Vinieron todos: los Rolling Stones y U2 y Radiohead y Sex Pistols y Madonna… pero no vinieron todos. Y si alguna vez te preguntaste qué podés hacer para que venga ése que nunca vino –Stone Roses, Tom Petty, Subsonica, Caro Emerald–, tal vez haya una punta en Weeshing, la plataforma chilena que importó a Argentina su modelo de financiación colectiva de conciertos. “No es crowdfunding, es crowdinvesting”, corrige al NO Francisco Badano, manager local de Weeshing, y explica: “En el crowdfunding, la única recompensa es la realización del evento; mientras que en el crowdinvesting, el que aporta dinero puede recuperar la inversión y hasta llevarse una ganancia si hay sold-out”.

¿Cualquiera puede producir? Suena extraño, justo tras un bardo como el del show del Indio Solari en Olavarría: producir un evento público supone más responsabilidades que arriesgar dinero. ¿O es que los fans sólo invierten y Weeshing se ocupa de lo demás, cachet, sala, logística, seguridad? “No, no”, corrige Badano otra vez. “Weeshing no produce; funciona como nexo para productores que buscan socios a los que hacer partícipes del negocio, es decir, en el riesgo y en los eventuales beneficios”, aclara Badano, productor, dueño de Venado Records y músico en las bandas Bhutan y Mondo Dromo.

Hasta el momento, Weeshing acumula 90 conciertos organizados en Chile, de Morrissey y Belle and Sebastian a Fito Páez, Babasónicos, Los Fabulosos Cadillacs o Dios salve a la reina. Aunque el manager de la banda rosarina tributo a Queen dice: “Nos enteramos de casualidad, fue un negocio interno del productor que nos contrató, para nosotros fue igual que cualquier show, cero feedback al respecto”, le dijo Javier Fernández al NO.

El debut de la franquicia en Argentina será con el concierto que los suecos Opeth darán en Groove en abril, para el que se fijó en 3 mil pesos la inversión mínima. ¿Y el under? ¿Acaso la financiación participativa puede ser una opción para el circuito chico del rock? “Podría funcionar, aunque en el indie los costos son manejables: no necesitás reunir 300 mil dólares como tuvimos que juntar para el show de Morrissey”, distingue Badano. “Aunque puede servir si no hay un productor que arriesgue; en ese caso, es una herramienta para apalancar sin usar la billetera propia.”