Las Organizaciones de Pueblos Indígenas (OPINOA) de Jujuy, Salta, Santiago del Estero y Córdoba, en representación de 176 comunidades, escribieron una carta abierta al presidente de la Nación, Alberto Fernández, solicitándole alimentos y asistencia integral. La cuarentena por la epidemia de coronavirus les imposibilitó salir a realizar changas o vender lo que producen. Además, ahora la precariedad en que viven se agravó por las inundaciones.

El referente de OPINOA, Germán David, explicó a Salta/12 que el pedido al Presidente surgió por “la inquietud de las autoridades indígenas preocupadas por la falta de mercadería y porque no saben qué hacer ante la emergencia. Hay desesperación de los hermanos a los que no ha llegado ninguna ayuda por la pandemia. Los que podían hacer changas ya no pueden porque está todo paralizado. Las comunidades que tenían productos iban a los mercados a vender y abastecerse, ahora no pueden salir porque los caminos están inundados, están aislados”.

No tenemos cobertura sanitaria. No se consigue alcohol en gel o barbijos”, sostuvo David. Planteó que en Jujuy va a ser obligatorio el uso de barbijos (igual que en Salta), “el que no tenga, tendrá que pagar una multa de mil pesos pero los barbijos no se consiguen en farmacias. Es complicado. El Estado debería entregarlos o por lo menos obligar a las farmacias a tener stock”.

OPINOA solicitó al Presidente asistencia integral y garantías en el acceso a la salud como un derecho. Por ello, los integrantes de la organización hicieron un relevamiento de las comunidades que necesitan bolsones alimentarios y señalaron “la falta de elementos básicos de prevención: vacunas, sueros, lavandina, jabón, alcohol en gel, guantes, etcétera, para todas las familias de las comunidades, principalmente para las/os guardianes de la salud: médicos, enfermeros y agentes sanitarios”.

David indicó que en las comunidades no solo está el peligro de coronavirus, también hay "dengue, hantavirus y desnutrición", asoció esto último a la deforestación y la expansión de la frontera agrícola con el monocultivo de soja. En estas circunstancias el coronavirus “viene a agudizar las problemáticas que ya existían en los pueblos originarios”, sostuvo antes de afirmar que no están siendo escuchados.

El referente destacó que en Salta el territorio es amplio y contiene a distintos pueblos originarios. "En (el pueblo) Apolinario Saravia, en el departamento Rivadavia, también hay problemas. Al igual que Embarcacion, en la Ruta 81 hasta el límite con Formosa, es complicado para transitar por el estado de los caminos (ante las lluvias) y llegar a las comunidades, los vehículos se quedan. Nombro los pueblos que se encuentran en Morillo (Coronal Juan Solá), Dragones, en la ruta 86 de Tartagal, donde también se requiere asistencia". 

"En General Ballivián y General Mosconi se complica la lucha por la tierra", insistió. David indicó que en Santa Victoria Este padecen reiteradamente las inundaciones por las crecidas del río Pilcomayo, "no se hizo infraestructura para prever lo que se viene con la crecida. Las comunidades quedan varadas y aisladas totalmente", precisó. 

Añadió que con las inundaciones en otros puntos geográficos se destruyeron las huertas del pueblo kolla y guaraní. 

El Consejo de la Nación Tonokote Llutki, que tiene 39 comunidades en Santiago del Estero, demanda 1.950 bolsones alimentarios. Requieren otros 150 módulos para tres comunidades que se encuentran en la provincia de Buenos Aires

En Salta, 63 comunidades indígenas piden 3.150 bolsones. Tigre Azulado, del Pueblo Guaraní, que tiene 6 comuniades distribuídas en Pichanal, Orán, Irigoyen, Colonia Santa Rosa, reclama 300 módulos alimenticios. El Pueblo Tastil, de Campo Quijano y Santa Rosa, con 16 comunidades, pide 800 bolsones. La Asamblea del Pueblo Guaraní (APG), que tiene 40 comunidades en Salvador Mazza y en otras localidades del departamento San Martín, reclama 2.000 módulos. Por último, la Casa de la Cultura Awawa de Iruya, solicita 50 bolsones. 

En Jujuy, el Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní, el Pueblo Ocloya y Omaguaca, con 70 comunidades, piden 3.500 bolsones. En Córdoba, el Pueblo Comechingón solicita 50 módulos alimentarios.