Las medidas de confinamiento contra el coronavirus y la prohibición de los desplazamientos están teniendo consecuencias "extremadamente duras" en la economía británica, según un estudio del londinense Center for Economic and Business Research (CEBR). La situación que afronta la nación debido a la pandemia implicaría una caída del 31 por ciento en la actividad y un costo de 2.400 millones de libras al día, lo que equivale a 2.950 millones de dólares. A nivel mundial, el CEBR estimó que el desplome económico duplicará al registrado tras la crisis financiera de 2009.
A pesar del confinamiento decretado el pasado 23 de marzo, Downing Street amenazó con endurecer las medidas si la población no las respeta. El domingo, la reina Isabel II había llamado a los británicos a cumplir con las normas dispuestas. Gran Bretaña superó en las últimas horas los 5 mil muertos por coronavirus, pese a registrar un segundo descenso consecutivo en el número de víctimas diarias.
El sector manufacturero es uno de los más afectados por la pandemia, con una caída de la producción estimada en un 69 por ciento, según el informe del CEBR . En términos absolutos, es también el sector que "sufrirá la mayor pérdida debido a que la mayor parte de la ayuda promulgada por el gobierno está destinada a los servicios", señaló el centro de estudios económicos.
Por lo tanto, es probable que el ministro de Finanzas, Rishi Sunak, "tenga que considerar cómo ayudar a este sector para evitar que empresas viables" antes de la pandemia "vayan a la quiebra", agregó el documento. Los hoteles, el turismo, las artes y el entretenimiento también están siendo duramente golpeados, con un desplome del 80 por ciento de su actividad. La distribución también se ve muy debilitada, aunque algunas de las ventas se canalizan a través del comercio online.
“Los viajes, el entretenimiento y la ventas físicas (excluyendo alimentos y drogas) no verán ninguna normalidad hasta mucho más adelante en este año. No imagino a gente yendo a un espectáculo de Broadway, un juego de béisbol o tratando de reservar unas vacaciones este verano", aseguró a The Guardian el analista Edward Moya.
Por su parte, el director de la consultora Naismiths, Gareth Belsham, conserva cierto optimismo. "Habrá que centrarse en el estrés financiero que ocurrirá después de que varios sectores claves de la economía no vuelvan a la vida durante muchos meses. Veremos una caída simultánea tanto de la demanda como de la oferta, pero sectores como el de la construcción resistieron peores tormentas con éxito, y lo volverían a hacer".
A nivel mundial, el CEBR predice una contracción de al menos 4 por ciento de la economía este año, lo que sería "el doble que tras la crisis financiera de 2008 y la mayor caída del PBI en tiempos de paz desde 1931", fecha que coincide con el final de la Gran Depresión.
"Cumplan las reglas"
El 23 de marzo, el gobierno británico decretó un confinamiento de al menos tres semanas, durante las cuales los ciudadanos solo pueden salir de casa para comprar, recibir atención médica o hacer ejercicio una vez al día. Pero Downing Street amenazó con endurecer las medidas si la población no las respeta.
"Si no quieren que decidamos prohibir todo ejercicio físico fuera de casa, cumplan las reglas", advirtió el domingo en la cadena de televisión Sky News el ministro de Salud, Matt Hancock, lamentando que una "pequeña minoría" sigue sin respetar las normas.
El debate sobre el cumplimiento de la cuarentena no estuvo exento de polémica, sobre todo después de que la prensa británica publicara unas fotos incriminatorias de la jefa de los servicios sanitarios escoceses, Catherine Calderwood, quien reconoció que había incumplido las normas al haberse desplazado en dos ocasiones a su residencia secundaria en la ciudad de Earlesferry. Calderwood pidió disculpas y admitió su "error" reconociendo que "lo que hizo estuvo mal", aunque terminó renunciando a su cargo el lunes por la mañana.
Por su parte, la reina Isabel II tomó una postura activa para lograr que la población cumpla con las medidas impuestas para frenar la propagación del Covid-19, animando a los británicos a demostrar "autodisciplina" y "determinación" frente a la pandemia, en un discurso retransmitido por televisión el domingo. Se trató de un discurso excepcional, ya que la reina solo realizó otros tres en sus 68 años de reinado, al margen del tradicional de Navidad de cada año.
El número de muertos por coronavirus alcanzó un total de 5.373, una cifra que en las últimas 24 horas sumó 439 víctimas fatales. Se trata sin embargo del menor incremento desde el pasado 31 de marzo, según datos del Ministerio de Sanidad del Reino Unido. Mientras tanto el número total de contagiados ascendió a 51.608.
A pesar del descenso de la mortalidad, el consejero médico del gobierno, Chris Whitty, que superó la enfermedad luego de cumplir con el tratamiento, advirtió que aún es demasiado pronto para juzgar cuándo se va a producir el pico de la pandemia.