"Este libro lo dedico a quienes se atreven a aventurarse al maravilloso y desafiante viaje al interior de su propia casa", escribe la dibujante e ilustradora Lorena Méndez al comienzo de su segundo libro, Mi casa, cuya presentación, aún sin fecha, está prevista en el local "Craz" del Pasaje Pan.

Nacida en Entre Ríos y formada en Rosario, autora y editora de La loba (publicado en 2018, presentado en la Biblioteca Estrada, y algunos de cuyos originales se expusieron en en el Museo Estevez ese año), Méndez empezó su nuevo libro mucho antes del aislamiento obligatorio que lo resignifica en forma literal. Fiel al planteo del anterior, los conceptos no podían ser más diversos. Si La loba narraba un derrotero solitario a través de la intemperie, representada en vastos espacios lisos, Mi casa habla de un replegarse interno donde la memoria descubre una riqueza de experiencia acumulada. Si el primer libro se restringía a una austera paleta de tres tonos (negro, rojo y el blanco del papel), en el segundo nuevos colores estallan a cada página como un jardín primaveral. Los textos se han vuelto aún más concisos y las imágenes, más barrocas. 

Mi casa puede leerse como un viaje anímico hacia adentro , parecido al que muchxs estarán haciendo ahora en respuesta a la consigna de quedarse para cuidar y cuidarse. Su insospechada actualidad pasará pero no su belleza textual y gráfica, que destaca lo maravilloso por sobre lo cotidiano: "Llegar a casa es dejar los miedos afuera, encontrar refugio en las tormentas, saturarme de infancia, tropezar con sorpresivos recovecos... pero cuando, en calma, decido mirarlos y vivenciarlos, aparecen ahí pequeños tesoros".

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