El total de los sindicatos petroleros del país y las tres cámaras empresarias del sector hicieron una presentación conjunta al gobierno nacional solicitando la apertura de una comisión paritaria, buscando consensuar una salida a la crisis que está viviendo la actividad. La parálisis en la perforación de pozos no surgió con las medidas de emergencia por la pandemia, sino en el cambio de política de precios de los hidrocarburos que improvisó Mauricio Macri en agosto de 2019, pero la crisis sanitaria agravó y extendió el cuadro de situación a toda la cadena de producción y refinación. Ahora le corresponderá al Ministerio de Trabajo responder si habilita el inicio de las negociaciones, que abarcarían a la actividad petrolera de todas las cuencas (sin inclusión del personal de empresas contratistas) y a las refinerías que procesan el crudo y elaboran combustibles (pero no a las estaciones de servicio). En total, quedarían representados en estas negociaciones unos 50 mil trabajadores.
La iniciativa para la reapertura de paritarias provino de Guillermo Pereyra, titular del sindicato de petroleros privados de Neuquén, Río Negro y La Pampa, quien durante la semana pasada advirtió que sólo en su área de influencia había 20 mil puestos de trabajo en riesgo. De los casi 25 mil que se desempeñan en las empresas productoras de la región, apenas 4500 están saliendo a trabajar y el resto han sido enviados en cuarentena a sus casas. Pereyra estimó que "casi todos van a cobrar el sueldo de marzo normalmente", ya sea en la forma habitual o a través de sumas no remunerativas. El problema que planteó es "qué va a pasar con los sueldos de abril", si la inactividad se mantiene.
Desde la vereda patronal recibieron con muy buen grado de aceptación la propuesta y rápidamente se pusieron en contacto con los gremios, al punto tal que en menos de 72 horas quedó conformado el pedido a las autoridades nacionales para la reapertura de paritarias. La conducción empresaria entiende que es una oportunidad no desaprovechable para alcanzar "un buen acuerdo en medio de la crisis". Una crisis que tiene diversos componentes, los que se presentaron con la pandemia, como el derrumbe del precio internacional y las medidas de aislamiento local, pero también en las erróneas políticas del gobierno anterior frente al escenario electoral.
La situación de crisis del sector empieza en agosto pasado, con el congelamiento de precios previo a las elecciones, según reconocen los propios sectores empresarios. Pero este cuadro se agravó con la emergencia sanitaria. Las estadísticas de las ultimas semanas que manejan las cámaras empresarias del sector indican una caída del 80 por ciento en el consumo de naftas; del 90 por ciento en las aeronaftas y del 40 por ciento en el gasoil. Esta última, lógicamente, con una menor caída porque se mantiene el transporte en camión de productos esenciales y, aunque en forma restringida, el transporte público urbano.
La propuesta de negociaciones que se elevó al Ministerio de Trabajo contempla, según han explicitado las partes, la discusión de las condiciones de desarrollo de la actividad en cada cuenca, lo cual podría suponer acuerdos por separado. Se trata de cinco cuencas: Neuquina (la más importante en volumen de producción, empresas participantes y trabajadores involucrados), Cuyana, Noroeste, Golfo San Jorge y Marina Austral (o Magallanes).
"No va a haber despidos, pero tampoco suspensiones automáticas, es decir sin acuerdo con los sindicatos", respondió una fuente empresaria a la consulta de este diario. Sí se discutirán los posibles cambios (que podrían afectar salarios) en las condiciones de trabajo "para que la actividad sea sustentable hasta que todo esto termine", agregó.
El objetivo es mantener la actividad y las fuentes de trabajo, en un contexto seriamente dañado. El informe de situación indica que la producción no bajó, pero sí los ingresos de las empresas, porque lo que no se puede volcar en el mercado interno va a las instalaciones de almacenaje (a esta altura, ya al tope de su capacidad) o a exportación a los valores que se puedan obtener. El precio del crudo de referencia (barril Brent) cayó de cerca de 60 dólares a principios de año a 20 dólares en las últimas semanas, con una leve recuperación esta semana que lo acercó a los 25, rumores de acuerdo entre Rusia y Arabia Saudita mediante. Las perforaciones de exploración, en cambio, se encuentran totalmente inactivas desde fines de 2019.
La actividad de las refinerías está al 40 por ciento de su capacidad "o menos", informan fuentes privadas. Todo ello en un contexto internacional en el que se estima que, frente a una demanda normal de 100 millones de barriles de petróleo por día, este año podría pasar a 80 millones.
La agenda de la paritaria petrolera, aunque no fue definida, tendrá probablemente como ejes las condiciones de trabajo para maximizar la eficiencia productiva, de parte de las empresas, y garantizar compensaciones sustentables a los trabajadores que deban permanecer inactivos, como reclamo gremial. Además, habrá pedidos de compensaciones del Estado para las empresas ("razonables", aclaran) y se conversará sobre la necesidad de que los convenios laborales sean adaptables a las circunstancias (nadie menciona el término "flexibles"). Una preocupación que no estará ajena a la mesa bipartita o tripartita será la proyección para el post Covid 19, "cómo se vuelve en un contexto de precio internacional de 25 dólares". Pero, por ahora, se conformarán con encontrar un camino consensuado para atravesar la crisis.