Con un doblete de Oscar Más -que nunca había convertido ante Boca- y un tanto de Ermindo Onega, hace 54 años River pudo salir otra vez airoso de la Bombonera y batió 3-1 (descontó Alfredo Rojas) a su eterno rival justo el día que cumplía años y con un ingrediente curioso: el lugar del eterno Amadeo Carrizo fue ocupado por un jovencísimo Hugo Orlando Gatti, quien una década más tarde cruzó de vereda y se consagraría ganando títulos nacionales e internacionales defendiendo el arco xeneize.
Salir exitoso de la Bombonera era para River una asignatura pendiente desde hacía once años. Precisamente el 8 de diciembre de 1955 -épocas en que a caballo de un nuevo golpe militar aún permanecía fresco el derrocamiento de Juan Domingo Perón- había sido la última vez que el equipo de la banda roja se imponía en el templo de Brandsen y Del Valle Iberlucea, donde se coronó campeón y hasta dio una vuelta olímpica a medias porque, en el clima asfixiante que imperaba, el horno no daba para bollos.
Otra pesada mochila que por entonces el conjunto millonario cargaba en sus espaldas era la falta de títulos, dado que el último databa de 1957. Claro que no hay mal que dure cien años... ni cuerpo que lo aguante. Y entre el presidente Antonio Vespucio Liberti y el DT Renato Cesarini se pusieron como metas volver vencer a Boca en su propia casa y alzar la Copa Libertadores. River cumplió el primer objetivo con creces; el segundo quedaría en la columna del debe, al menos en esa temporada.
Por su parte, Boca ostentaba el título de último bicampeón y era un equipo bien armado. Pero para este encuentro, disputado el 3 de abril de 1966, el entrenador Néstor Rossi no pudo contar con una de sus figuras, el delantero Norberto Menéndez, ausente por lesión, y en su lugar entró Hugo Zarich.
El arranque encontró más concentrado al conjunto visitante, entre otras cosas porque tanto Guzmán como el uruguayo Matosas tenían bien controlados a los Rojas, Angel Clemente y Alfredo. A su turno, otro uruguayo riverplatense, Luis Cubilla, parecía ganar el duelo en su franja ante Silvio Marzolini. Así las cosas, en toda la primera etapa corrió más peligro la valla que defendía Antonio Roma que la del Loco Gatti.
Fue así que Silveira bajó en el área local al intratable Cubilla y el árbitro Goicochea pitó penal. Pero Ermindo Onega, su ejecutante, perdió la chance de poner a River en ventaja, ya que su disparo hizo temblar el travesaño. No obstante, diez minutos antes del descanso, el equipo millonario pasaría a ganar con un zurdazo letal de Pinino Más. Boca lucía desarmado y con poca reacción.
En el inicio del complemento, el toqueteo riverplatense fue evidente. Rattín se veía desbordado; Silvero, Simeone y Silveira la pasaban mal; y Más enseguida clavó el segundo. Herido, Boca se lanzó con todo hacia el arco rival.
Y ahí comenzaría el show de Gatti, que lucía seguro y se transformaría en un verdadero muro para las aspiraciones xeneizes, a punto tal que se ganó los primeros insultos de la hinchada local. Pero el arquero respondía con atajadas fenomenales y burlonamente le sacaba la lengua a la tribuna. Hasta que fue batido por el Tanque Rojas, quien de zurda metió el descuento para el anfitrión, que salió a empatar o morir porque se le aguaba la fiesta.
A continuación vendrían dos penales no sancionados, uno por cada lado. En el primero, Rojitas cayó dentro del área ante la marca de Matosas, pero el árbitro consideró que el de Boca se había tirado. En el segundo, Silvero desvió la pelota con la mano en la línea del arco xeneize, pero Goicochea se hizo el sota.
No obstante, el visitante era el que tenía más chances de aumentar que el local de empatar. Y a cinco minutos del final, Onega se cobraría revancha por el penal errado y un nuevo remate suyo esta vez se escurriría por debajo del cuerpo de Roma. Con el 3-1 final, River se sacó la espina de volver ganar en la Bombonera ante un frustrado Boca, al que le amargaron su fiesta de cumpleaños.
Y el Loco Gatti, tras haber perdido en su debut un año antes frente al eterno rival en Núñez, se daba el gusto de ganar en la Ribera su primer Superclásico con el buzo millonario. Una década más tarde, entre los '70 y los '80, se transformaría en el guardián de los tres palos de la valla de Boca, donde fue titular durante doce años y cosechó seis títulos nacionales e internacionales. Pero esa es harina de otro costal.
Aniversario con banderas
Millones de fanáticos de Boca en la Argentina y el mundo exhibirán este viernes la bandera xeneize desde sus hogares como festejo del 115° aniversario del club, que se producirá en medio del aislamiento social obligatorio dispuesto para contener la propagación del coronavirus.
La singular iniciativa, impulsada desde los canales oficiales del club que preside JOrge Ameal, propone a los hinchas colgar el estandarte boquense en el balcón o la ventana de cada hogar para festejar el cumpleaños.
Durante la jornada, el director técnico Miguel Angel Russo le brindará un mensaje a todo el pueblo xeneize, y a las 19.05, en coincidencia con el momento de fundación, cada boquense cantará el cumpleaños feliz en la intimidad de su hogar. Los videos enviados serán publicados en los canales oficiales con el hashtag #QuedateEnCasa.