Las restricciones a la movilidad y las medidas de aislamiento para intentar contener el coronavirus impactaron de lleno en la economía real y han forzado a los países afectados a anunciar medidas excepcionales para intentar suavizar la recesión. Voluminosos paquetes fiscales, garantías de créditos y reducciones de tasas son los tres ingredientes de la receta global frente a la crisis. Un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) detalla qué dosis aplicaron los distintos países.
Francia. Emmanuel Macron anunció la creación de un Fondo de Solidaridad dirigido al sector empresario, incluso con postergación de cargas sociales y fiscales y de préstamos por 300 mil millones de euros para PyMEs. “Ninguna empresa será abandonada al riesgo de quiebra”, aseguró el presidente francés. Según el FMI, Francia dedicará un 2 por ciento del PBI a políticas fiscales y 13 por ciento al paquete monetario. Pese a ello, el Instituto de Estadísticas francés ya anticipó que “un mes de confinamiento costaría a Francia alrededor de 3 puntos de PBI en un año, y dos meses de confinamiento alrededor de 6 puntos.
Italia. Según el FMI, destinó 1,4 por ciento de su PBI a políticas fiscales acompañado de la liberación de fondos para ayudar a las empresas afectadas por el coronavirus. “Con el decreto apenas aprobado, damos liquidez inmediata de 400.000 millones de euros a nuestras empresas, pequeñas, medianas o grandes: 200.000 millones para el mercado interno y otros 200.000 millones para apoyar las exportaciones”, dijo el presidente Giuseppe Conte, y agregó que se destinarán “200.000 millones de euros de garantía pública para los créditos, a la altura del 90 por ciento para las empresas de todo tipo" , equivalente al 25 por ciento del volumen de negocio de las empresas o el doble del costo del personal. La prensa italiana publicó que el estado analiza la posibilidad de renacionalizar la aerolínea Alitalia, que se encuentra en concurso de acreedores desde mayo del 2017 y que no brinda beneficios económicos desde el 2002.
España. El gobierno de Pedro Sánchez anunció “la mayor movilización de recursos de la historia democrática” del país: 200 mil millones de euros, casi el 20 por ciento del PBI nacional (el FMI estima en 15,7 por ciento). El origen de 117 mil millones de euros será íntegramente estatal y el resto se completará con “recursos privados” . Sin embargo, a diferencia de la amplia mayoría de los países europeos, no promueve aplazamiento de impuestos.
Alemania. Anunció el paquete económico más grande desde 1945. El Ministro de Finanzas, Olaf Scholz, calificó esta medida como una “bazuca” y su par de Economía, Peter Altmaier, lo describió como el “más grande y más efectivo que ha habido nunca en una crisis”. El programa consiste en préstamos “ilimitados” para las pequeñas y medianas empresas (entre 11 y 250 empleados), garantizado al 100 por ciento por el Estado. Serían unos 800.000 de euros. Adicionalmente, Alemania impulsó el paquete fiscal más importante de los países mencionados, que incluye ayudas para las pequeñas empresas y los trabajadores autónomos a través de subvenciones directas de hasta 15.000 euros durante tres meses y la inyección de 3.000 millones de euros en hospitales. Pese a ello, se estima que la economía alemana se contraerá al menos 9,8 por ciento en el segundo trimestre.
Japón. Aprobó un paquete de asistencia fiscal que incluye subsidios a trabajadores que no puedan asistir al trabajo por estar a cargo de hijos/as en edad escolar, Préstamos personales de emergencia para personas cuyos ingresos hayan sido afectados por la pandemia a tasa cero de hasta 200.000 yenes (alrededor de 1.800 dólares), sistema de préstamos especiales de emergencia para Pymes por un total de 1.6 trillones de yenes (15.6 billones de dólares), asistencia financiera especial a empresas cuya cadena de suministro haya sido especialmente afectada (5 billones de dólares), diferimento de pago de impuestos por hasta 253 billones de dólares sin penalidades, entrega de dinero en efectivo a familias y empresas por un total de 58 billones de dólares, entre otras medidas.
Reino Unido. Anunció un paquete fiscal de 34.000 millones de euros, equivalente a 21 por ciento del PIB. Además, avanzó con una línea de crédito garantizada por el Estado por un total de 330.000 millones de libras (unos 360.000 millones de euros) para financiar empresas, es decir, un 15 por ciento del PBI.
Estados Unidos. El gobierno federal se envió un paquete fiscal al Capitolio por más de 10 por ciento del PBI, que aún no fue aprobado. Por lo pronto, la Fed flexibilizó los límites de apalancamiento bancario, inyectó hasta 800 billones de dólares de liquidez mediante operaciones de mercado abierto y 300 billones de dólares adicionales por otros mecanismos.
China. Inyectó liquidez por hasta 3 trillones de yuanes (trillón americano) y 1.85 trillones en líneas de crédito a sectores afectados. El aumento del gasto público incluye medidas de recortes de impuestos y apoyo a PyMEs. Junto con ello, se redujo la tasa de interés entre 0,5 y 1 punto.
Brasil. Las distintas medidas que componen el paquete fiscal ascienden a 3,5 por ciento del PBI – estimado así por Policy Tracker de FMI-, y desde el Banco Central de Brasil se redujo la tasa en 50 puntos base. Se negoció además con la Reserva Federal de Estados Unidos un swap por 60 mil millones dólares para fortalecer distintas líneas de inyección de liquidez.
El informe de CEPA destaca que no todos los países tienen la misma espalda para responder. “La magnitud de la crisis que provoca el COVID-19 es tan grande, que aquellos que pueden hacer keynesianismo de guerra, lo hacen sin dudarlo”. Y agregó que “a pesar de estas estas diferencias entre quienes pueden más y quienes pueden menos, es evidente que la extensión en el mundo de las medidas de aislamiento requerirá del aporte extraordinario de organismos multilaterales de crédito, fundamentalmente en aquellas economías más débiles. Ante la ausencia de coordinación global para hacer frente al COVID-19, el rol de sostén de estos organismos aparece como medida urgente en esta crisis”.