El primer ministro británico Boris Johnson recibió el alta después de pasar tres días en terapia intensiva en el hospital de Santo Tomás, en Londres. El premier fue llevado a la residencia de campo oficial de Chequers, desde donde grabó un mensaje agradeciendo a los que lo cuidaron y anunciando que otra participa de su gobierno. Este último mensaje no fue casual, porque el gobierno de Gran Bretaña fue de los más afectados por el coronavirus en todo el mundo.
El video de Johnson dura cinco minutos y tiene un tono muy emocionado, sobre todo en el momento en que agradece al Servicio Nacional de Salud británico por "haberme salvado la vida, sin duda". Es llamativo que un político conservador diga esto, porque es una idea permanente de la derecha que el Servicio debe ser privatizado.
En el mensaje, el premier le agradece a varios médicos y enfermeras del hospital por el tratamiento recibido, y destaca a dos, "Luis de Portugal y Jenny de Nueva Zelandia" por la vigilia que mantuvieron "cuando las cosas podrían haber salido mal". "La razón por la cual mi cuerpo finalmente pudo recibir suficiente oxígeno fue porque por cada segundo de esas noches ellos estaban vigilando, estaban cuidándome y haciendo lo que yo necesitaba".
El mensaje del primer ministro incluyó un agradecimiento a los ciudadanos por respectar la cuarentena, pero no dio detalles sobre el futuro inmediato ni su convalescencia. Un comunicado oficial del gobierno indicó que Johnson, por consejo médico, no va a volver inmediatamente al trabajo.
Esto sigue dejando al ministro de Exteriores Dominic Raab al frente del gobierno, lugar que ocupa desde que Johnson fue internado. Gran Bretaña no tiene un mecanismo formal de sucesión en caso de que el primer ministro muera o quede incapacitado. El sucesor debería ser nombrado por el Parlamento o en una nueva elección. Raab ocupa un lugar provisional, por orden de Johnson.
El alta de este domingo despeja el problema de sucesión y permite que Johnson se recupere, algo que su propio padre, Stanley Johnson, pidió que haga "con tiempo, porque no puedo creer que uno salga de esto y camine derecho a la oficina en Downing Street sin un perído de recuperación".
El Reino Unido sigue en una fase desesperante de la pandemia y justo este fin de semana en que el primer ministro se recuperó, el país pasó la marca de los diez mil muertos. Los expertos locales avisaron que todavía no se llegó al pico del contagio.
Pese a estas cifras, los hospitales británicos manejaron bien el pico de pacientes, aunque también andan cortos de equipo de protección para sus profesionales. El gobierno anunció que también va a solucionar el notable retraso en el testeo de personas, que para fines de este mes debería llegar, según Raab, a los cien mile casos por día.
El encargado del gobierno anunció además que no se va a levantar la cuarentena parcialmente a partir de este lunes, como había especulado Johnson antes de su internación. El debate dentro del gobierno británico es, como en tantos otros países, el de balancear la salud pública con a urgencia de reabrir la economía.