El Ministerio de Economía presentó este martes los lineamientos para la sustentabilidad de la deuda pública. Se apunta a reestructurar 83 mil millones de dólares para recuperar la capacidad de repago de la Argentina. La negociación con los acreedores se concentrará en una combinación de tres principios: un período de gracia antes de volver a hacer desembolsos de la deuda, la reducción de los cupones (intereses) y la posible extensión de plazos o reducción del capital (quita) para alcanzar un perfil de vencimientos consistente.
El ministro Martín Guzmán detalló a última hora del martes los lineamientos para la sostenibilidad de la deuda bajo legislación extranjera que se presentará a los bonistas antes de hacer la oferta de reestructuración. “Se dialogará esta semana y la próxima con los acreedores privados para, en discusiones constructivas, intercambiar visiones sobre el marco macroeconómico presentado, antes de realizar la propuesta de canje destinada a hacer converger la deuda pública a niveles sostenibles”, indicó el ministro.
En los lineamientos se menciona que “el objetivo de la política es hacer converger la deuda pública a niveles consistentes con las perspectivas de crecimiento sostenido de la economía, una trayectoria fiscal razonable a corto y largo plazo, expectativas razonables acerca de futuros costos de refinanciación y supuestos razonables sobre la interacción futura de Argentina con el Fondo Monetario Internacional”.
Guzmán reiteró que se pretende cerrar primero el acuerdo con los bonistas privados y luego poder avanzar en el programa para refinanciar la deuda con el Fondo. El organismo internacional tiene que realizar primero la revisión formal de la economía Argentina que se contempla en el artículo IV del FMI. “Se suspendió temporariamente las consultas por el artículo IV por el Covid-19. Este es el paso previo a un nuevo programa con el FMI. Hay que esperar a ver qué pasa, cómo evoluciona el coronavirus en el mundo", explicó.
El ministro de Economía planteó que puede haber varias combinaciones en la oferta final para los bonistas privados. Entre las posibilidades se tienen en cuenta el período de gracia, la reducción de cupones y la extensión de los vencimientos. También abrió las puertas a instrumentos similares a los títulos atados al PBI. Indicó que puede evaluarse esta opción en caso de que “los bonistas la valoren". No aseguró ni descartó la posibilidad de que hubiera o no quitas en el capital adeudado. Además reiteró que habrá igual tratamiento para bonos en moneda extranjera en legislación local y extranjera. La negociación de la deuda local podría finalizar antes.
En el documento de los lineamientos se ofrecieron algunos detalles sobre las distintas combinaciones que pueden hacer sostenibles la deuda. “La sostenibilidad de la deuda está relacionada con los costos de refinanciación a mediano y largo plazo, en particular en los mercados de crédito internacionales”, se mencionó.
El objetivo es que el exit yield (rendimiento de la primera operación de mercado tras la reestructuración) de referencia implícito en cualquier operación de deuda deberá ser coherente con el costo de refinanciación para el país. “Cualquier exit yield de referencia excesivamente alto sugiere la necesidad de una combinación de cupones más bajos, períodos de gracia más largos, mayores extensiones de vencimiento o reducciones en los valores nominales más importantes".
El ministro adelantó además que se modificarán los supuestos macroeconómicos de crecimiento del PBI, resultado fiscal y balanza comercial, para este año y el próximo, debido al impacto que están teniendo las medidas para contener la propagación del coronavirus. “Lo importante es que las proyecciones a mediano y largo plazo se mantienen. Pero vamos a corregir este año y el próximo”, dijo.
Según las proyecciones, hechas antes de que se desatara la pandemia, este año cerraría con una caída del PBI en entre el 1 y 1,5 por ciento, las cuentas públicas tendrían un déficit de entre 1,1 y 1,5 por ciento del PBI y las reservas rondarían los 50.000 millones de dólares. Para el año próximo la economía crecería entre un 2,5 y 3 por ciento, el déficit fiscal se reduciría entre un 0,5 y 0,9 por ciento y las reservas aumentarían a 54.000 millones.
En el documento de lineamientos se aclaró que “los escenarios se llevaron a cabo antes del brote de Covid-19. Se considera en este momento que la incertidumbre sobre la actividad económica y el resultado fiscal durante los años iniciales no afectará los escenarios de mediano plazo para los análisis de sostenibilidad de la deuda”. Para el 2023 el Ministerio de Economía preveía un superávit fiscal de entre el 0,1 y 0,5 por ciento con reservas por 62.000 millones y un crecimiento económico de entre el 1,5 y 2 por ciento.
En el apartado macroeconómico del informe se menciona que “las medidas de política económica contempladas son parte de un programa integral que tiene como objetivo garantizar la recuperación de la actividad económica y el empleo, resolviendo los desequilibrios y brindando apoyo a los más vulnerables".