Con cierta expectativa se aguarda la respuesta de los propietarios de Mefro Wheels a la oferta de compra de la fábrica de llantas realizada por un grupo inversor argentino, que además cuenta con el soporte técnico de una empresa europea, competidora de la casa matriz alemana en la fabricación de ruedas. Desde la UOM, que avanzó en varios frentes para conservar las fuentes laborales, apuestan todas las fichas a que se concrete la venta directa para resolver el conflicto. De todos modos, no descartan otras alternativas por si no hay acuerdo entre los alemanes y el grupo inversor. La provincia intensificaba las gestiones con los propietarios de la empresa para que la vendan.

Las negociaciones para adquirir las acciones de la planta rosarina están planteadas sobre dos cuestiones. Una es la deuda local que mantiene la empresa ‑UOM, Camesa, Gas Litoral, Afip, trabajadores‑ cifra que es más fácil de determinar y que los alemanes pretendían resolver con la venta del inmueble.

Pero como se aprobó la ordenanza impidiendo otro uso del predio que no sea industrial, y se intensificaron las conversaciones con la provincia para expropiarla, los accionistas alemanes decidieron estudiar la oferta acercada por un grupo inversor nacional.

El otro punto está enfocado en el pasivo de la planta rosarina con la casa matriz alemana, la denominada deuda intercompany, que es más complicada de determinar. Lo cierto es que los contratos de compra fueron girados a Alemania y las negociaciones continúan a partir de algunas observaciones que ayer realizaron los alemanes.

Como se encargó de repetir el titular de la cartera de la Producción santafesina, Luis Contigiani, que está jugando un activo rol en las negociaciones, Mefro Wheels es "una empresa viable", que fue afectada por la avalancha de importaciones al ingresar en el 2016 más de 2,5 millones de llantas. Hasta principios de este año, cuando los nuevos dueños de las acciones avanzaban con una política de vaciamiento para cerrarla y venderles directamente a las terminales nacionales, tenía pedidos para colocar 600 mil unidades.

Respecto a la situación de los trabajadores, desde el gremio apuntaron que de 170 trabajadores con las que contaba la empresa hasta que decidió cerrarla y ofrecer el 60 por ciento de la indemnización, aceptada por los operarios en una asamblea a principios de febrero, hay una veintena que consiguió reinsertarse laboralmente.

Durante la reunión realizada la semana pasada entre el gobernador Miguel Lifschitz, la conducción del gremio y un representante del grupo inversor nacional interesado en adquirir la planta rosarina, varias consultas giraron en torno a la conservación de los puestos de trabajo.