Con alimentos insuficientes, faltante de bolsones, largas colas de personas bajo la lluvia y numerosos reclamos comenzó este miércoles el reparto de la “canasta escolar nutritiva” que distribuirá el gobierno porteño cada quince días en las escuelas de la Ciudad y que reemplaza a las cuestionadas viandas que venía entregando desde que se suspendieron las clases el 16 de marzo. La entrega bajo la modalidad quincenal busca evitar la aglomeración y el desplazamiento de muchas personas hacia las escuelas en medio de la cuarentena obligatoria, lo que fue considerado un paso adelante por la comunidad educativa. Sin embargo, las críticas se multiplicaron por lo escaso de los alimentos y la calidad, ya que están lejos de aportar a una dieta saludable, además, porque en muchas escuelas se entregaron menos bolsones de los requeridos y por la dificultad que tuvieron muchas familias para retirarlos.
En el primer día de entrega de las bolsas de alimentos, que se repartirán cada 15 días aunque sus raciones estén pensadas para diez días (como si los estudiantes no comieran los fines de semana), las colas y las aglomeraciones ganaron la calle en varios barrios de la ciudad, así como los reclamos por la falta de alimentos que deberían servir para cubrir las necesidades de sectores vulnerables en medio de una crisis no solo sanitaria sino también social.
Algunas postales, entre muchas otras, que se repitieron a lo largo del día con distintas variantes: en la escuela 12, del Distrito Escolar 15, se entregaron bolsones de desayuno y no los de almuerzo; en la escuela 27 del Distrito 4 se entregaron 120 bolsones para 160 chicos becados; en la escuela 13 del Distrito 4, las familias esperaron por horas afuera del establecimiento y se terminaron superponiendo los turnos de entrega fijados para evitar las aglomeraciones; algo similar ocurrió en la escuela de la avenida Larrazábal 5140; en otros casos, los camiones de distribución llegaron tarde, pasado el mediodía, y en otros, muy tarde, pasadas las 15. También hubo quienes no pudieron retirar la mercadería porque no estaban en una lista, no eran el padre, la madre o el tutor encargado, o porque no habían tramitado la beca.
A la canasta escolar nutritiva, tal como la denomina la cartera educativa que dirige Soledad Acuña, pueden acceder todos aquellos que hayan iniciado el trámite de la beca Alimentaria, la tengan del año anterior o que reciban desayuno o refrigerio en el establecimiento educativo. Los que tenían desayuno en la escuela se llevan un bolsón con dos litros de leche larga vida para 15 días, 5 unidades de té, 5 de mate cocido y 10 unidades de sólido (paquete de magdalena o de 4 galletitas o barrita de cereal). Quienes tomaban el refrigerio, reciben el mismo paquete de desayuno con el agregado de 5 frutas para pasar la quincena. Mientras que el bolsón para almuerzo se compone de 500 gramos de fideos, 1 kilo de arroz, 500 gramos de lentejas, una lata de arvejas, 900 cm3 de aceite, 520 gramos de puré de tomate, 500 de zanahoria, 500 de cebolla, 1 kilo de zapallo, 5 unidades de fruta, 1 lata de pescado, 1 caja de flan o gelatina, 1 kilo de azúcar y 40 gramos de queso rallado. Aquellos que van a jornada completa deberían llevarse los tres bolsones, sin embargo, en esta primera entrega, en muchos casos, eso no se cumplió.
El panorama, según contó Eduardo López, secretario adjunto de UTE-Ctera es que “hay colegios a los que no llegó la comida o llegó tarde, en otros, llegaron menos bolsones de los que se necesitaban. La comida es poca, ni siquiera es la vianda del refrigerio o comedor multiplicado por los quince días. Y a esto se suma la dificultad de que muchos no llegaron a tramitar la beca. En el Bajo Flores llegaron 236 bolsones que se entregan este jueves para 340 alumnos que van a ir a buscarlos. Y cómo le decís a una familia que no le das el bolsón porque no hizo un trámite, que es de por sí engorroso y en medio de una pandemia”.
“El único paso adelante, pedido por los docentes y la comunidad educativa, es que las familias y el personal de las escuelas se ahorran el calvario que era ir hasta la semana pasada todos los días por un sándwich y una fruta, y evitan el riesgo sanitario. Lo malo, es que el gobierno porteño ajustó en el camino y no hizo la sumatoria para que los alimentos alcancen para los 15 días”, remarcó.
En muchos casos, la falta de canastas alimentarias para repartir en cada escuela se debió a que la decisión de cuántas se necesitaba quedó a criterio o falta de criterio de los directivos de las escuelas, en lugar de ser una política única desde el Ministerio de Educación para que las raciones alcancen a todos los alumnos que lo requieren.
Ana Diasprotti, vicedirectora de la escuela 10 del Distrito 4, estuvo este miércoles entregando alimentos en la escuela 27 de su distrito. "Para 160 becados para comedor, mandaron 120 bolsones. Pero además, nos llegó primero el almuerzo. El desayuno lo trajeron más tarde, lo que obligó a muchos a hacer dos viajes para retirar la comida. Y la cantidad de productos son muy pocos para 15 días, por eso estamos pidiendo que los cuadrupliquen. Porque además sabemos que en esta situación de crisis toda la familia come de esos bolsones, y aunque la gente estaba agradecida porque no deja de ser una ayuda, es claramente insuficiente".
Patricia Pines, referente del colectivo Vacantes para todxs, advirtió que “hay 15 mil chicos que están en lista de espera y sin acceso a la educación pública y nadie se está haciendo cargo, por eso es necesario que se garantice que los alimentos les lleguen. Y se los debería habilitar para recibirlos en las escuela en las que están en lista de espera”. Otro problema que remarcó es que "hay familias que viven lejos de la escuela y les tendrían que permitir retirar los bolsones en la más cercana a su domicilio. También deberían habilitar la tarjeta Sube escolar para que la puedan usar quienes tienen que retirar los bolsones teniendo en cuenta que muchas familias no pueden gastar en viáticos".
López explicó que van a reclamar al gobierno porteño que en vez de dividir la entrega de alimentos en “desayunos”, “refrigerios” y “almuerzos” se unifique todo en “almuerzos”. "Que los almuerzos sean más nutritivos y que incorpore mayor cantidad de vegetales, carnes y frutas. Además, que la entrega sea universal para los alumnos de las escuelas de la Ciudad, es decir, que si en una escuela hay 500 alumnos se entreguen 500 almuerzos".