En la Ciudad de Buenos Aires comenzará a funcionar un plan para facilitar a los adultos mayores porteños la vida cotidiana durante el aislamiento preventivo y obligatorio. Se implementará mediante una red de voluntarios y promotores barriales que ayuden en la compra de alimentos y remedios y en el traslado de quienes vivan en condiciones de vulnerabilidad.
El programa de "distanciamiento y asistencia" está orientado a las personas de más de 70 años, que son alrededor de medio millón en la Ciudad. Por un lado, se centra en quienes viven solos o en pareja y, por otro, en aquellos que vivan en barrios populares y tengan problemas habitacionales, por lo que se les ofrecerá desplazarlos a centros de resguardo.
“Si la familia tiene disponibilidad, tiene que hacer una pieza especial para el adulto mayor, con su vajilla, sus sábanas”, afirmó el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. En esos casos, recomendó mantener la distancia entre adultos mayores y personas más jóvenes, que deberían, por ejemplo, dejarles la comida en la puerta, sin establecer ningún tipo de contacto. “Hay que estar todo el tiempo eligiendo cuál es el mal menor”, señaló.
"Tenemos la necesidad de cuidar a los adultos mayores porque es importante que no estén en la calle, que se queden en sus casas, ya que son el principal grupo de riesgo del coronavirus", explicó el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en una conferencia de prensa en la sede del Ejecutivo a la cual llegó utilizando un barbijo.
El programa busca sostener el distanciamiento social sin perder de vista la necesidad de un acercamiento afectivo: mediante la colaboración de voluntarios, encargados de edificios y centros de resguardo procura que los adultos mayores tengan facilitados cuidados que les permitan no romper el aislamiento.
Los voluntarios podrán acercarse a las casas para asistir y acompañar a los adultos mayores que lo requieran, por ejemplo, yendo a hacer las compras. También se habilitarán centros de resguardo para los adultos que actualmente comparten el hogar con otras personas y no pueden establecer el distanciamiento dentro de la casa. Por otra parte, firmó un acuerdo con encargados de edificios para que puedan asistir a las personas de más de 70 años de los lugares donde trabajan. Finalmente, un acuerdo con bancos y empresas de delivery permitirá facilitar el cobro de servicios y la entrega de productos básicos.
“Hay muchos que no tienen síntomas: pueden estar atendiendo en un supermercado o puede ser alguien que salió a comprar a la esquina. Dos de cada tres contagiados no tienen síntomas”, señaló el jefe de Gobierno porteño este miércoles en diálogo con Radio con Vos, al explicar las razones que sostiene el plan. "Hay que aprender de los errores de los demás, centros como Nueva York que son una catástrofe”, añadió.
Encargados de edificios: fundamentales para las personas mayores
“Se supone que al mediodía termino mi turno, sin embargo puede sonar el celular a las cinco de la tarde o a las ocho de la noche”, señaló Martin, encargado de un edificio en el barrio de Belgrano, después de despedirse y cerrar el ascensor donde una de las mujeres mayores que viven allí se dirigió a su departamento. La mujer había ido a la verdulería y al regresar se detuvo en el palier a conversar con el encargado. “Con las compras del supermercado se manejan por teléfono, hacen pedidos y se los traen. Para las cosas más chiquitas salen ellos mismos. Más que nada quieren conversar porque son personas que viven solas”, relató Martin, que cada día viaja desde Almagro, donde vive con su familia, para cumplir con sus 4 horas diarias de trabajo, y agregó: “Sería más práctico si viviera acá o si me dieran un lugar donde quedarme momentáneamente para no tener que utilizar el transporte público”.
Ángel es encargado de edificio desde hace 21 años. Vive en el edificio y conoce a muchos de los propietarios de los departamentos, en su mayoría personas de más de 60 años. “Hay una pareja que está muy grave, él tiene una sonda y ella está en silla de ruedas. Hay otros con complicaciones más leves, pero por prevención las familias prefieren no acercarse”, relató. Algunos familiares le dejan las bolsas de las compras a él, que a su vez las reparte junto a la puerta de cada departamento. “Me piden que averigue cosas como el número de la farmacia, o por ejemplo el otro día, a la cuidadora le había faltado comprar huevos entonces fui yo y se los traje”, señaló Ángel. A dos cuadras, en el edificio donde trabaja César, también hay muchas personas mayores. “Llaman por el portero y me preguntan si hay mucha gente en la calle o si hay alguien en el hall de entrada. Es para hablar un poco”, afirmó César. En el plan que se implementará en la Ciudad, en el que se registraron 3.400 adultos mayores, está contemplada la asistencia telefónica y la posibilidad de establecer una visita diaria del asistente o promotor asignado, como parte del eje de contención afectiva.
En el caso de los adultos mayores que puedan seguir con el aislamiento en su propia vivienda, el programa apunta a que los encargados o voluntarios los “acompañen, escuchen, cuiden y contengan”. Además de las conversaciones telefónicas, las tareas habilitadas serán la compra de medicamentos y alimentos y el cobro de haberes siempre y cuando no impliquen trámites bancarios. Manuel, que lleva en ambas manos guantes negros de látex, sale del edificio con unas ocho bolsas y las desecha en el contenedor de la cuadra. “Desde que empezó la cuarentena no paré de trabajar”, señaló. Cada día recibe mensajitos con listas de productos: “Por suerte en mi edificio están amigados con la tecnología y me mandan la lista del súper por whatsapp”, afirmó y contó que desde que empezó el aislamiento se ofreció para hacer las compras básicas a las personas mayores del edificio. Le mandan mensajes y le dejan un sobre con el dinero. Cuando regresa, él divide las cosas y le deja lo suyo a cada uno, junto a la puerta.
Centros de resguardo: refugios para el aislamiento
Si bien el hecho de que una persona mayor viva sola se convierte en muchos casos en un problema al momento de cumplir con el aislamiento, también lo es en aquellos casos donde la convivencia es multitudinaria y el hogar es pequeño. En la Ciudad hay más de 4 mil adultos mayores en condiciones de vulnerabilidad. Para ellos, el programa propone centros de resguardo: espacios que oficiaran de refugio durante el aislamiento preventivo y obligatorio. En su mayoría parroquias, capillas o centros barriales, los centros de resguardo tendrán agua caliente, televisión y talleres de esparcimiento. Algunos de los barrios donde se ubicarán estos espacios son la Villa 20 de Lugano, el barrio Rodrigo Bueno, Ciudad Oculta, el barrio Padre Mugica en Retiro y la villa 1-11-14 en Bajo Flores.