Trabajadores golondrinas que quedaron varados en Mendoza piden que se autorice un colectivo para que retornen a sus hogares en la provincia de Salta. Aseguran que quedaron en diferentes lugares y que el trabajo de temporada ya finalizó.
Sebastián Cortez, quien reside en el municipio de Pichanal, contó a Salta/12 que quedaron en la provincia de Mendozza, que “hay compañeros que están desde noviembre y el trabajo que realizaban ya terminó”. Señaló que lo “poco que ganaron” ya se está acabando con la compra de alimentos para subsistir. Pero están preocupados por el sustento de sus familias.
Por eso, piden que se "autorice un colectivo para que nos puedan trasladar para Salta”. “No les pedimos que nos paguen el colectivo, nosotros lo hacemos, pero queremos una autorización para que se nos habilite un coche que haga el transporte. Queremos volver”, manifestó.
Solicitan que las autoridades, sean nacionales o provinciales, les faciliten el trámite. “Esto recién está comenzando y se va a poner más crítica la situación. No sabemos cuándo nos vamos a poder mover”, expresó Cortez.
El joven está dentro de un grupo de 60 trabajadores que desempeñan la tarea de embaladores de productos de diferentes cosechas. En la mayoría de los casos, el trabajo finalizó a mediados de marzo e intentaron volver a Salta, pero con el inicio de la cuarentena ya se vieron imposibilitados.
Cortez se encuentra en Colonia Segovia, mientras que otros trabajadores están las localidades de Corralito y Colonia Bombal. “Están repartidos por varios lugares, pero seguimos en contacto para saber cómo están”, afirmó.
Los trabajadores varados viven en Pichanal, Colonia Santa Rosa, Embarcación y Orán. Estos municipios están ubicados en la zona tropical de la provincia de Salta. Allí hay gran porcentaje de trabajadores que se dedican a la cosecha y van rotando por provincias.
La vuelta, previst para hace unas semanas, les iba a permitir trabajar en la temporada salteña. “Acá el trabajo se terminó y no sabemos qué hacer. En Salta ya nos tocaba empezar la cosecha de zapallitos y berenjenas, por ejemplo”, lamentó el trabajador. “La verdad todos son gente que trabajan en el campo”, contó.
Si bien el pago de sus trabajos se hizo en tiempo y forma, se presentó la dificultad de tener un hospedaje para pasar la cuarentena. Hay "compañeros que están en Colonia Bombal, el patrón les alquilaba una casa y como se terminó el trabajo eso finalizó. Ahora se la están rebuscando como sea”, dijo Cortez.
“Por suerte a nosotros el patrón nos supo entender y nos da un lugar dentro del predio de la finca”, afirmó.
Sus familias sin ayuda
Los trabajadores están en fincas alejadas del centro de Mendoza y a raíz de la cuarentena no pueden movilizarse. Esto les imposibilita que puedan hacer llegar dinero a sus familias, porque los depósitos lo realizan en la capital.
Cortez relató que “un compañero quiso ir a hacer un giro y no pudo. No lo dejaron pasar en Rodeo de la Cruz y se tuvo que volver”. Aseguró que solo llaman por teléfono para saber cómo están sus familias, pero no pueden hacer nada más.
En su caso, no salió desde que inició el aislamiento por temor a las detenciones. "Somos gente de lejos y si nos ven directamente te meten en cana. Por eso no salí. Estamos metidos en la finca y nos pidieron no salir para no tener problemas”, explicó.
En algunos casos, sus parientes “iban guardando plata y haciendo una reserva, pero eso se va a terminar en algún momento”, advirtió.