El intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta, aseguró que no existe tensión social y destacó que las políticas desplegadas en el territorio llevan tranquilidad a los barrios. El jefe comunal también destacó el rol que cumplen el municipio como un “Estado cercano” y “eficiente”.

--¿Cómo debutó el control de precios por parte de los Intendentes?

--Esto sirve para que podemos ir al hueso del problema de la formación de precios que es el mayorista, que es también lo que nos plantean los comerciantes. Nosotros hacíamos el relevamiento en el mercado de barrio y cuando veíamos algún movimiento de precios hacia arriba en los pequeños comerciantes y decidíamos intervenir siempre pasaba lo mismo. Los muchachos nos mostraban las boletas del distribuidor o el mayorista con los aumentos. Ahora nosotros con este DNU estamos yendo a los mayoristas y a los distribuidores a poder hacer los controles. En definitiva, tenemos más herramientas para que se termine sancionando ese manejo.

--Se ve a los Intendentes en constante contacto con los vecinos. ¿Cuál es la tolerancia social a las restricciones?

--No hay tensión social. Hay tranquilidad. Hay un enorme abordaje en lo que tiene que ver con la política alimentaria y política social, fundamentalmente para la gente más vulnerable. Después también hay un esquema de ayuda del Estado nacional con la Asignación Universal que tuvo un aumento, con los jubilados que cobraron el bono y con la tarjeta alimentaria que se recarga todos los miércoles y que aporta entre 4 mil y 6 mil pesos, dependiendo la cantidad de hijos, a cada familia. En definitiva, ese abordaje mantiene tranquilos a los barrios, pese a que están preocupados por la situación sanitaria. En ese marco lo que nosotros intentamos es que todos entiendan que hay que cuidarse. Además, en la última semana hubo mucho abordaje a los adultos mayores en cuanto a su atención ya sea para la vacunación o la ayuda alimentaria.

-- Los intendentes del conurbano durante mucho tiempo fueron mal mirados dentro de la política. Ahora el Presidente los  convoca de forma permanente. ¿Hay una reivindicación para el rol de los jefes comunales?

--Hay una reivindicación que se da en el día a día con el Presidente de todos los intendentes del primer y segundo cordón del conurbano. Pero eso también tiene que ver con que la enorme mayoría de los Intendentes son el Estado más cercano y, en algún sentido, el Estado más eficiente porque están comprometidos con la política sanitaria, con el abordaje social y con las cosas que se ven en lo cotidiano. El trabajo va desde estar atentos a ponerle una silla a los jubilados para que esperen cómodos en los bancos como también atender a las PyMes que necesitan los REPRO para después reunirnos con (Matías) Kulfas. Hay un Estado municipal presente, hay un Estado municipal que logra que a la gente le llegue la ayuda del Estado nacional.

-- A la hora de distribuir la ayuda en el territorio, ¿Cómo es la relación con lo movimientos sociales?

--El primer anillo de emergencia de Hurlingham está compuesto por el Intendente, los representantes de todos los movimientos sociales, la Iglesia católica y la Iglesia evangélica. Ahí se hace el abordaje y refuerzo de todas las políticas que tienen que ver con el territorio, así que en nuestro caso es un trabajo de mucha articulación. Eso ayuda mucho porque los movimientos sociales tienen representación territorial y todo una política social constante.

-- Usted decía que la mayoría de los Intendentes están comprometidos con las política del Estado nacional. Sin embargo, surgieron algunas criticas a las políticas diseñadas desde Nación para enfrentar la pandemia.

--Hay algún irresponsable como (Javier) Iguacel (Intendente de Capitán Sarmiento), pero me sobran los dedos de una mano para contarlos. La verdad que fue el responsable de los tarifazos que hicieron trizas a las familias argentinas y la vedad que hoy en lugar de asumir las políticas que llegan del Gobierno nacional salen a decir las cosas que dicen. No son muchos, son un puñado, se los puede contar con los dedos de una mano, pero sin dudas Iguacel es el mayor irresponsables.

-- Más allá de lo económico y del control de precios, el Presidente también les pidió que sean muy rígidos con el control de la cuarentena. ¿Qué tan complejo es el control de circulación?

--Tuvimos algún inconveniente, pero en definitiva hicimos una experiencia con seis distritos de la zona Oeste: La Matanza, San Miguel, Hurlingham, Tres de Febrero, Ituzaingó y Morón. Compartimos 35 límites y logramos hacer controles compartidos que nos permitieron mandar a la casa a los que no tenían permiso para circular y ser inflexibles en los controles porque la única vacuna que existe contra el coronavirus es el aislamiento.

--La gestión, tanto nacional como municipal, se volvió vertiginosa. ¿En este contexto se puede pensar en el día después de la pandemia?

--No, se piensa en el día a día. No pensamos en el día después. Se piensa día a día, que sigamos teniendo estos índices vinculados a la Pandemia, que duelen porque siempre que hay muertes, es así, pero que indican que posiblemente tengamos un resultado distinto a lo que estamos viendo en el mundo. Acá no hay una dicotomía entre economía y salud, acá hay prioridades que tienen que ver con cuidar a los vecinos. Pero igualmente se están tomado medidas para contener a las PyMes y a los que más lo necesitan. Este es un debate entre la vida y la muerte. Si no nos cuidamos, nos morimos. Las medidas tomadas hasta hora hicieron que se pueda seguir fortaleciendo el sistema sanitario. En algún sentido estamos tranquilos porque vemos que hay hospitales tubulares en el conurbano, que hay más camas de terapia intensivas, que hay hospitales que estaban parados y que se pusieron en funcionamiento, como en La Matanza, están la camas de aislamiento y está el refuerzo del sistema de salud municipal.