Una tigresa del Zoológico del Bronx, en Nueva York, dio positivo de coronavirus. Se cree que contrajo el virus de un cuidador que no presentaba síntomas. No es la primera vez que un animal da positivo al nuevo coronavirus . A finales de marzo, se descubrió en Bélginca que un gato cuyo dueño estaba infectado contrajo el Covid-19, y lo mismo sucedió con dos perros en Hong Kong. No obstante, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por su sigla en inglés) recordó que “no hay evidencia de que los animales jueguen un papel en la transmisión de Covid-19 a las personas".
De acuerdo a la información proporcionada por el Zoológico, la tigresa malaya de cuatro años, llamada Nadia, presentó síntomas de la enfermedad, al igual que su hermana Azul, dos tigres de Amur y tres leones africanos , que desarrollaron tos seca. En un comunicado, los responsables del zoo dijeron que: "Testeamos al felino tomando todas las precauciones y nos aseguraremos de que cualquier conocimiento que obtengamos sobre el Covid-19 contribuirá a la comprensión sobre este nuevo coronavirus".
"Se desconoce cómo se va a desarrollar esta enfermedad en felinos grandes ya que las diferentes especies pueden reaccionar distinto a nuevas infecciones, pero seguiremos monitoreándolos de cerca", agregaron.
La prueba positiva de COVID-19 para el tigre fue realizada en el Laboratorio de diagnóstico del estado de Nueva York en la Universidad de Cornell y en el de diagnóstico veterinario de la Facultad de Medicina veterinaria de la Universidad de Illinois. Luego fueron confirmadas por el Laboratorio Nacional de Servicios Veterinarios del Departamento de Agricultura (USDA).
En cuanto a la evolución de los animales, los especialistas explicaron que "aunque han experimentado una disminución del apetito, a los felinos les está yendo bien bajo cuidado veterinario y están alegres, alertas e interactúan con sus cuidadores".
Los cuatro zoológicos y el acuario de la ciudad de Nueva York, principal epicentro de la pandemia en Estados Unidos, donde el número de muertos por el virus superó los 4.000, permanecen cerrados desde el 16 de marzo. De todos modos, frente al caso de la tigresa, el zoológico del Bronx dijo que se tomaron medidas preventivas para los cuidadores y para todos los felinos en los zoológicos de la ciudad.
El médico veterinario Fidel Baschetto, docente universitario y presidente del Capítulo Fauna Silvestre de la Sociedad de Medicina Veterinaria (Someve), recordó que el patógeno que se detectó en Wuhan, China, y que surgió de los animales, si bien no es nuevo -- en 2002-2003 se conoció el SARS-CoV-1-- este SARS-CoV -2 cuya expresión clínica es el Covid-19 es una nueva presentación que viene con muchos interrogantes.
“Todavía hoy no podemos dilucidar cómo apareció y cuáles fueron los reservorios silvestres que generaron el 1, de modo que con el 2 todo está en revisión. En este contexto, podemos decir que la susceptibilidad de especies es un proceso a rever", explico Baschetto. "Con los datos que hay, se puede decir que hay una susceptibilidad en la familia de los félidos, y menos susceptibilidad en los cánidos. Pero todo esto es nuevo, nada puede ser muy taxativo. De todas formas, de lo que no hay evidencia es de que haya pasado el virus de un felino a un can a un humano”, añadió.
Para entender la dificultad que plantea el tema, Baschetto recordó que cuando surgió el Sars -CoV-1 en 2002/3 en China se culpó a la civeta -un animal parecido a una comadreja- de ser el animal intermediario responsable de la transmisión del virus. “Se mataron 7000 civetas de granja que eran para consumo humano. Recién en 2008 se pudo comprobar que la transmisión había sido a la inversa: de los humanos al animal. Para que haya salto interespecifico tiene que haber un intermediario. En aquel entonces se creyó que fue la civeta, ahora se habló del pangolín. No hay evidencia científica”, señaló.
Por ahora, todo apunta a los murciélagos, explicó el veterinario, porque se los considera el hospedador natural de los diversos coronavirus. “Los murciélagos son animales que tienen un alto metabolismo y un gran sistema inmune, lo que los hace sostener el virus sin desarrollarlo. Y hay ahí una información biológica impresionante que hay que dilucidar”. De todos modos, remarcó Baschetto, “este tipo de murciélagos se encuentran desde Australia al sur Asia”.