Dirigentes progresistas de América Latina y España que integran el Grupo de Puebla, entre ellos el presidente Alberto Fernández, coincidieron en reclamar la condonación de la deuda de los países de la región ante la crisis económica causada por el coronavirus, que paralizó casi por completo las actividades productivas. Fue en la cumbre, esta vez virtual, del Grupo de Puebla, donde ex presidentes como Lula da Silva, Dilma Rouseff, Evo Morales y Rafael Correa, entre otros, reivindicaron el rol del Estado para garantizar derechos sociales, destacaron la necesidad de fortalecer a la Organización Mundial de la Salud, rechazaron que persistan bloqueos económicos como los que sufren Cuba y Venezuela y criticaron el modo de gestionar la crisis global en países como Brasil, Chile y Ecuador.
Participaron de esta cumbre cuarenta líderes en representación propia. Fernández, único presidente en funciones que lo integra, destacó que “una de las más grandes tragedias que ha traído el capitalismo es la falta de solidaridad en el crecimiento” y que “si algo bueno podemos sacar de aquí en adelante es la necesidad de entender que nadie se salva solo, como le gusta decir al Papa Francisco”.
La apertura estuvo a cargo del chileno Marco Enríquez-Ominami, uno de los fundadores del grupo junto a Fernández, el ex presidente colombiano Ernesto Samper y el ex ministro de Educación brasileño Aloizio Mercadante. “Sólo el Estado está en condiciones de enfrentar la epidemia. Se debe condonar la deuda de los países latinoamericanos para que los Estados puedan comprar suministros de salud”, sostuvo Rouseff. “Sólo el Estado puede garantizar los derechos sociales”, coincidió Lula. “Es importante que los organismos condonen las deudas. La vida no puede ser una mercancía, la salud no puede ser un negocio”, subrayó Evo Morales. Correa destacó que “el sistema de salud en Ecuador está colapsado”: “Pasamos de una crisis a una catástrofe”, indicó. La secretaria de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Celac), Alicia Bárcena, subrayó que “se requiere solidaridad económica” para salir de esta crisis. “Por eso este llamado para ver qué hacemos con esta región fragmentada, sin la apropiada integración”, planteó.
“Entre la economía y la salud de la gente, yo elegí la salud. Una economía que se cae el 11 por ciento se puede volver a levantar. Un hombre o una mujer que muere, no”, afirmó Fernández desde Olivos, acompañado por el canciller Felipe Solá y el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello. El presidente reiteró que “estamos siendo atacados por un ejército invisible”, que América Latina es “el continente más desigual” del planeta y convocó a “pensar de otra manera en construir el mundo que viene”. “Todo se pone en tela de juicio cuando vemos lo que le pasa al mundo”, advirtió. “De repente un virus minúsculo puede terminar con fortunas, destruir economías, desacelerar el crecimiento y toda inversión se vuelve inútil ante la ausencia de gente que consuma”, reflexionó. Tras citar al Papa destacó que “una sociedad donde algunos ganan y muchos pierden es una estafa”, y criticó el bloqueo estadounidense: “No es posible que frente a la emergencia que estamos viviendo nosotros silenciemos el acto menos humanitario que puede existir, que es bloquear la economía a sociedades que enfrentan hoy la pandemia”.
“No fue la emergencia sanitaria la que provocó la debacle económica sino que ésta es producto de la mala resolución de la crisis de 2008 y del agotamiento del modelo de financierización, que no ha hecho más que aumentar la desigualdad, precarizar el trabajo, destruir importantes sectores productivos y los sistemas de bienestar social”, afirmó el senador Jorge Taiana. “Pese a las advertencias de investigadores de que una pandemia bacteriológica era posible, se desinvirtió en los sistemas públicos de salud, dejándolos sin recursos y abandonando a la población vulnerable. Por eso reclamamos la condonación de la deuda externa de los países de América Latina con los organismos multilaterales de crédito y reestructurar la deuda con los acreedores privados”, añadió.
El documento que trabajaban anoche destaca que “el progresismo es humanidad, por lo tanto nuestro mensajes es para las personas que sufren” los efectos de la pandemia. Manifiesta “reconocimiento y admiración” a los trabajadores de la salud, “en particular a las mujeres, que representan el 70 por ciento”, y enfatiza la importancia de tener “sistema de salud fuertes” tras la oleada neoliberal que los debilitó. La crisis demuestra que “la salud, la investigación, las políticas públicas, no pueden estar sujetas a los intereses de los mercados", remarcaron, y llamaron a fortalecer a la OMS ante los ataques de medios y gobiernos. Además de los pedidos de renegociación de deuda y el levantamiento de bloqueos, el Grupo criticó la gestión de la crisis en Chile y Brasil. Sobre el gobierno de Sebastián Piñera, señalaron el riesgo de que “un exceso de ortodoxia liberal se imponga ante la necesidad de atender a los trabajadores”. En el mismo sentido, advirtieron que el brasileño Jair Bolsonaro literalmente “boicotea” las medidas para evitar los contagios.