La mano de Günter Grass trazó las palabras iniciales en la hoja abierta del tiempo. ¿Cómo olvidar el comienzo de El tambor de hojalata (1959), protagonizada por Oskar Matzerath, ese niño-adulto que a los tres años decidió no crecer más, primer volumen de una trilogía que siguió con El gato y el ratón (1961) y Años de perro (1963)? “Pues sí: soy huésped de un sanatorio. Mi enfermero me observa, casi no me quita la vista de encima; porque en la puerta hay una mirilla; y el ojo de mi enfermero es de ese color castaño que no puede penetrar en mí, de ojos azules”. El actor de cine y teatro Jens Harzer leerá la primera página de cada de una de las obras en prosa del premio Nobel de Literatura, a cinco años de la muerte del escritor alemán, que murió el 13 de abril de 2015, en la cuidad de Lübeck, a los 87 años. Se podrá ver en la página web de la Casa de Grass (https://grass-haus.de/home )
Cuando publicó su autobiografía Pelando la cebolla (2006), reveló por primera vez que a los 17 años había sido miembro de las SS, las unidades militares del cuerpo de élite del partido nazi, a las órdenes de Heinrich Himmler. Aún se escuchan los ecos de la polémica que generó esa confesión. “Es verdad que durante mi adiestramiento en la lucha de tanques, que me embruteció durante el otoño y el invierno, no se sabía nada de los crímenes de guerra que luego salieron a la luz, pero la afirmación de mi ignorancia no podía disimular mi conciencia de haber estado integrado en un sistema que planificó, organizó y llevó a cabo el exterminio de millones de seres humanos. Aunque pudiera convencerme de no haber tenido una culpa activa, siempre quedaba un resto, que hasta hoy no se ha borrado, y que con demasiada frecuencia se llama responsabilidad compartida –reconoció Grass-. Viviré con ella los años que me queden, seguro”.