Aunque se menciona poco, en la Casa Rosada uno de los números que más los deja conformes respecto de la cuarentena es la escasa presencia del virus en el Gran Buenos Aires. Página/12 hizo una recorrida con los intendentes del conurbano y los datos son notables: en San Martín, 4 contagiados; en La Matanza, 15; en Morón, 4; en Quilmes 8; en Vicente López 22; en Escobar 6; en Tigre 8. Como se ve, en esos siete populosos distritos los casos son pocos y los fallecidos ninguno.
Todo paciente del Gran Buenos Aires que requiere terapia intensiva es derivado al Hospital Muñiz y allí, hasta ahora, hay sólo 9 personas en esa situación. La clave --piensa el Comité de Crisis-- está en la cuarentena que bajó fuertemente el tránsito de las zonas con alta presencia de personas que viajaron hacia las zonas con ciudadanos humildes, cuyas condiciones de aislamiento son mucho más difíciles. Una de las razones por las que se abren los bancos este fin de semana es, justamente, evitar las aglomeraciones en esos distritos del Gran Buenos Aires, donde las necesidades son mayores, y la gente fue corriendo a los cajeros.
En la tarde del martes, los intendentes estaban en videoconferencia con el presidente Alberto Fernández: es que para el gobierno, gran parte de la contienda contra el virus se disputa en el Gran Buenos Aires, el Gran Rosario, el Gran Córdoba y el Gran Tucumán.
Cuadro
Como surge claramente de los datos, el coronavirus sigue todavía asociado a los viajes al exterior, aunque ya exista la circulación autóctona o comunitaria. Los distritos como Vicente López (22), San Isidro (25) o Pilar (13) son los que más casos tienen a raíz de la mayor presencia de sectores acomodados que tuvieron la oportunidad de viajar a Europa, Estados Unidos o destinos en los que convivieron con miles de turistas. El otro distrito con más de diez afectados es La Matanza (15), un municipio que en cantidad de habitantes supera a buena parte de las provincias argentinas.
Pero el dato de mayor trascendencia es el de la ocupación de camas en el Muñiz, ya que es el destino de quienes necesitan terapia intensiva y un respirador, puntos críticos en las catástrofes que se viven en Italia, España y ahora en Nueva York. El Muñiz está reservado para los pacientes del Gran Buenos Aires, en especial los que provienen de hogares humildes, porque los afectados de clase media recurren a las prepagas y a las clínicas privadas. Los nueve casos que hay en el Muñiz son --según la evaluación oficial-- un dato muy positivo de que la cuarentena viene impidiendo que el Covid-19 se expanda a gran velocidad en el conurbano.
El presidente Alberto Fernández, el ministro Ginés González García y el Comité de Crisis están muy atentos a estos números, por lo que se viene diciendo desde el principio: en el Gran Buenos Aires, los hogares tienen pocas posibilidades de aislamiento, dada la cantidad de personas que viven en una misma vivienda y el peligro de expansión rápida del virus.
Camas
Una medida adoptada por el gobierno, los intendentes y el Comité de Crisis es que todos los afectados son internados. En el mundo se dice que esa medida no es necesaria y que sólo requiere de internación el 20 por ciento de los que se contagiaron el virus.
Sin embargo, todos los intendentes están de acuerdo que, para esta etapa, lo mejor es que se cumpla el aislamiento en internación porque en sus casas no se garantiza. "Van cambiando los protocolos según el nivel de la pandemia --le dijo Ariel Sujarchuk, intendente de Escobar, a este diario--. Y los parámetros los da la Organización Mundial de la Salud".
Con estos criterios, lo que está sucediendo es que una parte de los contagiados está en camas dispuestas por los municipios y otra parte, con más recursos, en clínicas privadas. Pero todo contagiado, hasta ahora, en cama hospitalaria.
Operativos
Un punto clave es que los intendentes consultados por Página/12 explicaron que ya están preparando todo para la próxima etapa: que tengan una cantidad de contagiados que ya no se puedan internar. Una planilla a la que accedió este diario muestra los datos que le entregan diariamente a la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza: desde el principio, tuvo 98 casos sospechosos, de los cuales se descartaron 53 por laboratorio. De los 8 confirmados, dos ya fueron dados de alta y seis siguen en tratamiento. Quedan 37 casos sospechosos en estudio, es decir que por cada confirmado hay unos cinco sospechosos. La proporción es la misma en otros municipios, aunque en algunos hay siete sospechosos por cada confirmado, lo que demuestra que podría haber un lógico crecimiento durante abril.
Para ese momento se están disponiendo lugares en los que el afectado no sea internado --para preservar las camas para los casos más serios-- pero donde pueda mantener el aislamiento, teniendo en cuenta las dificultades en su vivienda. Lo que se está trabajando es en la preparación de centros comunitarios, hoteles, lugares para eventos, algunos edificios deportivos. Hay intendentes que llaman a esa estructura que tienen preparada "camas leves". Fernando Espinoza, en La Matanza, está armando nada menos que 4.000 camas de esa naturaleza.
Cuarentena
Como se viene diciendo oficialmente, la estrategia central de la cuarentena es aplanar la curva y demorar los contagios del virus todo lo posible para dar tiempo a la preparación. En este terreno, el haber cortado buena parte del circuito de la Ciudad de Buenos Aires hacia el conurbano y de los barrios de mejor poder adquisitivo hacia los barrios más humildes seguramente aportó al achatamiento de la curva.
Están los que, por supuesto, suponen que no se está testeando lo suficiente y por lo tanto que puede haber más contagiados que los oficializados. Sin embargo, hay un dato que no se puede disfrazar: los fallecidos. Y que hasta el momento no haya ninguno en el Gran Buenos Aires es un indicativo de que las cifras que se manejan son, aproximadamente, las correctas.
Uno de los puntos vulnerables de la cuarentena fue la corrida a los cajeros electrónicos el viernes pasado y este lunes. Las colas se dieron fundamentalmente en el conurbano porque allí está la mayor cantidad de beneficiarios de los planes sociales, la asignación universal por hijo y los jubilados que ganan la mínima y por lo tanto necesitaban el dinero de manera urgentísima. Las colas motivaron reuniones inmediatas del gobierno, el Banco Central, los bancos y la Asociación Bancaria, por lo que se dispuso que las entidades abran este viernes, justamente por esa razón: preservar la cuarentena en los barrios con más dificultades para el aislamiento.
Como adelantó Mario Wainfeld en este diario el domingo pasado, entre las estrategias que maneja la Casa Rosada está cambiar el "quedate en casa" por "quedate en tu barrio". Es una manera de reconocer que no es fácil mantener el aislamiento cuando en una vivienda conviven 5 o 6 personas, en un ambiente muy reducido. Provoca conflictos y, al mismo tiempo, mayor peligro de contagio. Pero el objetivo es el mismo: marcar un ámbito más o menos cerrado, impedir el tránsito del virus todo lo posible de unos barrios a otros.
Todo está orientado a lo mismo: preservar el conurbano, impedir la escalada allí, mantener los buenos números obtenidos en estas primeras dos semanas con la cuarentena. Desde ya que el partido no está ganado y se está avanzando en esta crisis sin experiencia, sin mapa y haciendo camino al andar.