“…él sabía que esta muchedumbre dichosa ignoraba lo que se puede leer en los libros, que el bacilo de la peste no muere ni desaparece jamás, que puede permanecer durante decenios dormido en los muebles, en la ropa, que espera pacientemente en las alcobas, en las bodegas, en las maletas, los pañuelos y los papeles, y que puede llegar un día en que la peste, para desgracia y enseñanza de los hombres, despierte a sus ratas y las mande a morir a una ciudad dichosa”. Albert Camus, La peste, 1950
Este es el último párrafo de la novela del escritor y periodista argelino. Situada en la ciudad de Orán, la novela relata la epidemia y cuarentena a la que es sometida la ciudad en la voz del médico que atiende la enfermedad y la sobrevive.
La novela saca lo mejor y lo peor de cada uno frente a la desgracia en común. Hay gente que brilla por lo h. de p. y hay gente que brilla por lo humana y solidaria que es, entre ellas el médico que relata. Es para leerla y releerla despacito y pensar…
Está en nosotros, en este momento sacar lo peor o lo mejor de nosotros mismos….
Mariana Miranda