La decisión que tomó la Universidad de Buenos Aires (UBA) de reprogramar su calendario académico de modo tal que el ciclo lectivo del 2020 comience el 1° de junio y se extienda hasta el 12 de marzo del 2021 generó sorpresa y críticas en el sistema universitario nacional. Los gremios docentes de la UBA también se pronunciaron por la medida y advirtieron que "es muy audaz" definir una fecha para el inicio de las clases presenciales, ya que la situación de la emergencia sanitaria generada por la propagación del coronavirus aún es muy "incierta".
"Si bien cada universidad tiene la autonomía de tomar sus propias decisiones institucionales de acuerdo a sus posibilidades, yo creo que en este momento ninguna institución educativa está en condiciones de establecer una fecha para el inicio de clases", indicó a PáginaI12 la presidenta del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), Delfina Veiravé, rectora de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE).
En el mismo sentido, pero con mayor dureza, se pronunció el rector de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Hugo Juri: “Si creen que pueden sacar a 130 mil alumnos de la rutina y tienen el oráculo para saber que se puede empezar el 1° de junio, bienvenido. En Buenos Aires capaz se sabe mucho más que acá”, ironizó.
Mientras la mayoría de las universidades nacionales comienzan entre esta semana y la próxima a dictar a distancia las clases del primer cuatrimestre de 2020
, la UBA se cortó sola y dispuso que su año académico arrancará el 1° de junio y finalizará el 12 de marzo de 2021
, con un
receso en el medio entre el 19 de diciembre y el 17 de enero. Pese al anuncio del rectorado, las distintas facultades de la UBA aclararon que dentro de ese marco general cada unidad académica tomará sus propias decisiones sobre la reprogramación del calendario. De hecho, muchas comenzarán estos días a dictar clases de forma virtual, con acceso a campus y
actividades de intercambio a través de la tecnología.
"No he visto en el sistema muchas universidades que adhieran así tal cual a lo que decidió la UBA", dijo el vicepresidente del CIN y rector de la Universidad Nacional de Jujuy, Rodolfo Tecchi. "Todos entendemos que tal vez dicha universidad habrá tenido presiones particulares para tomar la decisión que tomó. Cada uno va atendiendo su realidad de la manera que puede", añadió.
Diez universidades nacionales del conurbano bonaerense (las de Quilmes, Moreno, Hurlingham, Avellaneda, Lomas de Zamora, Lanús, Arturo Jauretche, La Matanza, José C. Paz y Del Oeste) difundieron un video que publicaron en las redes sociales dejando en claro cuál es su postura sobre el momento que está atravesando el sistema universitario y el rol de la educación pública, diferenciándose de esa manera de la decisión tomada por la UBA. "En esta emergencia nacional varias universidades nacionales del Conurbano estamos trabajando en el territorio más difícil y no nos achicamos. Durante esta cuarentena, decidimos cuidarnos y preservar la salud, adaptándonos con velocidad y esfuerzo al teletrabajo", señalaron.
"Entendemos que la UBA habrá tenido presiones de algunos sectores para definir este calendario académico. Pero nosotros tenemos un esquema de consulta cuando tomamos decisiones", apuntó el rector de la Universidad Nacional de Avellaneda, Jorge Calzoni, a este diario.
La rectora de la Universidad Nacional de las Artes (UNA), Sandra Torlucci, consideró muy "apresurada" la decisión de la UBA de definir una fecha del inicio de las clases presenciales ya que "lo más prudente sería esperar la palabra de los expertos". "No sé en qué se basa la UBA para tomar como referencia esa fecha, pero nosotros vamos a esperar lo que digan los expertos en el tema".
Los sindicatos de profesores con actividad en la UBA también se pronunciaron por esta resolución. Desde Aduba advirtieron que "no todas las casas de altos estudios, y no todas las materias, pueden adaptarse a los requerimientos de un dictado virtual", mientras esté suspendida la actividad presencial.
Desde Feduba señalaron que "es difícil saber si el 1 de junio se podrán retomar las actividades" normalmente y plantearon "limitar las situaciones de exigencia que podrían derivar de una virtualización forzada y sin planificación". De la misma manera, el gremio AGD-UBA también consideró difícil "saber si el 1 de junio vamos a poder volver a las aulas". Además, señalroan que la reprogramación del calendario académico se debería haber "consensuado con el sector docente y no docente" ya que pone en juego los derechos laborales.