El aumento de las importaciones desvela a los empresarios reunidos en la Unión Industrial Argentina, que ayer se reunieron para analizar la coyuntura económica y para advertir al Gobierno acerca de la caída de la actividad fabril. Según el informe que se presentó en la reunión de la Junta Directiva, el año pasado las importaciones crecieron 3,8 por ciento en volumen, mientras que las de bienes de consumo lo hicieron en un 17 por ciento. Desde el Gobierno habían asegurado que el aumento en las compras externas respondía a declaraciones juradas pendientes y a mediados de año insistían en que se había moderado el aluvión de importados. Sin embargo, lejos de mejorar esa tendencia, en el primer mes de 2017 las compras externas subieron a un 7,2 por ciento y las de bienes de capital, al 22,7 por ciento. El informe de la UIA desmiente a funcionarios que han relativizado el desplazamiento de la producción nacional por importaciones. Los directivos de la UIA manifestaron “su preocupación por la caída de la actividad industrial en un contexto donde la capacidad ociosa continúa en torno al 35 por ciento”.
La relación entre el gobierno nacional y la conducción de la UIA se resintió, luego de que funcionarios del Ejecutivo señalaran a los industriales por no cumplir con el compromiso de no despedir personal. Las cifras de la UIA, sobre los registros del SIPA y el Ministerio de Trabajo, reconoce la pérdida de 47.823 empleos en el sector en 2016, lo que representó una caída de 3,8 por ciento respecto de la nómina laboral a diciembre de 2015. La mesa chica de la entidad empresaria se reunió ayer en la sede de Avenida de Mayo, junto con representantes de distintos sectores y regiones, para analizar las situaciones, particularmente compleja para pequeñas y medianas empresas y economías regionales. De ese encuentro surgió un diagnóstico bastante sombrío sobre la actividad.
El Centro de Estudios de la UIA señala que en 2016 se registró una caída de la actividad manufacturera de 4,9 por ciento. Para 2017 estima un muy leve rebote de 1 a 2 por ciento, con significativas diferencias a nivel sectorial, “fruto de la evolución de costos internos, del impacto de la actividad en Brasil y de la intensidad de recuperación del mercado interno”. Para el caso de Brasil, señalan que la industria manufacturera acumula tres años de caída, con una baja acumulada de 20 por ciento, lo que impacta a nivel local. De todos modos, los empresarios alertan por la imposibilidad de sostener el nivel de actividad frente a un escenario de crecimiento de las importaciones.
“En 2016, de acuerdo con datos oficiales del Indec, se destacaron las subas en cantidades del 22 por ciento en calzado y 14,8 por ciento en muebles, asientos y colchones”, señala el informe sobre dos sectores muy afectados por las importaciones. El Centro de Estudios de la UIA difundió un relevamiento indicando que las importaciones en volumen de indumentaria crecieron 28,8 por ciento; las de bebidas, líquidos alcohólicos y vinagres, 93,8 por ciento; productos lácteos, huevos, y miel, 69,2 por ciento; mermeladas y jaleas, 188 por ciento; tomate enteros, trozos, preparados, o conservados, 330 por ciento; carnes y sus preparados, 154,4 por ciento; juguetes, 34,3 por ciento, y bombones rellenos, 27,2 por ciento.
Este aluvión de importados está afectando principalmente a las pequeñas y medianas empresas, además de economías regionales, que no pueden competir frente a los precios artificialmente bajos a los que arriban los productos desde el exterior. Esto además no logra compensarse con las exportaciones que “todavía se encuentran por debajo de los niveles de 2015”, detalla el informe. “Las exportaciones de manufacturas de origen industrial en 2016 cayeron 6,6 por ciento en valores respecto a 2015 y 2,8 por ciento en cantidades. Enero 2017 cerró con una mejora interanual de 15,7 por ciento en valores y del 18,4 por ciento en cantidades, pero todavía por debajo de 2015 y lejos de los números de 2011, cuando todavía Brasil mostraba crecimiento significativos”, agrega.
En la reunión se analizaron también las últimas modificaciones tarifarias y su impacto al sector. Los industriales insistieron en que el gas para la industria debería situarse entre los 3 y 4 dólares el millón de BTU, variando de acuerdo al uso sectorial. El gobierno anunció que el promedio de aumento se irá a 3,77 dólares, mientras que la industria se ubicaría por encima de esa cifra.