La previsión es una de las actividades permanentes para quienes gobiernan, puesto que es un compromiso indelegable con las y los ciudadanos de velar por ellos con la debida anticipación, evitar que los perjuicios sucedan o mitigarlos al mínimo posible.
Así lo entendemos desde siempre en La Matanza en todos aquellos temas en los que es posible prevenir. Ese papel del Estado requiere de planificación, ejecución y supervisión permanente de lo actuado. Y por supuesto, ante esta pandemia que nos afecta esa convicción y esa necesidad se refuerzan.
Por eso, desde un principio, cuando el coronavirus estuvo identificado como lo que en realidad es, y aún antes de que se estableciera la obligatoriedad para aquellos que regresaban desde el exterior de la declaración jurada del lugar donde cumplirían su cuarentena preventiva, nuestro municipio pidió a Migraciones los datos de aquellas personas que tienen domicilio en el distrito y volvieron al país. Fueron 9645 las y los matanceros en esas condiciones.
Acometimos una ardua tarea, pero indispensable y, también, indelegable: fuimos a cada domicilio a constatar que cada uno cumpliera con aquella cuarentena que había establecido para ellos en el primer momento el Gobierno nacional.
De eso modo identificamos a 5875 personas que estaban en sus domicilios y manifestaron que estaban cumpliendo con las condiciones de aislamiento. Por supuesto, a partir de ese momento hacemos controles permanentes para verificar que mantengan esas condiciones.
Y pudimos actuar con rapidez frente a las 3770 personas que no estaban en el domicilio que figura en sus documentos. Hicimos las correspondientes denuncias en la Justicia para que las causas sigan su curso.
Las estimaciones estadísticas presuponen que aproximadamente la mitad de las personas que no estaban en su domicilio pudieron haberlo cambiado físicamente sin adecuarlo en el documento, o tienen una segunda vivienda o se trasladaron a casas de alquiler o de familiares. Y quizás estén cumpliendo con la norma. La causa judicial lo determinará. Nuestro deber era que pudieran ponerse en marcha esas actuaciones y lo hicimos.
El resto, es decir alrededor de 1800 personas que regresaron del exterior y tienen domicilio en La Matanza y no se los ha encontrado en él, es muy posible que no estén cumpliendo o no hayan cumplido con ese período exigido de cuarentena previo al aislamiento general decidido por nuestro presidente, Alberto Fernández. Con ellos también la Justicia determinará sus grados de responsabilidad.
Si tenemos en cuenta que aún hoy, cuando ya hay circulación social del virus Covid-19 en nuestro país, todavía más del 75 por ciento de los infectados son quienes regresaron del exterior o tuvieron contacto estrecho con ellos, se puede apreciar los significativo de controlar que los viajeros hayan cumplido con el aislamiento.
Esto demuestra que el trabajo del Estado (nacional, provincial o municipal) es una obligación para los que gobernamos, una herramienta para la sociedad en su conjunto y una garantía individual para las y los ciudadanos. Y ningún sistema lo puede reemplazar.
* Intendente de La Matanza