A 38 años de la guerra, la conmemoración del "Día del Veterano y los Caídos de Malvinas", no tendrá actos debido a la cuarentena obligatoria por coronavirus. Sin embargo, hay un pedido de embanderar las casas para que la fecha no pase desapercibida.
Tres hermanos de la comunidad kolla Los Naranjos de Orán combatieron en la guerra, Anastacio Vilca Condorí que en ese momento tenía 21 años , Juan Bautista de 25 años y Mario de 16 años, que perdió la vida en el ataque de los ingleses que hundió el Ara General Belgrano en el que iba a bordo.
Anastacio hoy es abogado, en Malvinas estuvo como enfermero de la Armada en el Buque Bahía Paraíso que se convirtió en un hospital después de la toma de las Islas Georgias del Sur. "Auxiliamos al crucero Belgrano el 2 de mayo, allí iban mis dos hermanos. Mario fallece sin que podamos recuperar su cuerpo, nos enteramos luego que fue el de menor edad de todos los caídos que participó en Malvinas. Él había ingresado a estudiar en la Marina y después del primer año le tocó embarcarse, su destino fue el crucero Belgrano, primero navegó a Uruguay y después a Malvinas"
"Juan Bautista sobrevivió, fue el último en saltar a la balsa porque se quedó auxiliando compañeros y buscando a nuestro hermano", recordó Anastacio. "Una de las personas a las que salvó vino a Salta a conocerlo. El encuentro fue a través del cineasta Alejandro Arroz quien hizo un documental sobre tres hermanos en Malvinas 'Los Vilca Condorí'", contó. Juan Bautista también fue salvado por sus compañeros de morir, "él desea ver a quien lo ayudó cuando casi fue a parar a un habitáculo lleno de llamas y humo, y a otro (soldado) que lo salvó cuando se largó a la balsa y cayó con su cuerpo afuera".
Anastacio dijo que cuando socorrían a los tripulantes hubo un momento en que tuvieron que irse porque vieron un objeto extraño, que no sabían si era una ballena o el submarino británico que hundió al Belgrano y planificaba atacarlos.
"Estuve alrededor de 2 meses y medio en Malvinas hasta el final de la batalla y un mes más porque nuestro buque no solo auxilió a los heridos, en las distintas posiciones en las islas sino que también tuvo que auxiliar a los sobrevivientes, luego de que fuéramos prisioneros casi 6 días", rememoró Anastacio.
El oficial retirado de la fuerza aérea Ramón Galván tenía 22 años cuando ocurrió la guerra. Estuvo en la base de Puerto Santa Cruz. Voló 24 horas en Malvinas.
Galván recordó que el 1 de abril estaba en Reconquista y les llegó la orden de enviar 4 aviones (de ataque) Pucará. "Nadie sabía para qué". Dijo que los aviadores tenían que despegar y llegar al sur. "Fueron a Tandil. Los pilotos querían descansar, les dijeron que no. Llegaron a Río Gallegos. A las 8 tomaron las islas, volaron un día entero hasta llegar a Malvinas".
Cuando se enteraron que recuperaron las Islas comenzó el despliegue de fuerzas. "El 2 cuando fueron tomadas las Malvinas nos dimos cuenta de para qué era, sin saber que ya estábamos trabajando a full con eso", contó el oficial y piloto.
El 2 de abril "cada uno tenía que despachar a la familia a sus lugares de origen y prepararnos para ir al sur. Mi esposa estaba embarazada, iba a nacer nuestra primera hija el 16 de mayo. El único miedo que tenía era no conocer a mi hija. Tenía que ir, cumplir con la misión y volver", sostuvo Galván.
El oficial expresó que llevaban "espíritu y amor a la patria". Dijo que siente orgullo de haber estado en ese momento.
"Tuve que estar con vocación. Era la primera vez que la fuerza aérea entraba en una guerra real. Siempre habían estado en adiestramiento y preparación, no en un conflicto. El 1 de mayo se recuerda como el bautismo de fuego", detalló.
La decisión de la guerra
"Si bien estaba un gobierno de facto, habían problemas en el país, considero que los 150 años que pasaron sin reclamar eran algo importante. La Argentina tenía que mostrar su interés o perdíamos argumento ante Naciones Unidas", consideró Galván.
Vilca Condorí por el contrario, opinó que la guerra "es el desencuentro de grupos humanos. Somos enemigos de la guerra, la hemos vivido, no la queremos más. Es la peor estúpidez humana", planteó. Él dijo que sigue siendo combatiente de Malvinas puesto que no desistió de la idea de que Argentina debe recuperar las Islas pero indicó que la lucha no es con las armas sino por la vía diplomática.
