirmó que Argentina no tiene una cultura fuerte del home office. Para más de la mitad de los encuestados (el 56 por ciento), trabajar en esta modalidad es algo totalmente nuevo, mientras el 44 por ciento ya lo hacía esporádicamente. Según el Observatorio Pyme, el 37 por ciento de las pequeñas empresas mutó al teletrabajo, pero el dato desagregado muestra que en las manufacturas es del 24 por ciento y en los servicios asciende al 55 por ciento. “No es un teletrabajo planificado, no sabemos bien qué vamos a tener que hacer mañana, recién estamos viviendo la segunda semana y esa adaptación a la nueva rutina hace que todo lleve más tiempo”, explicó. Por último, resaltó que al tratarse de una situación excepcional y de crisis, hay trabajos en donde hay mayor cantidad de tareas para resolver, que tienen que hacerse en forma urgente, por lo que puede haber pedidos por fuera del horario laboral que en una jornada cotidiana no habría.
“Los tele trabajos suelen respetar los horarios. Habrá que ver en próximas mediciones si se mantiene este caudal de trabajo en contexto de crisis y si esto no trae una tensión entre los empleados y los empleadores”, anticipó Liotti. Frente a la cuarentena total, el 56 por ciento aseguró que preferiría poder seguir trabajando desde la casa algunos días de la semana, un 25 por ciento querría hacerlo todos los días y el 19 por ciento prefiere ir a la oficina. Para 6 de cada 10, se trabaja en forma “más relajada” desde el hogar que desde el trabajo. Para un tercio es lo mismo y sólo al 10 por ciento le resultó más estresante.
Entre las principales ventajas sobre el teletrabajo, los encuestados resaltaron tres: poder ahorrar el dinero que no se destina al transporte y a la comida, trabajar más cómodo y poder organizar mejor los horarios. Siete de cada diez se saca el pijama para trabajar, pero usan prendas cómodas, como short, joggins, ojotas o calzas. Entre los factores negativos, las principales desventajas son: trabajar sólo sin equipo presente, estar con toda la familia en la casa, y nunca poder desconectarse. De los encuestados con hijos, casi la mitad (48 por ciento) admitió poder equilibrar su vida familiar, el 31 por ciento depende del día y el 21 por ciento aseguró que es prácticamente imposible.