En febrero pasado, el empleo privado registrado presentó una baja del 2,6 por ciento en relación al mismo mes de 2019 en los grandes centros urbanos, aunque quedó estable en relación a enero. Los datos de empleo fueron publicados este martes por el Ministerio de Trabajo en un informe en donde se resalta el desempeño de la industria manufacturera, que transcurrió su “su segundo mes sin destrucción neta de empleo de los últimos dos años”. Esa foto, de relativa estabilidad en el mejor de los casos, ya forma parte del pasado, porque las medidas de restricción sanitarias impuestas en marzo y en lo que va de abril están generando un fuerte deterioro en el mundo del trabajo, especialmente informal, aunque también hay impacto en el segmento formal. Es decir, la economía nacional llega a enfrentar la pandemia en un contexto laboral que ya era malo. Por ahora, el efecto negativo sobre los registrados se da mayormente a partir de una caída de las remuneraciones en el marco de las suspensiones masivas. La cantidad de puestos formales baja de forma concentrada en el sector de la construcción, con el caso testigo de los 1450 despidos en la empresa constructora de Techint.
La cartera laboral considera que “en febrero, la situación del empleo mostraba cierta mejora con respecto a los meses previos. Entre los indicadores más relevantes se destaca que el nivel de empleo registrado en empresas privadas se mantuvo constante, la cantidad de despidos sin causa como porcentaje del total del empleo registrado alcanzó el valor más bajo de los últimos dos años y por primera vez en los últimos dos años, la industria manufacturera mostró un leve crecimiento de su nivel de empleo registrado en la comparación mensual”. Son resultados magros que rápidamente quedarán en el olvido a partir del giro en las condiciones económicas que impuso el paquete de restricciones sanitarias para contener la pandemia del coronavirus.
Más allá de esa leve mejora en el margen, la comparación anual en febrero continuó siendo negativa, por el impacto acumulado de todos los meses anteriores. En los grandes aglomerados urbanos, el empleo formal registraba en febrero una caída del 2,6 por ciento en la comparación interanual. El peor resultado se verificó en Jujuy (-4,6 por ciento), seguido de La Plata (-3,8), Resistencia (-3,6), Córdoba (-3,4) y Paraná, con una merma del 3,3 por ciento.
En el desagregado de las actividades, la industria manufacturera bajó un 3,2 por ciento interanual, mientras que el comercio lo hizo en un 2,6 por ciento. El impacto más fuerte se dio en construcción, con una caída del 17,9 por ciento. El mayor deterioro del empleo formal se registró en las empresas de 200 y más empleados, con una baja promedio del 3 por ciento.
“Pese a las leves señales de mejora, a partir de los efectos de la pandemia del covid-19 en la crisis económica durante las últimas semanas, se espera una dinámica desfavorable en el empleo, principalmente en sectores como el turismo, los servicios culturales, el comercio, el transporte y determinadas actividades industriales”, admite el Ministerio de Trabajo.
Se espera que el principal impacto laboral de las medidas de restricción impuestas por el gobierno para evitar el colapso del sistema de salud se verifique rápidamente sobre el empleo informal, a partir del freno total a las changas y en los sectores económicos que quedaron en suspenso y utilizan modalidades de contratación precarias. El parate de las obras de construcción tiene impacto fuerte en el empleo, al igual que en el comercio, dos sectores que demandan mucha mano de obra. En el sector formal, por ahora el impacto viene mayormente con la caída de las remuneraciones, que se concreta a partir de acuerdos de suspensión.