Tardío reconocimiento
Vilca Condorí explicó que después de la guerra, "hubo alrededor de 500 suicidios en los primeros 10 años". Sostuvo que a los ex soldados los afectó la situación de abandono, "no había atención en hospitales, no tenían trabajo, andaban rebotando en muchos lugares".
Además señaló que cuando "mejoraron las condiciones, se redujeron los suicidios", pero llevó su tiempo. Con la sanción de la ley 23.848 en 1990 el Estado les pagó a los que fueron soldados conscriptos y entraron en combate, una pensión equivalente a una jubilación mínima "no alcanzaba", recordó. Después se amplió al personal civil y también a oficiales y suboficiales que estuvieron en Malvinas y el monto se incrementó al equivalente de 3 jubilaciones mínimas. "Mejoró mucho el haber en la presidencia de Néstor Kirchner", afirmó.
Los reconocimientos tardaron y pasaron años hasta que les dieron la palabra en los actos oficiales del gobierno, relató Vilca Condorí. Hizo un llamado a recuperar la historia y la memoria de lo que fue la guerra porque aún quedan sobrevivientes con vida pero ya tienen edades avanzadas. Por ello pidió que se comprometan los gobiernos y los poderes legislativos municipales, provinciales y nacionales.
Vilca Condorí dijo que hay siete organizaciones en Salta que están a la vez en Federaciones y en una Confederación Federal. Sostuvo que hubo que "luchar por compañeros que no tenían obra social. Cuando se recuperó la democracia, la legislación costó muchísimo, no hubo comprensión ni entendimiento. Las cúpulas de superiores acusaban a los soldados que habían vuelto de la guerra".
Tuvieron que luchar por la atención en salud, la reinserción en el trabajo, acceso a la vivienda y a la educación, "escasamente se llevó a la práctica" dijo Vilca Condorí.
Pero valoró que con la reinserción pudo recibirse de abogado. El ahora letrado, destacó que en el Colegio de Abogados de Salta se creó el año pasado el primer Instituto Jurídico de Malvinas.
Galván recordó que la fuerza aérea nunca se rindió y tuvo 55 muertos, entre ellos 36 oficiales que eran la mayoría aviadores, 14 suboficiales y 5 soldados. Dos eran salteños. "Luis Guillermo Sevilla de aviación militar, falleció en la zona de Darwin el 28 de mayo y Marcelo Pedro Lotufo, capitán que murió el 7 de junio".
El oficial planteó también que los reconocimientos llegaron varios años después. "Tengo amigos y gente conocida que dice que fuimos héroes. Héroes son los 649 que murieron en la guerra, es el que entregó la vida, yo no. Nosotros lo podemos contar. Al Capitán Lotufo y Sevilla siempre los hemos homenajeado", expresó.
Galván expresó que no le gusta la interpretación que se hace sobre el veterano de guerra, "como el pobrecito", "yo era un soldado con 20 años, me preparé para eso", dijo. Contó que la hija se llama Victoria, porque al volver de Malvinas, pudo conocerla. Opinó que se debe reconocer a los que han participado de la guerra "recordar y agradecerles".
Ahora los veteranos de Malvinas y familiares esperan una resolución judicial ante el pedido que realizaron para que las pensiones honoríficas que recibieron sean retroactivas a 1982.
Coronavirus, enemigo invisible
Galván comparó al covid-19 como un enemigo invisible. Recordó que en la Escuela de Aviación de Córdoba vivían en aislamiento, "el fin de semana cuando no salía franco, pasábamos sábado y domingo adentro, con estudio, gimnasia, deportes, hobby. Hay que tratar de tener la mente ocupada, ser positivos", sostuvo.
También comparó la "incertidumbre". "Hasta antes del 1 de mayo de 1982. Sabíamos que podía venir un ataque de la isla de Asunción cuando se produjo ya fue otra la situación. Era la guerra. Cuando explote la cantidad de contagiados, las muertes, va a ser como el 1 de mayo. Por ello hay que quedarse en la casa y tratar de cumplir con lo básico", recomendó Galván.
"Siento que es un ataque al mundo, apuntado a las edades más sensibles, a la ancianidad. La pandemia es un enemigo invisible. Nunca me imaginé lo de hoy", manifestó Vilca Condorí. Dijo además que para quienes producen armas está la posibilidad de una guerra bacteriológica y también comparó esto con la guerra psicológica implementada en Malvinas por los ingleses.