A la situación ya complicada en el norte salteño, donde viven muchas comunidades de pueblos indígenas, se sumó la complejidad de una pandemia que cerró caminos y demoró la entrega de beneficios sociales y de alimento.
En un principio, desde el gobierno nacional y provincial se había indicado que a las comunidades se les iba a dar el módulo en lugar de la Tarjeta Alimentar. Pero por reclamo de los referentes originarios finalmente decidieron disponer del plástico de la tarjeta, y sumarla a la entrega de bolsones o módulos alimentarios.
Pero la tarjeta no fue entregada en seis municipios. A las tarjetas se les hace una carga de $4 mil a familias o madres con un niño de hasta seis años y de $6 mil para las que tienen dos o más niños de esa edad, para que puedan comprar alimentos.
Según lo informado por el titular del Centro de Referencia (CdR) en Salta del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación en Salta, Miguel Calabró, entre los seis municipios donde no se entregaron las tarjetas Alimentar se encuentran: Iruya, donde fueron destinadas 235 tarjetas; Santa Victoria Oeste, donde hay 307 beneficiarios; Nazareno, con 140 plásticos destinados; Santa Victoria Este, con 995 beneficiarios; Rivadavia Banda Norte, con 779, y Rivadavia Banda Sur, con 895 tarjetas.
Se había informado que las tarjetas Alimentar se iban a repartir en las comunidades en distintos operativos coordinados entre Nación, Provincia y el Banco Nación. Estos municipios se habían programado para ser los últimos en los que se entreguen las tarjetas por ser los de más difícil acceso y con caminos que muchas veces se cortan por las lluvias. Pero llegó la disposición de la cuarentena, el Banco Nación cerró sus sedes y las tarjetas quedaron sin repartir.
Desde el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia se explicó que los beneficiarios de estos municipios ya tienen sus tarjetas cargadas con los montos correspondientes. Ante ello habría una imposibilidad de cargar en la Asignación Universal por Hijo (AUH) las partidas correspondientes a la Tarjeta Alimentar, una solución que había encontrado el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación para algunos casos. Los operativos de entrega del plástico, en tanto, se reiniciarán una vez que el Banco Nación retome sus tareas tras concluir el aislamiento social.
Demora en el pago de beneficios
El miércoles último asomó otra preocupación en las comunidades indígenas del Chaco salteño. Agapito Ceballos, cacique de la comunidad wichí Rancho El Ñato, en Santa Victoria Este, dijo que les comunicaron a las comunidades que el pago de beneficios y pensiones no contributivas se iba a demorar. "Siempre cobramos el 2”, dijo a Salta/12.
La secretaria de Hacienda de Santa Victoria Este, Julieta Cataldo, explicó que efectivamente se estaba previendo un operativo para que los miembros de las comunidades no se amontonen en un solo lugar para cobrar estos beneficios.
El operativo que se planificaba con el Correo Argentino, establecía en principio visitar comunidad por comunidad. Pero el pago comenzaría la semana que viene.
Sin plata, sin alimento, sin caza
En estos lugares el acceso a los alimentos del circuito comercial no es fácil como en las grandes ciudades. En principio, porque la mercadería es más cara, y luego porque hay que recorrer grandes distancias para llegar a los centros urbanos y las familias indígenas no siempre cuentan con medio de movilidad. Una posibilidad, hoy un poco más remota, pero alternativa al fin, es cazar y recolectar en el monte, o pescar en el río. Pero los pasos también están cerrados y el mismo río ya no trae peces.
“Ellos dicen que trajeron los bolsones pero eso fue el mes pasado”, señaló Ceballos al describir que en su comunidad muchas familias se quedaron sin alimento.
Desde Desarrollo Social de la provincia se aseguró que los bolsones llegaron a la comunidad que dirige Ceballos el 19 de marzo pasado. En un detalle que dieron a Salta/12, indicaron que en Rancho El Ñato se dejaron 32 módulos alimentarios, correspondientes a niños entre 0 a 7 años (focalizados). Cuatro módulos por Discapacidad, 2 para embarazadas, 13 módulos a familias vulnerables que no percibían en ningún criterio anterior, y 8 módulos para adultos mayores de 60 años. Ceballos, por su parte, insistió en que sus dichos “son verdad. Yo no miento”.
El Gobierno de Salta publicó anteayer en su página oficial que se habían repartido módulos en Pozo El Bravo y en Santa Victoria Este. Sin embargo, Abel Mendoza, de la comunidad de Santa Victoria 2, dijo que el cacique, David Pastor, fue ese día a su casa para conocer “qué pasa con los bolsones”. La misma consulta fue por parte de Macario Aballay, de Pozo La China. En ambos casos indicaron que los bolsones no llegan o son menos de los que precisan para la totalidad de las familias.
“Está pasando en todas las comunidades. Es muy fuerte y lamentable porque no tendría que pasar esta situación. Como pueblos originarios tenemos la esperanza de que la ayuda aparezca como se debe. Porque la Policía controla y ni siquiera pueden salir al monte para pescar o recolectar. Sin eso qué comeríamos si no. Estamos tan preocupados. Estamos mal”, dijo Mendoza.
Modesto Rojas, cacique de la comunidad Kilómetro 5, en Tartagal, denunció por su parte prácticas similares. Afirmó que se publicó sobre la entrega de módulos alimentarios pero que los módulos no llegaron. En un comunicado del Ministerio de Desarrollo Social del miércoles pasado se indicaba que el trabajo territorial de entrega de módulos se iba a hacer en Hickman, Dragones y Misión Chaqueña, todas de la jurisdicción de Embarcación, en el departamento San Martín. Sin embargo, hasta el mediodía de ayer no había llegado ningún módulo.
En medio de afirmaciones cruzadas entre el Gobierno y las comunidades, se destaca el hecho de que la semana pasada en tres días murieron tres chicos wichí por causa de la desnutrición.