Arte casero. Dibujos de las nenas (gatas: infaltables); un cuarteto musical grabado por teleconferencia (cada cual desde su casa); un teléfono que capta el girar alocado de un pájaro de vidrio resplandeciente al sol. Carlos Jacobo postea una flor blanca fotografiada y Lucía Cusman otra, pero tejida. Las dos imágenes, lejanas pero próximas, comparten una estructura común de mandala. Gerardo Agnese envía desde Bruselas (Bélgica) una pieza de videoarte: una animación stop motion con música propia, "Consuelo", de cuya realización estuvo subiendo algunos pequeños gestos. El personaje descabezado que surca sus espacios vacíos parece un sobrino lejano del videoclip experimental "The man with the lightbulb head", canción de Robyn Hitchcock: tiene algo de la estética low-fi medio impro de los años cero, procesada a través de una contemporánea exquisitez.
Gente de todas partes, con el denominador común universal de estar confinados en sus domicilios: de expresar estéticamente este nuevo mundo se trata "El amor en los tiempos del covid-19", la galería virtual que creó en Facebook el 29 de marzo de este año la música rosarina Bárbara Varassi Pega. El ingenioso título actualiza el de "El amor en los tiempos del cólera", una famosa novela publicada en 1985 por el escritor colombiano y premio Nobel de Literatura 1982, Gabriel García Márquez (1927-2014).
Barbara Varassi Pega se doctoró en 2014 en la Universidad de Leiden (Holanda). Nacida en Rosario, Argentina, es profesora de piano por el Instituto Provincial del Profesorado de Música. En el 2000 ganó una beca para seguir sus estudios de piano en Italia, donde se graduó en piano en el conservatorio Giuseppe Verdi de Milán. En 2009 completó una maestría en tango argentino en Codarts, Rotterdam, Holanda. Ha integrado, entre otras, la Orquesta de la Universidad Nacional de Rosario y co-dirigió el ensemble Baruyo como pianista y arregladora. Participó en el doble CD Gotan Project Live, por Gotan Project, y como intérprete solista con varios conjuntos y orquestas en Argentina, Italia y Holanda.
Una galería virtual puede ser, simplemente, un grupo de Facebook. Así de simple. Por supuesto que no se trata de una galería de arte con sus protocolos de comercialización y sus estándares de profesionalismo. Su administradora la define como "una acción social". "Imaginemos recibir una invitación para mostrar algo propio en una galería de arte. Pues… aquí está. Para paliar el bombardeo mediático actual, y sobre todo para salirnos un rato de él, ¿qué mejor que crear algo propio? ¡Y no hace falta ser artista profesional ni mucho menos! Esta es una invitación a explorar nuestra capacidad de transformar, de crear, de compartir y expresarnos para salirnos de la cabeza y del miedo con una acción social: la realización de una galería web artística colectiva".
"Las reglas del juego son: crear algo propio exclusivamente para este proyecto (un video, una foto, una palabra o un texto, una historia, una acción, una canción, un dibujo o lo que quieran); que (si hay imagen) el creador preferiblemente no se muestre en la obra; que pueda inspirar a otros; que no sea ofensivo ni propagandista (mucha gente aprovecha las redes y la pandemia para autopromocionarse). La idea es dar unidad e intención a nuestras contribuciones a este proyecto convirtiéndolas en un acto deliberado y consciente de todos y para todos. Para unificar las contribuciones en una misma plataforma, lo único que se pide –aparte de respetar las reglas del juego– es que se comparta la creación (video, foto, texto, dibujo, acción, etc.) agregando el hashtag #ELAMORArtGallery y que se suba al grupo FB El amor en los tiempos del covid-19".
El texto de presentación por Bárbara Varassi Pega también aparece en inglés. Mientras escribimos estas líneas, alguien subió una contribución nueva. Es una vista desde una ventana de los techos de Rotterdam (Holanda), relucientes al sol de tarde, con música de tango. Firma: Marta González. El 31 de marzo, la rosarina Pato Labastié apostó al humor: compartió unos segundos de un tierno bambú danzando al viento en una maceta de balcón al son de Charly García cantando: "Estoy verde... no me dejan salir".
Nacho Gómez viaja con una cámara de video por el interior de su casa; Laura Agnese ofrece un brevísimo dibujo animado, bello en su simplicidad, que recrea los días y las noches estrelladas del protagonista del libro "El Principito", de Antoine de Saint-Exupery, solo en su planeta donde nada más que una flor lo acompaña. Aquella fábula se ha vuelto literal y cobra una inesperada actualidad. A pesar de su belleza o gracia, hay un pathos inédito en la acumulación de estas piezas de mini arte del encierro. La conciencia de estar habitando el mundo al modo del ave enjaulada se amplifica al contemplarlas. Y a la vez aflora la pregunta de si estas condiciones modificarán el arte, lo volverán menos pretencioso, más orientado a reconfortar y acompañar, más accesible a todo público.