Mensajes de whatsapp:
--¿Cómo estás amigo? ¿Cómo llevas la cuarentena?
--Me lleva a mí. Pasé de la expectativa a la euforia, de la calma a la depresión y de la esperanza a la indolencia.
--Porque no creés en Dios
--Dios hace trampa.
*Hasta la fecha la peste ha hecho gastar al mundo 50 mil millones de dólares. Cambiemos nos endeudó por cien mil, el doble. Se robaron entonces dos pandemias.
*Lluvia como peste. Macri: cuando vos gobernabas Cristina estaba libre y ahora con Alberto está encerrada. Paradojas que nunca entenderás, pozo ciego del amor, trash del alma argentina sin respirador, alien descaderado de tanto dormir, que será de ti, habitante perpetuo de las hamacas y padre amoroso de tu hijita Antonia jugando con los trenes que aboliste, estás tramando discordias nuevamente. Fue 2 de abril. Dichos del Gato: “No entiendo por qué tanto reclamo por las Malvinas”. Picarón morboso, vouyerista del dolor ajeno, amigote de la gendarme bochornosa de Bullrich disfrazada de voluntaria -al menos el alivio de no verle la cara por el barbijo- o del monjecito negro de bigote infantil, Marquitos Peña y su grupo de trolls --elementos residuales, es decir basura. Ya hablaremos cuando pase este horror, vas a ver, ya vas a ver. Apareceré en tu casa con la careta de Riquelme y te vamos a pelotear. Ya vas a ver, ladino, sotreta, mequetrefe, tirifilo, pelafustán.
*Soñé que bajaban los precios de la comida: la vida era un super abierto. Que estaba todo tan por el piso que jugábamos un picadito entre las góndolas. Que no había sobreprecios ni mandamases. Que los bancos no lucraban. Que La Anónima perteneciente a la familia de Marcos Peña Braun, ex jefe de gabinete de Cambiemos, no intentaba vender carne podrida en Venado Tuerto. Me desperté de la siesta número mil excesivamente futbolero. Había vislumbrado que hacía el gol sobre la hora pero el referí me lo anulaba. Debe ser la abstinencia. Armé este cuadro: el virus representa la pelota y la muerte el gol en contra. Como el balón resultó hipersensible y de novísima generación se altera fácilmente con los cambios climáticos, por ende, dado que reacciona con menos virulencia ante el calor --nacida de la Criogenética-- nosotros, los del hemisferio sur, debido a que estamos atravesando el fin del verano, sobrellevamos el match bastante bien --Europa y USA van perdiendo por goleada. Este son los primeros cuarenta y cinco minutos. Hagamos tiempo: colguémonos del travesaño sosteniendo el empate transitorio. Y que el árbitro, o sea el clima, se porte bien y no altere el resultado. Además, que el equipo técnico tenga a sus jugadores y en salud. No quisiera ser en este momento un atleta bajo las órdenes de Bolsonaro, jugador suicida de la verde amarela. Tendría miedo de morir en plena concentración, infectando a todos y salir a la cancha dentro de un ataúd. Deus nos livre.
*El video muestra a la tigresa del zoo de Manhatan jugando con una pelota, nadando con su cuidadora. Hoy está enferma contagiada de Covid 19. Hacemos mierda todo lo que tocamos, comemos, acariciamos. En la selva de ellos los cazamos y en la nuestra los enfermamos.
*Juegan con lo macabro: descubrieron el COVID-19 Visualizer. Una aplicación que permite ver al mundo girando con el roce de la yema de un dedo y apretando en un país se puede obtener la magnitud de la pandemia. Cantidad de infectados, fallecidos, recuperados. Inventaron el Coronaprode. El método morboso es fácil: puntean los que menos fallecidos tienen y los que se van yendo al descenso. A las 0 de cada día cierra el juego. Y las apuestas giran alrededor de como van cambiando las posiciones en la tabla de la Parca hasta a medianoche del día siguiente. Se ha establecido un fondo con algunos cientos de pesos. Y en paralelo también están organizando apuestas. Italia –-un país de mal juego, llegaron tarde al cattenacio-- paga 1 a1. Guyana o países perdidos en África que casi no tienen difuntos ofrecen un tentador 10 a 1. Esta peste demuestra lo estúpido del racismo y las fronteras, susurra uno para absolver a todos. Y además, para expurgar culpas, el que gana está obligado con el pozo a adquirir comestibles y donarlos. Eso sí, el que sale último cola de perro es quien debe encargarse del evento. Una buena forma que hallaron los ludópatas organizados al servicio de la necesidad ajena.
