Con la misma enjundia que usó ayer para destacar las "exitosas" políticas comunes entre nación y provincia en la lucha contra el narcotráfico, el ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro defendió al jefe de policía de la capital santafesina: "El comisario (Luis) Siboldi es mencionado en una comunicación telefónica por un narco que habla con otro desde la cárcel. Muchas veces los narcos sabiendo que son escuchados nombran a policías que los están investigando y a los que quieren sacarse de encima". Por las dudas -y tal vez para curarse en salud- Pullaro aclaro que "a veces también nombran a políticos o jueces. Eso no es prueba alguna". Y de inmediato aclaró "hoy, hoy -repitió Pullaro- no hay prueba de comunicación alguna entre Siboldi y este narco preso", sentenció el jefe máximo de la seguridad santafesino, luego de ser consultado por Beatriz Priotti periodista de LT8 sobre la investigación publicada el lunes por Rosario/12. En ese expdiente el fiscal federal Walter Rodríguez estudia las llamadas que Beto Basimiani, el narco bailantero preso en Coronda hiciera a un par entrerriano, a quien le aconsejó hablar con "el dueño del circo, con el jefe de la regional I".
Hay, en rigor, al menos dos lecturas posibles ante las declaraciones de Pullaro, que por un lado intenta reflejar su deseo de severidad frente al policía descarrilado al tiempo que termina mostrando una profunda benevolencia hacia su jefe policial investigado. "Queremos ser implacables con los policías que cometan un delito. No podemos estar diez años para exonerarlo. Queremos cambiar la ley para actuar y ante la falta grave y flagrante directamente tomar la decisión administrativa. No puede ser que la semana pasada recién hayamos podido dar de baja a un policía que estaba en disponibilidad desde el año 2002, tiempo en el que le pagamos el 75 por ciento de su salario". En esta línea, Pullaro confió que existen unos 700 policías en esa situación.
Rodríguez es el fiscal que investiga una trama de encubrimiento al productor musical Raúl "Beto" Basimiani, preso desde noviembre de 2015 en el penal de Coronda, donde cumple una condena a seis años de prisión por vender drogas con connivencia policial: la del ex jefe policía santafesino Hugo Tognoli.
Las pruebas son escuchas telefónicas que revelan que Basimiani operó desde la cárcel, entre agosto y octubre de 2016, a través de González, quien hoy está detenida en el Instituto de Recuperación de Mujeres de Santa Fe. Uno de esos diálogos interceptados expone su relación con otro preso por narcotráfico en Entre Ríos, a quien Basimiani le dice que el jefe de la Unidad Regional I Luis Siboldi es "un amigo de toda la vida", "un hombre de negocios" y "un intocable".
Siboldi fue defendido públicamente por Pullaro: "Quiero ser claro y taxativo: hay un narco que desde la cárcel que lo menciona a Siboldi en una escucha telefónica, pero no hay ningún vínculo hoy que nos pruebe que exista alguna comunicación entre el jefe de la Unidad Regional I y el narco. Hoy, hoy, no hay elementos que prueben eso. Y nosotros actuamos sobre elementos concretos, porque sino le daríamos a los narcos un poder enorme".