Aun cuando de lo que se trata es de seguir, la pregunta es ¿cómo? Claridad conceptual y también paciencia. Algunas de las sensaciones que arroja el diálogo que mantuvieron con Rosario/12 los dueños de disquerías de la ciudad.

“El rubro está impedido de trabajar y hay que asumirlo. Mientras tanto cada uno hace lo suyo. En mi caso, investigando, buscando material en los catálogos, preparando todo lo que se puede hacer desde casa. Pero desgraciadamente no podemos estar en el boliche como todos los días”, sintetiza Alberto Arce, de Utopía Records. Por su parte, Néstor Covacevich, de Shine On, comenta que “no me queda otra que acatar y esperar el levantamiento. Me pueden consultar, pero no puedo hacer envíos. Estamos perdiendo dinero entre impuestos y alquileres, pero no queda otra. Estoy en contacto a través de Facebook e Instagram, respondo inquietudes, suelo tener comentarios diarios, pero no más que eso. El contacto sigue, pero supeditado a cuando se levante la cuarentena”.

Si bien en esta nota no se ha contemplado la totalidad de las disquerías, el ánimo que desprenden las apreciaciones seguramente sea generalizable. Así lo expresa Rogelio Spedaliere, de Amadeus: “No somos muchos los del rubro, y lamentablemente estoy en cero desde que se decretó la cuarentena. Por más que tenga Internet, el negocio no se puede abrir. Si me pedís un CD, ¿cómo hago para embalártelo y lograr que te llegue? No se puede hacer nada. No me di cuenta de cómo hacerlo antes”.

Quien sí encontró una alternativa, si bien consecuente con un modo de trabajo habitual, es Music Shop. Al respecto, Diego Joaquín, uno de sus dueños, explica que “tenemos desde hace muchos años venta online a través de nuestro sitio web, que sigue operativo. Desde allí vendemos a todo el país. Normalmente las ventas son a Buenos Aires y a Córdoba, pero dada la situación, la gente de la ciudad puede utilizarlo tranquilamente para hacer llegar la compra a su domicilio. Aun cuando el local tenga que estar cerrado, la venta sigue funcionando normalmente”.

Lo que no hay manera de resolver es el encuentro ritual, entre quienes buscan música porque la aman. “Así como para nosotros es importante, hay clientes clásicos que tienen incorporado a su vida cotidiana estar en la disquería, llevarse los discos de ahí. Por el momento eso es algo que se pierde y no tiene solución”, continúa Joaquín. En este sentido, Diego Arce de Utopía, dice que “siempre concebimos a la disquería de manera tradicional y no tenemos venta por internet, el contacto con los clientes es más que nada en el mostrador. Ahora, al estar cerrados, no tenemos otra forma de vender o acercar los discos. Sí tenemos contacto con nuestros clientes y amigos por las redes sociales y eso es importante de mantener, a través de Facebook, Twitter e Instagram, con mucho contacto vía WhatsApp. Nosotros publicamos una lista de lo que va llegando. Me escriben, nos mandamos recomendaciones, el contacto es más que nada de amistad. Recomiendo un disco diario, también para los fines de semana. Hay quien me pidió si le podía hacer llegar un disco, ¡pero es imposible! Tomo nota de los pedidos y los voy guardando, cuando volvamos a trabajar me pondré en contacto con cada uno de los clientes”. De igual modo opera Covacevich (Shine On): “Estoy en contacto a través del Facebook e Instagram, respondo inquietudes y suelo tener comentarios diarios. El contacto sigue, pero supeditado a cuando se levante la cuarentena”.

“A él lo han llamado –prosigue Alberto Arce (Utopía), padre de Diego- pensando que estábamos con el local abierto, algo imposible. A mí una clienta me llamó casi desesperada, porque necesitaba escuchar una música, ¡y qué querés que le haga! A los que nos gusta tanto la música lo vivimos así, como una cosa de primera necesidad. Creo que cuando se vuelva a laburar va a haber un montón de desesperados que van a salir corriendo a buscar el disquito que necesitaban”. Por su parte, Spedaliere (Amadeus) dice estar “un poco escéptico sobre las ganas de la gente de gastar en algo que no es esencial ni primordial. Todos dependemos de un sueldo o de un ingreso, y al no estar produciendo, un CD o una remera es algo que tal vez postergás. Es un día a día. Estamos como todos los negocios que no son esenciales, completamente cerrados. Primero nos tenemos que cuidar y cuidar al otro, pero luego va a quedar un hueco grande en la cadena de pagos, porque los comercios viven de la facturación diaria. Es complicado, vamos a ver cómo se sale”.

“Desde luego que estamos también en un problema serio, porque tener el local cerrado no es gratis, pero todos los clientes tienen la posibilidad de seguir comprando por internet”, refiere Joaquín (Music Shop) y agrega: “de seguir el aislamiento obligatorio, veríamos de lanzar una campaña para reforzar la venta online local, porque en Argentina la gente no está muy acostumbrada a comprar de esa manera dentro de su misma ciudad. En Buenos Aires sí sucede pero no en Rosario, donde es muy fácil acceder a los locales físicos. Creo que es esto lo que nos diferencia ahora de otros comercios”.

Diego Arce (Utopía) aclara que “por suerte con el negocio estamos bien, no tenemos un problema como podría llegar a tener otra gente, estamos tranquilos”; en coincidencia, Covacevich (Shine On) añade: “Esto es una sociedad, no se va a salvar nadie solo, es necesario quedarse en casa y estoy a favor de lo que está pasando. Ya se verá cómo solucionarlo y desde los sectores más vulnerables. Creo que nosotros estamos, si se quiere, dentro de los más privilegiados”. Tal como señala Alberto Arce (Utopía): “me parece excelente la posición del gobierno al priorizar la salud. Por ahora seguimos aguantando. Sé que es complicado para los negocios en general, al tener que afrontar gastos fijos con un local cerrado, pero son cosas que nos pasan a todos por igual. Habrá que ver cómo recuperarse después, hay que respetar la cuarentena y cuidar la salud de todos”.