*"Juntos podemos lograrlo: Especial Coronavirus", se lee en un cartel detrás de los presentadores. Sale al aire un testimonio de una madre española quien vio agonizar a su hijo. “El último día lo llené de besos” testimonia mientras llora. Llora todo el mundo, los conductores, la cámara se mueve. Luego repaso un video documental sobre este 2 de abril donde se lee “Vamos ganando”, y para acompañar también me pongo a lagrimear mientras escribo.
*Es tan hipocondríaco como avaro y acólito del Fin del Mundo. Cuando se creyó morir al comprobar unas mucosidades, llamó a su entorno y confesó todas sus bellaquerías. Donó sus bienes ante un virtual escribano, firmó, escanearon y tras una semana comprobó que la fiebre ni la peste lo habían matado. Intentó retractarse y dar marcha atrás de sus actos, pero era muy tarde. Los beneficiarios ya tenían su coraza legal donde guarecerse. --Perdiste todo, papá, le comentó su hijo menor. La familia te agradece, sonrió el muchacho. --Solo te queda esto. Le alcanzó un blíster para la presión y el banderín de Atlanta, del que el viejo es fanático. Murió no del corona, sino de un infarto.
*Vimos el último partido que cerró la fecha de la Superliga. Fue un lunes, hace tiempo allá lejos. Estábamos desganados, hacía un día había fallecido el padre del dueño de casa y nuestro equipo cayó vencido canallescamente contra los sabaleros. En la vereda nos despedimos intuyendo que ya no compartiríamos por un tiempo largo esos momentos de adrenalina y dispersión. Había luna llena, la noche era hermosa y disimulábamos haciendo chistes de lo que vendría. En la vereda semioscura fumamos el último cigarrillo, como quienes marchan al frente. Hace un mes que no nos vemos y ya olvidamos aquella noche, aquel equipo, aquella derrota que parecía el presagio de esta pesadilla, de este cuento monstruoso. Alguno de nosotros en el grupo de whatsapp pregunta por el promedio. Y el otro responde --¿El de los difuntos o el del descenso?. --El de ambos, responde lacónicamente un tercero.
*Bielsa dona parte de su sueldo para destinarlo a los empleados del Leeds. Lo mismo que el Kun y otros. Estudiantes y Racing hacen lo mismo. En el Chaco once mujeres son detenidas por violar la cuarentena. No fueron a fiesta alguna, reunión familiar ni paseo de compras. Estaban en un campito disputando un picado. El fobal tira.
*Enfermeras en Malvinas. Nunca reconocidas. Hoy ayudan a salvar vidas por el virus. Personal de la Fuerza Aérea. ”Le hago frente a esto como en las trincheras. Demostramos al mundo que estamos firmes como en el 82. Ojala no se nos olvide como pasó en la guerra. Vimos pequeños grandes hombres que aún heridos querían volver a pelear. En esta otra guerra el enemigo es invisible. Toda contienda es cruel pero en esta del coronavirus me piden de no morir solos. Los que están muriendo son aquellos que se salvaron de la polio”, grafica. Mientras la miro por tevé sé que los femicidios continúan. Pandemia anterior a la pandemia.
*“Tengo que limpiar todo, enjuagar todo, me voy a morir de paranoia... No quiero irme de este mundo sin hacer un trío sexual”, reclama un uruguayo por skype con humor. El chiste en tiempos de muerte. Hay miles de memes que lo atestiguan. Cosas para hacer por si nos toca enfermarnos. Pienso en mi vida. Cierta noche allá en el barrio porteño de San Telmo en una canchita de fútbol 5, desde la tribuna, mientras charlaba con Bertoni, Bochini me aplaudió una jugada. --Bien Bigote, me gritó. Con eso me alcanza. Parece poco pero ahora es lo único que se me viene a mi cabeza perturbada por tanto fascismo viral y tanto anhelo de que esto sea un pesado sueño del que despertaré con un grito de gol a favor de todos.