Desde Marbella.Los españoles cumplirán al menos 45 días de encierro continuado y la vuelta a la normalidad, cuando se produzca, será gradual. Sin embargo, este sábado recibieron algo parecido a buenas noticias o, al menos, no tan malas como en las últimas semanas.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compareció como cada fin de semana para dar cuenta de la batalla contra la pandemia y adelantó qué pasos seguirá en los próximos días. Anunció que pedirá al Congreso que se le permita extender durante dos semanas más el estado de alarma, que llegará de esa manera al menos hasta el 26 de abril, aunque las medidas de confinamiento extremo, con la paralización de toda actividad económica no esencial, no estarán incluidas en esa extensión del confinamiento y terminarán el lunes 12.
Lo hizo el día en que las cifras de muertos y hospitalizaciones por el el coronavirus dieron por fin algo de respiro. España registró entre las 12:00 del viernes y las 12:00 del sábado 809 nuevos fallecimientos, el número más bajo en una semana, con lo que el total de fallecidos alcanza a 11.744. En el mismo periodo se contabilizaron 975 ingresos hospitalarios, el número más bajo de las últimas semanas.
Con estas cifras, el mensaje del presidente estuvo salpicado de un tímido optimismo. Aseguró que el confinamiento extremo ordenado hace una semana ha servido para disminuir la propagación del virus. “Hace tres semanas se expandía diariamente por encima del 20 por ciento y hoy esta, afortunadamente, en un 6 por ciento”, señalo.
Esto ha permitido contener la llegada masiva de infectados a los hospitales, lo que aleja el riesgo de colapso del sistema sanitario, y también para que aumentara de manera significativa el número de altas. “La victoria es posible y además está cada día más próxima”, aseguró.
Con todas las precauciones a las que obliga una situación inédita, Sánchez aseguró que ya se está cerca de alcanzar la primera etapa fijada cuando se declaró el estado de alarma, superar la curva de contagios y dejar atrás el pico de infecciones.
El siguiente, dijo, es reducir la propagación, hacer descender el número de contagios y conseguir que los nuevos enfermos sea menos que los nuevos sanados, de modo que los hospitales recuperen su capacidad plena. Esto, adelantó, llevará todavía varias semanas. Por eso, tras reconocer que una gran parte de la población vive los peores días de su vida, volvió a repetir frase que ya se ha convertido en su lema frente a la crisis, al pedir a los españoles “sacrificio, resistencia y moral de victoria”.
Una vez que se consiga un descenso en la curva de contagios comenzará el proceso para la recuperación de la normalidad, aunque el presidente adelantó que será un proceso gradual que deberá llevarse a cabo con mucha prudencia, ya que de otra manera el país quedaría expuesto a una segunda ola de contagios. La victoria total, adelantó, sólo llegará cuando exista una vacuna y para ello todavía faltan meses.
No obstante, la prolongación del estado de alarma y con él el confinamiento de la mayor parte de los ciudadanos españoles no afectará a los sectores económicos no esenciales cuya actividad se paralizó hace una semana por un periodo de 15 días. El decreto aprobado entonces no se prolongará, por lo que actividades como la gran industria o la construcción podrán volver al trabajo tras la semana santa.
Esta medida se basa en informes realizados por un equipo de epimediólogos convocados por el Gobierno que está elaborando un plan para la reanudación de la actividad económica y social que incluye medidas como ésa.
Con el escenario de una crisis económico sin precedentes en el horizonte, Sánchez volvió a insistir en la necesidad de un nuevo Plan Marshall como el que reconstruyó Europa tras la Segunda Guerra Mundial. “Es la hora de que Europa proteja a los europeos frente a esta calamidad, esta desgracia que estamos sufriendo. Europa se ha resistido ya durante demasiado tiempo a dar pasos para avanzar en una responsabilidad compartida”, lamentó. Reclamó en ese sentido la necesidad de ser conscientes de que la pandemia afecta al conjunto de la humanidad y de que la respuesta no se puede dar desde los estados nación.
También convocó a las fuerzas políticas y sociales españolas a reeditar los Pactos de la Moncloa, firmados en 1977 que permitieron la modernización económica de España en el inicio de la transición tras la muerte del dictador Francisco Franco y la recuperación de la democracia.
Por el momento, la apelación a la unidad de Sánchez no cayó en saco roto. Pablo Casado, presidente del conservador Partido Popular, principal fuerza de la oposición, anunció que su formación apoyará en el Congreso la prórroga del estado de alarma y lo mismo hizo la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas. Sólo Vox, la formación de extrema derecha que es la tercera fuerza parlamentaria y que insiste en propiciar la destitución de Sánchez y la formación de un gobierno de concentración, ha declinado dar su respaldo.
Sectores cercanos al PSOE han difundido informaciones en los últimos días en los que advierten de la propagación de noticias falsas que buscan minar la moral de la población y desprestigiar al gobierno. Apuntan precisamente a Vox por la multiplicación de cuentas robotizadas en las redes sociales que reproducen insistentemente estos mensajes.
Sánchez se refirió también a esta situación y agradeció a los ciudadanos que no estén cediendo “ni a las mentiras ni a la rabia”.