El tema le cayó como un rayo mientras dormía: cómo abstraerse de Malvinas. “Me bajó conjuntamente con la claridad de que ese era el camino, y que permanecería impaciente en mi escritura hasta terminarlo”, confiesa Daniel Montojo, cantor, guitarrista y compositor que algo debe tener para que, en apenas dos discos publicados, haya atraído las colaboraciones de Víctor Heredia, Charo Bogarín, Willy Quiroga, Mariana Baraj, Yacaré Manso y Juan Palomino, entre otros. El primer trabajo fue el que publicó junto a su grupo La Suma en 2015 (Soy sudamericano) y el sucesor La tercera invasión, excelente disco dedicado al tópico soberano que le apareció entre sueños. “Leyendo e investigando, descubrí la inmensa historia que Malvinas tiene para contarnos. En la escuela hemos estudiado Malvinas desde la guerra de 1982, pero la lucha por la soberanía se viene escribiendo desde muchos años atrás. Es desde ahí donde nace la obra conceptual y cronológica”, enmarca el músico, al que se puede ver tocando -también- con León Gieco, Piero, Teresa Parodi o Pedro Aznar, con apenas pulsar alguna solapa virtual.
Lo de conceptual va de suyo. Lo cronológico respeta la historia pieza por pieza. Arranca con “María la Grande”, canción que ancla en María Asunción, la primera originaria que pisó suelo de malvinense. Prosigue con “La revuelta del gaucho Rivero”, dedicado al heroico levantamiento de ese gaucho contra los invasores británicos en 1833. Con “Proclama de Miguel”, en honor a Miguel Fitzgerald, piloto argentino que voló a Malvinas en 1964 e hizo flamear la bandera argentina allí. Y con el Operativo Cóndor, liderado por el militante peronista Dardo Cabo, que se apoderó de un avión de Aerolíneas para aterrizar en las islas e izar siete banderas nacionales allí. Y termina con varios temas dedicados a la guerra en sí.
“Si bien en el transcurso de estos años se han realizado canciones sobre el tema, no hay ninguna obra conceptual, inédita y cronológica con esta propuesta estética, con mirada nacional y popular, y datos históricos fehacientes. Llevó mucho tiempo el trabajo de investigación, lectura y entrevistas. Por eso, los datos, fechas y personajes cuentan la verdad de las gestas y epopeyas”, asegura Montojo, en cuyo extenso trabajo de investigación dio con especialistas del Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, ex combatientes e historiadores versados en la materia. “Lo más apasionante fue el trabajo de campo, el cuerpo a cuerpo: hablar con veteranos, escuchar sus historias, sus relatos. Los centros de veteranos me recibieron muy bien. Entre comidas y charlas iba armando los lineamientos de lo que serían las canciones”
-¿Cómo le fuiste poniendo una música a todos ese caudal de información?
-Las melodías se iban adecuando a la temática de cada canción, a lo que me sonaba en cada letra. En el disco podés encontrar una chacarera, un tinku, canciones con riffs muy pesados, una zamba, algo de punk y marchas de guerra. Todas con distintos paisajes musicales pero respetando el estilo y sin perder la esencia que nos caracteriza. Creo que Malvinas es eso: un conjunto de emociones e historias de las cuales pudimos guardar un pedacito de cada cosa, y exponerla en esta obra de manera poética.
-¿Por qué y para qué un disco sobre Malvinas, en esencia?
-Para contribuir a la causa. Para seguir despertando conciencia y continuar con el reclamo pacífico de soberanía de nuestras islas. Mi anhelo es que el disco llegue a las casas de estudio de los distintos niveles y modalidades, bajo el propósito de trabajar contenidos relacionados con los Derechos Humanos, con la historia, la soberanía y la integración latinoamericana. Aspiro también a que toda persona que guste de la música se encuentre con este puñado de canciones y recuerde que hay unas islas que son nuestras y han sido usurpadas; que hubo gente de carne y hueso que peleó por la soberanía de esas tierras, y que sigue peleando.
El título de la obra conceptual alude a la frase que dijo Fitzgerald cuando decidió encarar la epopeya de volar a Malvinas, contra todo mandato imperialista. Amplia Montojo: “La frase decía 'llego al territorio malvínico para comunicarle la irrevocable determinación de quienes, como yo, han dispuesto poner término a la tercera invasión inglesa a territorio argentino´. A propósito, una de las cosas lindas que pasó con esta canción es que pudimos conocer a Palmira, su compañera”, cuenta el músico, que también conoció al hijo del piloto, en un viaje destinado a presentar el disco en Los Antiguos de Santa Cruz. “Pudimos conocer personalmente a Christian Fitzgerald, sí, y compartió escenario con nosotros recordando a su padre”
-¿Cómo es tu experiencia personal, íntima, con Malvinas?
-Era muy chico cuando tuve el primer acercamiento con Malvinas y fue en el transcurso de la guerra. Creo que a mí como a muchos otros nos marcó la infancia. En mi caso, por mucho tiempo le pedí a mi tía que me las dibuje, y así fue como las tuve presentes. En la primaria, para un 2 de abril, realicé una actuación encarnando a un soldado que entregaba su vida en batalla. Para mí fue un acto memorable y el público miró en silencio, hasta que estalló en un aplauso final interminable. Luego, me enteré que un tío lejano de San Juan estuvo en la guerra. Malvinas estuvo cerca de mí siempre.