Luiz Inácio Lula da Silva dijo ser víctima de una “masacre judicial y mediática”. El ex presidente de Brasil se refirió en esos términos al declarar por primera vez en el expediente abierto por la operación Lava Jato, por el que se le formaron cinco causas. El fundador del Partido de los Trabajadores (PT) rechazó las acusaciones en su contra durante su presentación ante el juez Ricardo Leite, quien aceptó una denuncia de la fiscalía de Brasilia donde se sostiene que el ex mandatario pudo haber sido parte de una trama para ayudar a Néstor Cerveró, ex director de la empresa estatal Petrobras que se encuentra actualmente en prisión domiciliaria.
En la causa por la que declaró ayer, Lula es investigado porque el ex senador Delcidio Amaral, también del PT, dijo cuando fue detenido por corrupción que había planificado con el ex mandatario una supuesta red para proteger a Cerveró. Al negar los cargos por obstrucción a la Justicia imputados en su contra, el ex mandatario dijo: “Todos aquí tienen dimensión de que un ciudadano de repente es tomado por sorpresa por la televisión y los diarios, siempre alguien en el desayuno, en el almuerzo y en la cena insinuando que van a detener a Lula, que Lula será delatado por alguien, que detuvieron a Delcidio, que detuvieron al Papa y ahora van por Lula”.
En su declaración, que fue divulgada por fuentes judiciales, el ex mandatario insistió con los argumentos volcados en los últimos actos políticos: “Dudo de que haya un empresario o un político que tenga coraje de decir que un día me dio 10 reales. Yo no hago eso, no por ser mejor que nadie, sino porque cuando alguien como yo llega a la presidencia de la República no tiene el derecho a equivocarse”.
Asimismo, el líder petista aseguró que Amaral lo acusó falsamente y que nunca conoció a Cerveró. “Ellos tenían relación desde antes de mi gobierno”, señaló Lula, quien afirmó que respalda las investigaciones por la operación Lava Jato, pero “siempre que vaya al fondo de la corrupción, sin execrar a las personas”. Lula también pidió que se presenten pruebas en su contra. “Quiero alguien que me diga el delito que cometí; tengo 71 años y me cansé de ver las instituciones devaluadas; el ministerio público ni existía cuando llegué al poder y lo revitalizamos sin nunca pedirles un favor personal”, destacó.
El juez le preguntó si hablaba con Amaral sobre la operación Lava Jato, dado que el senador era el líder del gobierno de Dilma Rousseff en la Cámara alta. “De la Lava Jato –respondió Lula– se habla en el desayuno, en el almuerzo, en la cena y después de la novela.” Lula fue acompañado por sus seguidores afuera de los tribunales federales de Brasilia, edificio en el que se realizaron pintadas a favor del ex mandatario. Lula debe presentarse el 3 de mayo en Curitiba ante el juez Sérgio Moro, quien lleva adelante el cuerpo principal de la causa por la operación Lava Jato; en esa oportunidad declarará por una denuncia de la fiscalía que sostiene que es dueño oculto de un departamento que pertenece a la empresa constructora OAS, que habría recibido ventajas en contratos con Petrobras.
Según sondeos recientes, Lula saldría victorioso en una elección general, a pesar de encontrarse implicado en el caso Petrobras.