Desde Brasilia

Es la noticia del año, por ahora. La Procuraduría General de la República envió a la Corte una lista de 83 políticos, entre los que estaría el hombre fuerte del gobierno de Michel Temer, Eliseu Padilha, y otros funcionarios envueltos en el escándalo de corrupción investigado en la causa Lava Jato.

Se trata principalmente, según versiones  extraoficiales, de referentes del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), de Temer, y del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), del ex candidato presidencial Aécio Neves y su abuelo político, Fernando Henrique Cardoso.  

PMDB y PSDB son las fuerzas que sustentan al gobierno surgido de la asonada que hace nueve meses desalojó a Dilma Rousseff del Palacio del Planalto con el pretexto de moralizar y estabilizar (así como “despetizar”) al país.

La democracia fue “atacada (...) y violentada por la corrupción y el abuso de poder económico y político” sostuvo  el procurador Rodrigo Janot al anunciar la conclusión del informe que era aguardado desde la semana pasada.

Janot solicitó ayer por la noche al ministro Edson Fachin, del Supremo Tribunal Federal, que abra investigaciones a 83 ministros, senadores y diputados, beneficiados por el foro calificado, alcanzados por las delaciones premiadas de 77 ejecutivos de la constructora Odebrecht.

Aunque “La lista de Janot” fue guardada bajo siete llaves en la “Sala del Cofre” del tercer piso del palacio del Supremo Tribunal Federal, ya se filtró que en ella figuran el jefe de la Casa Civil Eliseu Padilha y otros cuatro ministros, además de los presidentes del Senado, Eunicio Oliveira y de Diputados, Rodrigo Maia.

Traducido: no sobrevivió ninguna pieza importante del engranaje político-mafioso montado por Temer para gobernar hasta el 31 de diciembre de 2018.

Un vocero del mandatario dijo que de aquí en adelante se inicia el período “post delación del fin del mundo” en la que se intentará continuar con las (contra)reformas previsional y laboral.

La Bolsa de Valores de San Pablo, que se disparó cuando fue derrocada Rousseff, ayer cayó el 1,5 por ciento y el 5 por ciento las acciones de Petrobras: señal de que el mercado financiero duda sobre cuánta gobernabilidad le queda al mandatario cuyo capital político depende, no de su aprobación popular, sino de la profundidad y velocidad del ajuste. “Prefiero ser impopular a populista” dijo Temer a la revista británica The Economist, cuyo enviado se sorprendió por las convicciones neoliberales del entrevistado.

Siempre de acuerdo con las filtraciones publicadas por las ediciones on line de los diarios Estado y Folha, la Procuraduría solicitó que el Supremo Tribunal investigue al actual canciller Aloysio Nunes Ferreira y al anterior, José Serra, así como al senador Aécio Neves, los tres del PSDB.

El propio Temer también habría sido nombrado más de 40 veces por los arrepentidos de Odebrecht, luego de acordar hacer delaciones premiadas a cambio de la mitigación de sus penas.

Según esas confesiones Temer, secundado por Eliseu Padilha, negoció en una cena celebrada en 2014 el aporte de unos 3 millones de dólares ilegales con Marcelo Odebrecht, ex titular de la constructora, que purga una pena de 19 años de prisión.

El contenido de los archivos posiblemente será publicado en los próximos días, con el fin del secreto de sumario, luego de que sean revisados por el ministro Fachin, que asumió como relator de Lava Jato en enero reemplazando a Teoríi Zavascki, fallecido en un accidente aéreo el 19 de enero. Zavascki era tenido como el juez más imparcial del Supremo, y posiblemente el más temido por Temer.

El informe elevado al Supremo Tribunal tiene un anexo sobre 211 personas sin foro privilegiado, donde estarían Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, cuyos expedientes serán girados a jueces ordinarios.

Es un hecho que el anuncio del procurador puso nocaut, o al menos dejó groggy, a la actual administración. Y es igualmente cierto que la Justicia demoró en iniciar esta fase del proceso Lava Jato: las confesiones de los ejecutivos de Odebrecht habían concluido y fueron homologadas en diciembre del año pasado.

No son convincentes los argumentos esgrimidos para justificar tanta demora, que más bien parece haber sido un respiro para asegurar la estabilidad del régimen.

En paralelo a la parsimonia del jefe de la Procuraduría, algunos jueces del Tribunal Superior Electoral dejaron trascender que están dispuestos a ser indulgentes en otra causa contra Temer, porque si lo condenaran alimentaría el clima de inestabilidad e ingobernabilidad.

Fantasmas

Desde Europa, donde visitó Suiza y Portugal, Dilma Rousseff denunció un plan, apoyado por jueces, para posponer las elecciones de octubre del año próximo en las que, según los sondeos, Lula podría ser electo para un tercer mandato.

Uno de los responsables de esa trama, que confirma la complicidad judicial en el golpe, sería el ministro Gilmar Mendes, miembro del Supremo  y titular de Tribunal Electoral.

“Pueden cambiar las reglas de las elecciones presidenciales con la introducción del Parlamentarismo o postergar las elecciones del año que viene”, avisó Dilma desde Ginebra.

Luego siguió viaje a Lisboa, donde ayer pronunció una conferencia en la Fundación José Saramago donde el público coreó “Fuera Temer”.

La ex presidenta, que al parecer aspira a candidatearse al Congreso en 2018, comentó una declaración del mandatario, quien contó que dejó el Palacio de Alvorada luego de percibir, junto con su joven esposa Marcela, que la residencia estaría ocupada por “fantasmas”.

“Viví allá y nunca ví nada de eso, nunca vi ningún fantasma”, declaró Dilma con algo de ironía sobre su sucesor, al que volvió a acusar de “golpista” y suele calificar como un “intruso” en Alvorada.