El nuevo escenario económico derivado de la pandemia no impactará en todos por igual. Golpeará directamente a la economía informal, los trabajadores precarios y los segmentos de la pequeña y mediana empresa. Se trata de un sector que no recibe sueldo regular, ni renta, ni tiene un fondo de reserva con el cual hacer frente a la falta de trabajo que genera la emergencia. Así se desprende de un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA. La universidad anticipa que la parálisis económica profundizará la crisis económica y social y las desigualdades. “No sólo habrá más cantidad de nuevos pobres, sino que los pobres estructurales lo serán más”, dice.
El Observatorio resalta que el impacto se dará en un sector ya de por sí golpeado. La pobreza aumentó 12 puntos en los últimos dos años hasta ubicarse en 40 por ciento, el valor más alto de la década, debido a la devaluación, la inflación, el estancamiento, el aumento del desempleo y el ajuste acordado con el FMI. “La pobreza por ingresos es más elevada en las unidades domésticas donde el sostén pertenece a la clase trabajadora marginal, en donde asciende al 66 por ciento de la población”, indica el informe.
La desigualdad no se manifiesta solamente en los ingresos. En el acceso a la salud, el 21 por ciento de los hogares manifestó no poder acceder a atención médica por motivos económicos, cifra que asciende al 40 por ciento en los estratos marginales y al 1 por ciento en los estratos medios profesionales. Hacia fines de 2019, el 10 por ciento de los hogares urbanos del país no contaba con conexión a red de agua corriente, aunque para el trabajador informal fue el 17 por ciento.
El informe también resalta las diferencias laborales, en un contexto donde la pandemia modificó las relaciones de empleo. Estima que 6 de cada 10 personas económicamente activas no tenían un empleo de calidad, ya sea porque estaban desocupadas o desarrollaban trabajos sin aportes a la seguridad social. Para el estrato marginal trepa al 88 por ciento. En tiempos de teletrabajo, el Observatorio destaca que el 16 por ciento de los ocupados no había accedido a internet en los últimos tres meses, cifra que asciende al 34 por ciento para los más postergados.
Por estas disparidades es que la UCA asegura que las medidas del Gobierno estuvieron dirigidas a los sectores más vulnerables. “Buscan reducir los efectos de una acumulación de crisis, la situación social sería peor sin esas transferencias, pero nada implica que cambiará el presente o el futuro de los más vulnerables”, anticipa el texto.