El temido avance de la extrema derecha en los Países Bajos parece haber quedado en el camino, si se confirman las bocas de urna, que dan vencedor al premier Rutte, en unas elecciones trascendentales, ya que un éxito electoral de Wilders podría haber otorgado a otras agrupaciones políticas afines en Francia y en Alemania, que también celebran comicios este año y tienen mucho mayor peso específico en Europa:.
Rutte obtendría 31 de los 150 escaños del Parlamento, mientras que Geert Wilders se quedaría con 19. De esta forma, la coalición gobernante pierde diez asientos en el Parlamento, mientras que el Partido por la Libertad obtiene cuatro escaños más en unas elecciones que contaron con la participación del 73 por ciento de los convocados.
Los mismos sondeos señalan que Wilders comparte el segundo lugar con el Llamamiento Demócratacristiano y el Partido de la Democracia, el segundo de ellos en las antípodas de Wilders: progresista y proclive a la Unión Europea.
La izquierda ecologista, los Verdes, logra un salto fenomenal respecto de los comicios de 2012, ya que pasa de 4 a 16 bancas, y queda tercero, detrás del Partido Popular por la Libertad y la Democracia de Rutte.
Los laboristas, que habían salido segundos en la última elección, pasaron de 38 a 9 bancas y quedaron séptimos.
En principio, Wilders quedó muy lejos de poder armar una coalición de gobierno. Sin embargo, durante el día advirtió que, cualquiera fuera el resultado de las elecciones, "el genio no va a volver a la botella”, por lo cual se descuenta que desde la oposición mantendrá su prédica islamófoba, insistirá en prohibir el Corán, deportar inmigrantes como “la escoria marroquí” e impulsará la salida de Holanda de la Unión Europea.