El consumo de bebidas se contrajo el año pasado un 8 por ciento respecto a 2015, debido a una reducción en el tamaño de las compras, según un análisis sobre el consumo en diferentes períodos de crisis que desarrolló Kantar Worldpanel. La categoría líder del sector son las gaseosas, donde las segundas marcas concretaron evoluciones positivas por encima del resto, sobre todo en aquellos hogares donde el dinero disponible para hacer las compras se vio afectado por ajustes en los servicios básicos y se pasó de primeras a segundas marcas. Durante la crisis de 2001 el consumo masivo había caído un 11 por ciento, un nivel cercano al deterioro que se registró el año pasado. 

Los niveles socioeconómicos altos mostraron una evolución positiva para las bebidas a base de hierbas, cervezas, aguas no saborizadas y gaseosas, único estrato social donde la categoría líder del sector bebidas creció. El segmento medio bajo restringió su consumo en todas las opciones de bebidas, salvo en jugos concentrados que presenta el precio promedio por litro más bajo. Mientras que en el nivel bajo superior sólo lograron estabilidad los jugos en polvo. Por último, la base de la pirámide registró un menor volumen para todas las categorías, excepto en aquellas a base de hierbas, aguas no saborizadas y jugos listos.

La caída en el consumo de bebidas durante el año pasado respondió a un achicamiento de las compras “luego de más de una década sin hacerlo”.