En el Gobierno nacional nadie habla del final del aislamiento social obligatorio. En todo caso planean al 13 de abril como el día donde hay solo un cambio de fase que permitirá algunas nuevas excepciones a las actividades excluidas por el decreto presidencial que impuso a cuarentena. Con ese objetivo se reunió lo que se denominó Comité de Crisis por Coronavirus donde participaron, además del Gobierno, la CGT, la UIA y la Cámara de Comercio. Ahí se definió que cada sector productivo representado en esa mesa acuerde la forma en que "muy de a poco" se pondrá en marcha la actividad económica. Eso sí, siempre y cuando se respete el objetivo primordial del Gobierno que es priorizar la salud de la socieda. Todo eso tiene que estar listo antes del próximo lunes, debe ser pensado para aplicarlo en las diferentes regiones del país y, sobre todo, aprobado por la Casa Rosada.
Durante el encuentro, las representaciones sindicales y patronales escucharon un pormenorizado análisis de la situación epidemiológica y las proyecciones por parte de la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzoti. La funcionaria fue tajante al sostener que si bien hasta ahora el resultado de la cuarentena puede dar los resultados esperados, lo cierto es que a pesar de ello "tenemos que cuidarnos de cualquier recaída". Ese fue el primer dato que le permitió a los participantes, sobre todo al sector patronal, que la flexibilización prevista será mucho más pequeña de lo que esperaban. "Va a ser más paulatina de lo que veníamos pensando", reconoció el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Miguel Acevedo con cierta resignación.
La pata industrial y comercial de este Comité de Crisis, estuvo representada, además de Acevedo, por su vicepresidente, Daniel Funes de Rioja, y Diego Coatz, economista en jefe, y por la Cámara de Comercio (CAC), su titular Jorge Di Fiore y su vicepresidente, Eduardo Eurnekian. En tanto que por la CGT participaron los cosecretarios generales, Héctor Daer y Carlos Acuña, Gerardo Martínez de la Uocra, Andrés Rodríguez de UPCN y Antonio Caló de UOM. El gobierno estuvo representado, además de Vizzoti, por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, los ministros de Transporte, Mario Meoni, Claudio Moroni (Trabajo) y de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz.
Al detallado análisis de Vizzoti se sumó la ratificación de Cafiero de que el Gobierno es el que define cuándo y cómo se aflojará el aislamiento. En ese sentido, durante la reunión se definió que cada federación sindical deberá "acordar" con la patronal correspondiente lo que se denominó como proyecto técnico. Este deberá incluir no sólo la cantidad de empleados que participan de esta producción o actividad económica sino cómo pueden ser los turnos que se apliquen para que se ponga en funcionamiento determinada actividad económica. Ahora bien, cada grupo debe planear una reactivación pero no de la totalidad sino de un porcentaje de alrededor del 20 por ciento de cada actividad.
Cada proyecto debe tener en cuenta que no se pueden generar aglomeracones de personas en el transporte público ya que eso perjudica toda el esfuerzo de prevención y contención de la pandemia realizado hasta ese momento. Ahí es donde se puso énfasis en la posibilidad de implementar turnos rotativos. Esto lo ratificó el ministro Meoni al insistir sobre el riesgo que implica el incremento del servicio de transporte público.
El proyecto por cada sector lo tienen que presentar a Jefatura de Gabinete hasta el próximo sábado porque es el gobierno el que terminará por definir cómo se aplicará esta nueva fase del aislamiento social. La articulación posterior correrá por cuenta de los Ministerio de Trabajo y el de Producción. El punto además es que, como confiaron dirigentes sindicales, la propuesta que se presente debe considerar la cuestión regional y no sólo la ciudad de Buenos Aires y el Conurbando Bonaerense.
Al finalizar el encuentro, el ministro Moroni aseguró que "en la medida en que se puedan desarrollar algunas actividades sin afectar la salud de la población, las otras seguiremos tratando de ver, ahora hay que cuidar la salud". El funcionario agregó también que "está todo puesto sobre la mesa, todo lo necesario y todo lo que pueda garantizar que no afecta la salud de los trabajadores ni la salud de la población, se va a hacer".
Acevedo insistió luego en que "quedó muy claro que el Gobierno está viendo que hay que evitar a toda costa una crisis como se vio en otros países dada por salir indiscriminadamente a la calle". A su turno, y en nombre de la representación sindical, Daer reiteró el apoyo de la central obrera a las políticas aplicadas por el gobierno y dijo que hasta el próximo fin de semana se elaborarán los proyectos por sectores actividades generales y actividades regionales "para empezar de alguna manera a volver a tener actividad en cada uno de esos lugares". En tanto, Martínez de la Uocra indicó que la reanudación paulatina de algunas actividades "permitirá ayudar al Estado para que no recaiga sobre éste toda la tarea de sostener a los más vulnerables".
Los únicos que esbozaron alguna disconformidad fueron los representantes de la Cámara de Comercio que durante la primera parte de la reunión, que duró dos horas, plantearon la necesidad de reabrir los comercios. Al final tuvieron que comprender sobre la progresividad de las medidas que se aplicarán y que su sector no podrá ser la excepción.